Sastre: una fábrica de generadores eléctricos despidió a 35 empleados
Mientras el gremio y las autoridades piden la intervención del Ministerio de Trabajo, la situación refleja un problema más amplio en el sector electroindustrial santafesino
El caso de Sastre se convierte en un símbolo de las tensiones que atraviesa la producción santafesina: la necesidad de sostener empleo industrial frente a un mercado que se achica.
Se presume que dado los costos, los alternadores serán exportados desde China directamente.
La ciudad de Sastre, cabecera del departamento San Martín, sintió desde el mediodía de este martes el impacto que provocó la noticia de los 35 trabajadores despedidos de la empresa DBT SA-Cramaco. La coyuntura económica nacional hizo que la firma, asociada a la multinacional española Himoinsa y que tiene subsidiarias en San Pablo (Brasil) y Singapur (Asia), decidiera no continuar con el contrato laboral de los trabajadores.
Fuentes gremiales y municipales confirmaron los despidos en esta planta dedicada a la fabricación de generadores eléctricos, comercializados bajo el nombre Cramaco. La firma desvinculó a los 35 empleados, dentro de un contexto de retracción de la demanda y dificultades financieras que golpean a la industria metalmecánica de la región.
El anuncio sorprendió a la comunidad, ya que la empresa había sido considerada en los últimos años un motor de empleo estable en el departamento San Martín. Los trabajadores recibieron las notificaciones en medio de un clima de incertidumbre, mientras los sindicatos del sector solicitaron la intervención de la cartera laboral provincial para abrir instancias de conciliación.
Causas del cesanteo
La decisión se vincularía con la caída de pedidos en el mercado interno y la presión de costos derivados de insumos importados, como cobre y componentes electrónicos, que encarecen la producción. A ello se suma la competencia de equipos terminados provenientes del exterior, que desplazan a las series cortas fabricadas en plantas locales.
Desde el municipio, expresaron su preocupación por el impacto social de la medida y acompañaron el pedido de los gremios para que la Secretaría de Trabajo provincial convoque a audiencias de conciliación. Remarcaron que la pérdida de puestos de trabajo afecta directamente a la economía de la ciudad y compromete el bienestar de numerosas familias.
El efecto social es inmediato: comercios, servicios y proveedores indirectos también se verán alcanzados por la reducción de ingresos familiares. En una localidad de 6.000 habitantes, donde la industria es uno de los principales sostenes de la economía, la desvinculación de 35 trabajadores representará un golpe significativo.
Problemas en la industria
La situación refleja un problema más amplio en el sector electroindustrial santafesino, que en los últimos meses registró suspensiones y ajustes de personal en distintas localidades. La falta de financiamiento accesible, la volatilidad cambiaria y la presión tributaria configuran un escenario complejo para las firmas medianas que dependen de la continuidad de obras públicas y privadas.
Los trabajadores afectados, muchos con más de una década de antigüedad, manifestaron su preocupación por el futuro inmediato y reclamaron medidas que garanticen la preservación del empleo. “No queremos subsidios temporales, queremos trabajar y que la fábrica siga produciendo”, expresó uno de ellos tras la asamblea realizada en la puerta de la planta.
El caso de Sastre se convierte en un símbolo de las tensiones que atraviesa la producción santafesina: la necesidad de sostener empleo industrial frente a un mercado que se achica ante la liberación de restricciones sobre la competencia extranjera y a una coyuntura global que exige políticas de protección y estímulo. Mientras tanto, la comunidad espera definiciones que permitan revertir un golpe que ya se siente en la vida cotidiana de la ciudad.
Frente-DBT
Antecedentes
A fines de septiembre de 2024 la empresa ya había despedido a dieciséis trabajadores en Sastre: algunos con más de 20 años de antigüedad en la firma. En ese momento explicaron que las desvinculaciones se dieron por un desplome en las ventas, mientras la producción estaba prácticamente paralizada.
DBT S.A. es una empresa Argentina que opera bajo la marca comercial Cramaco. Bajo diferentes dueños, la firma desde 1947 fabrica generadores de corriente alterna para grupos electrógenos tanto de uso comercial como industrial.
Se presume que dado los costos, los alternadores serán exportados desde China directamente, lo que sellaría el destino de la emblemática planta sastrense.