Este 29 de junio se cumple un nuevo aniversario de la gloriosa final del Mundial México 86, en el que la Selección Argentina de Carlos Salvador Bilardo y Diego Armando Maradona se consagró campeona por segunda vez ante los ojos de todo el mundo.
Maradona y la gloria eterna en el Mundial de México '86.
Este 29 de junio se cumple un nuevo aniversario de la gloriosa final del Mundial México 86, en el que la Selección Argentina de Carlos Salvador Bilardo y Diego Armando Maradona se consagró campeona por segunda vez ante los ojos de todo el mundo.
Argentina se coronó en la Copa del Mundo venciendo a Alemania Federal por 3 a 2. En dicha carrera hacia la final de la copa, sucedió aquella mítica jugada que culminó en el famoso Gol del Siglo, que cumplió 36 años el pasado 22 de junio, y fue recordado por todos los hinchas argentinos.
La Selección de Bilardo venía siendo extremadamente criticada, pero el Doctor del fútbol y el Diez de Fiorito hicieron frente a los ataques mediáticos y los catastróficos titulares demostrándoles ante el mundo entero que eran capaces de representar a su país desde la más prestigiosa cima de campeones.
La clasificación no fue una etapa muy difícil aunque sí agonizó hacia el final. Argentina se clasificó de manera directa liderando el Grupo 1, en el que se encontraban Perú, Colombia y Venezuela, quedando clasificados en dichas posiciones. Cuando la selección albiceleste empataba con Perú, el gol de Ricardo Gareca a solo 10 minutos del final del encuentro puso a Argentina en el primer puesto del grupo y logró clasificarse.
A partir de allí comenzó una ardua preparación física para llegar a la competición en las mejores condiciones posibles. Para ello, Bilardo tuvo en cuenta el hecho de la altura y las temperaturas del país anfitrión de ese año. Una vez nombradas todas las sedes en las que se jugarían los partidos, el DT buscó llevar a su plantel a la ciudad que más se asemejara en condiciones para su entrenamiento.
Aterriza entonces el seleccionado argentino en Jujuy. El cardiólogo Bernardo Lozada sugirió Tilcara como sede de las prácticas del grupo. A pesar de que todo el proceso de aclimatación se desvanece luego de 48 horas en el llano, la intención de Lozada era superar el miedo psicológico a los síntomas que la altura produce en los jugadores.
Bilardo solo contó con 14 futbolistas, los que participaban en la liga local, mientras que los que jugaban en Europa no participaron de esta preparación previa al mundial que duró 10 días. El resto del plantel se unió al entrenador cuando partieron para el Viejo Continente en una gira premundial, en la que se medirían frente a clubes y selecciones europeas.
Pero además de los acondicionamientos físicos y en el campo de juego, Bilardo tenía a sus jugadores sentados, viendo en la televisión el repaso de numerosas jugadas y partidos. El DT los obligó a estudiar cada movida, cada función y rol dentro de la cancha, cada jugador. Su método, algo inusual en la época, llevó a que los jugadores pasaran horas y horas al día hablando nada más que de fútbol.
Antes de pasar por las selecciones europeas, Argentina jugó unos partidos amistosos contra México en dos ocasiones, y ambos terminaron en empate. Luego comenzaron se midieron ante Francia, el Napoli, el Grasshoppers y Noruega. Posteriormente, se convocaron en Israel para jugar con la selección local.
Unas semanas después, la selección volvió a Latinoamérica para jugar con el equipo colombiano de Junior de Barranquilla. Finalmente, la delegación argentina viajó a la ciudad de México el 5 de mayo de 1986, siendo la primera selección en arribar al compromiso mundial. Tras su llegada realizó tres partidos de entrenamiento frente a clubes locales de la Primera División de México.
