Cómo hacer que la música cumpla una función reparadora en la comunidad fue una
de las cosas que desvelaron desde niña a Derna María Isla. Quizá el hecho de ver cómo su padre
médico se brindaba de lleno a los que sufren hizo que reflexionara sobre cómo aunar su pasión por
la música con una tarea social destinada a convertir en resilientes a las personas más castigadas
por condiciones económicas adversas. Cuando encontró la forma de hacerlo se abocó de lleno al
proyecto de "hacer vibrar" una comunidad a través de la música, lo que la hizo acreedora al premio
Mujer Solidaria que anualmente entrega la Fundación Avon.
Para esta rosarina de 33 años seleccionada entre 200 postulantes de todo el
país, "sólo se trata de una idea que supe contagiar a otros", dice a Mujer a modo de explicación
del proyecto de la Escuela Orquesta del Barrio Ludueña que hoy es una realidad con el apoyo de la
Escuela Nº 1027 Luisa Mora de Olguín, el Centro Municipal de Distrito Noroeste y la Fundación
Allegro Argentina, creada por ella con el fin de darle un marco legal a la iniciativa.
"No se trata sólo de una orquesta que funciona en una escuela, sino de una
comunidad educativa involucrada en el proyecto a través de los docentes, personal administrativo,
directivos y todo el barrio", prosigue diciendo la egresada de la Escuela Nacional de Música y de
la carrera de Música de la Universidad de Rosario en la especialidad de flauta traversa. El
proyecto fue declarado de interés municipal por tratarse de una iniciativa destinada a la promoción
de la salud y prevención de enfermedades.
Con la misma idea pero diferente suerte trabajan también con los niños alojados
en el Hogar del Huérfano de Rosario. "Allí tenemos muchas necesidades y nos falta crecer",
reconoce.
La idea-fuerza de Derna no se detiene y para el año próximo piensa en una
"orquesta del campo" como excusa para involucrar a las comunas, organizaciones y empresas de las
pequeñas localidades urbanas y rurales del interior santafesino. "Ya tuvimos contactos con
presidentes de comunas y representantes sociales. Luego elegiremos una comunidad que será la sede
central y a partir de allí comenzaremos a tejer las redes", dice la joven emprendedora quien no
descarta replicar el proyecto en otras ciudades del país. "La orquesta del campo comienza el año
que viene donde veamos una comunidad que se mueve, una escuela con directivos flexibles y empresas
sensibles a la cultura", resume.
Este nuevo proyecto que ya le quita el sueño tiene como propósito darle
visibilidad a la problemática de las comunidades rurales. "Las educadoras van a tener que trabajar
además con otras carencias, como el analfabetismo, el desarraigo y la desintegración social que
produce el aislamiento".
Lo que primero fue la suma de voluntades y frustraciones se hizo fuerte a punto
tal de requerir un marco legal que asegure la continuidad del Programa Pedagógico Social Vibrato.
Así es como surgió la Fundación Allegro Argentina, que funciona en su domicilio y fue creada con
una dote de instrumentos y con lo percibido como premio de la Fundación Avon.
Cualidad vibrante
"Nos llamamos Vibrato porque tenemos la intención de hacer vibrar a un niño a
través de un instrumento. De esta forma vibra también una escuela y la comunidad. La idea supera el
concepto de las orquestas sociales que en general usan un espacio cedido por una entidad que puede
ser una escuela pero no involucran al conjunto de la comunidad escolar", explica Derna.
Previo su paso por la Escuela Juana Elena Blanco donde la orquesta dejó de
funcionar por falta de presupuesto, Derna Isla visitó más de 20 establecimientos escolares con el
fin de continuar con el programa hasta elegir finalmente la Nº 1027 del barrio Ludueña,
perteneciente a la comunidad salesiana y creada por el padre Edgardo Montaldo. "Vibrato utiliza la
música y a la educación musical como recurso socializador. Cuando entra en acción interviene en la
comunidad y se convierte en un modificador directo o indirecto de la realidad", dice.
En la escuela el proyecto toma forma en las clases de audioperceptiva, con los
instrumentos (violín, chelos y percusión) y la práctica orquestal. Las clases de música están
incorporadas al horario escolar y son obligatorias, y el repertorio incluye cumbias, música clásica
y folklórica, entre otros estilos propuestos por los chicos.
"Cuando comenzamos con la idea el primer violín fue de mi hermano —cuenta Derna—,
después compre 8 flautas dulces y luego fueron llegando instrumentos donados. Por entonces nos
tuvimos que enfrentar con el escepticismo, incluso cuando pedíamos ayuda para comprar instrumentos
siempre había otras prioridades. Los profesores, que trabajaban ad honorem, llevaban sus propios
violines. En el 2004 cuando teníamos 14 violines, 3 chelos, un piano y un contrabajo nos
desalojaron de la Escuela Elena Blanco. Para continuar nos trasladábamos a vecinales, bibliotecas y
cualquier lugar que nos cedían. Con el dinero del seguro del fallecimiento de mi padre compré
instrumentos", relata .
En el Hogar del Huérfano el programa es posible gracias al aporte de una empresa
pero los profesores de música trabajan sin percibir ninguna retribución. "Eso tiene un límite",
comenta la joven.
La Fundación Avon distinguió también a Doly Mercedes Benítez, de Córdoba, por su
trabajo en un Programa de Prevención del VIH Sida, drogadependencia, alcohol y tabaco en las
escuelas, y a Mabel del Carmen Díaz, de Mar del Plata, por su trabajo el 2004 en favor de la
capacitación laboral y contención para madres adolescentes en situación de riesgo.