La sociedad argentina durante la última Copa del Mundo acuñó una frase que difícilmente la utilice para la política, la justicia, la economía o cualquiera de las otras actividades que inciden de manera más determinante en su vida. El fútbol sí lo consiguió. Una abrumadora mayoría repitió: "Elijo creer". Y no lo hizo desde una cuestión de fe. Sino a partir de la convicción y confianza que generaron el plantel y cuerpo técnico del seleccionado nacional. Sí. Ellos. Los muchachos que le pusieron letra a una canción. Pero en el fútbol como en la vida, lo transcurrido enseguida se convierte en pasado para registrarse en un capítulo de la historia. Mientras el presente busca indefectiblemente su proyección. Y es allí donde el "elijo creer" mantiene su vigencia, porque los jugadores siguen fundamentando un porvenir competitivo.
Y para sustentarlo solo se trata de revisar la factibilidad que tienen quienes integraron el seleccionado campeón del mundo de poder estar en el próximo Mundial, en América del Norte en 2026. Haciendo foco solo en la cuestión de las edades, porque sus condiciones futbolísticas ya han sido demostradas de manera ejemplar.
Es por eso que el futuro en la selección de Lionel Messi, con 35 años, de Ángel Di María y Nicolás Otamendi, ambos cumplirán también 35 en febrero, dependerá exclusivamente de ellos, el resto por una cuestión etaria no tendrá inconvenientes de poder estar en el próximo Mundial.
Es más, el seleccionado ya contará para el próximo mundial con estos jóvenes experimentados que se consagraron campeones del mundo, mérito de un cuerpo técnico que supo desarrollar la renovación profunda de un plantel que había sumado muchas frustraciones.
Y sin dudas que en la propia juventud de Lionel Scaloni también reside el sello impreso de "elijo creer", porque con un Mundial transitado incorporó un bagaje de conocimiento que le otorgará mayores herramientas para lo que viene.
A todo esto, Lionel Scaloni podrá seguir renovando, porque dispondrá de nuevos recursos futbolísticos que se convertirán en una exigencia a la hora de elegir. Con solo revisar el plantel del juvenil Sub 20 que jugará el Sudamericano, alcanza para comprobar que hay motivos para seguir creyendo en el devenir albiceleste.
También están aquellos jóvenes que no estarán en este Sudamericano porque no fueron cedidos por los clubes europeos por no ser un torneo Fifa, pero si Argentina llega al Mundial de Indonesia allí sí jugarán, como los casos de Alejandro Garnacho, Matías Soulé, Luka Romero y los hermanos Carboni, quienes ya mostraron sus cualidades en el Viejo Continente. En cambio, Javier Mascherano sí pudo repatriar a Facundo Buonanotte (Brighton) y a Nicolás Paz (Real Madrid), dos jóvenes con muchas condiciones.
En el Mundial Juvenil de Japón en 1979, un equipo argentino se consagró campeón con Diego Maradona, Ramón Díaz, Juan Barbas, Gabriel Calderón, Juan Simón, Daniel Sperandío, entre otros, y después también fueron relevantes en el desarrollo del seleccionado mayor.
Con todo, este amplio abanico de futbolistas, más los que en los próximos años pueden irrumpir desde la juventud en función de sus capacidades técnicas, hay motivos para que la sociedad siga ilusionada. Y mantenga vigente ese sello distintivo: "Elijo creer".