El seleccionado de Bilardo debutó en el certamen con una victoria por 3-1 ante Corea del Sur con dos goles de Valdano y uno de Ruggeri. El siguiente encuentro frente a Italia terminó en un empate 1-1. Finalmente, Argentina cerró la fase de grupos venciendo 2-0 a Bulgaria, con goles de Valdano y Burruchaga. Con estos resultados, Argentina consiguió el pase a la siguiente ronda como líder del Grupo A.
En instancias de Octavos de Final la Argentina de Carlos Bilardo se enfrentó con Uruguay, su clásico rioplatense. Ese 16 de junio, el seleccionado argentino se impuso por un 1 a 0 con un tanto marcado por Pedro Pablo Pasculli en el Estadio Cuauhtémoc de Puebla.
Cuartos de Final fue otra historia, y quizás la más recordada. Era el 22 de junio de 1986 en la cancha del Estadio Azteca. Argentina se enfrentaba a Inglaterra en el contexto de la reciente guerra de Malvinas. El partido arrancó sin goles de ninguno de los dos equipos, hasta que en el segundo tiempo, ocurrió un milagro llamado "La mano de Dios". Tras el despeje de la pelota de Peter Shilton, Maradona le ganó el salto a su jugador rival anotando un gol con su puño, y el gol fue dado por válido.
Pero todavía quedaba historia por hacer. Maradona desde media cancha, sobrepasando a todos sus rivales que quedaban detrás suyo, se quita de encima a Shilton y define con la derecha. Quizás la secuencia más recordada de todas, inmortalizada en numerosos videos, relatos, incluso murales. Bajo protesta del equipo inglés que reclamaba falta, Maradona cerró el partido con el hito más famoso de su vida.
El relato de Víctor Hugo Morales quedó en la memoria de todos y aquel partido fue inspiración para todo tipo de canciones, películas y obras de arte que rememoran hasta hoy aquel 22 de junio de 1986.
Quedaba una última instancia, la última batalla, y del otro lado esperaba nada más y nada menos que Alemania, una selección que venía de haber logrado el segundo puesto en España 1982 y buscaba nuevamente la tan anhelada Copa del Mundo.
El partido arrancó y a los 23 minutos del primer tiempo, un tanto de cabeza de José Luis Brown puso a Argentina arriba con un 1 a 0. Fueron al entretiempo y en el segundo parcial, a los 10 minutos Valdano volvía a sacar una ventaja para el seleccionado albiceleste que ganaba 2 a 0. Todo parecía estar dado para la victoria del equipo del Doctor, pero Alemania dio batalla hasta el final: a 10 minutos de terminar el encuentro, Rummenigge y Voller empataron el partido.
Todo indicaba que se venía el tiempo suplementario. Pero todavía estaba él, el Diez. Maradona, que no había anotado ningún gol al ser bien marcado por la defensa rival, logró finalmente colar una gran asistencia que le dio a Burruchaga ell gol de la victoria, y a la Argentina su último Mundial.
Con la copa en mano y el gran alivio de haberse sacado ese peso de encima, Bilardo volvió con su selección campeona a escuchar cómo todos le pedían perdón. El técnico logró, a pesar de tener a todo un país en contra, consagrarse en la instancia más importante del fútbol y probar que Maradona no era solo un jugador más, sino alguien que se mostraba en un nivel por encima del resto.
Después de casi tres años y medio de críticas, los periodistas sacaron la bandera que decía "Perdón, Bilardo". Y con una llamada telefónica con quien por entonces fuera el presidente argentino, Raúl Alfonsín, quedaba expuesto ante el país entero que aquel mundial lo había ganado el Doctor.
Así se inmortalizaba la última vez que Argentina ganaba un Mundial, que Maradona llevaba su selección al triunfo. Y aunque la alegría era inmensa, la selección de Bilardo se mantenía centrada y enfocada. "Esta selección no festeja los triunfos" declaraba el DT y explicaba: "Queremos que el jugador sienta que siempre hay algo más. Hay que ganar, hay que ganar, hay que ganar continuamente".
Y con dicha mentalidad comenzaron la preparación para Italia 1990, aunque eso ya fue otra historia.
Por Martín Stoianovich