Un joven de 19 años fue condenado en un juicio abreviado a tres años de prisión de cumplimiento condicional por haber golpeado y amenazado a su ex pareja en la ciudad de Santa Fe. Además, tendrá que indemnizar a la víctima con 350 mil pesos por los daños causados y cumplir normas de conducta como participar de un curso de reeducación emocional y responsabilidad social para varones. Y a su vez, se le ordenó buscar un oficio adecuado a sus competencias actuales o llevar a cabo estudios o prácticas de capacitación laboral.
La sentencia fue ordenada por el juez Gustavo Urdiales en el marco de un juicio en el que se abreviaron los procedimientos que se desarrolló en los tribunales de la capital provincial.
El condenado, identificado como Ulises Daniel Álvarez, reconoció su responsabilidad penal como autor de lesiones leves dolosas calificadas (por la relación de pareja y por haber sido cometidas por un hombre contra una mujer, en un contexto de violencia de género) y amenazas calificadas.
La defensa aceptó la calificación penal propuesta por la Fiscalía, la pena impuesta y la decisión de abreviar los procedimientos del juicio, mientras que la víctima fue notificada y manifestó su conformidad con lo resuelto.
El fiscal que llevó adelante la investigación, Ignacio Suasnabar, afirmó que "durante la mañana del sábado 8 de julio, Alvarez agredió a su ex pareja en una vivienda ubicada en Azcuénaga al 1500" de la capital provincial, para luego detallar que "la atacó con golpes de puño y le provocó heridas en la espalda y en un brazo".
Asimismo, señaló que "entre ese día y el martes siguiente, el condenado le envío a la víctima mensajes de WhatsApp con contenidos intimidatorios". Al respecto, precisó que "acompañó textos amenazantes con fotos y videos en los que él aparecía manipulando una pistola” al tiempo que explicó: “El fin de esta conducta delictiva fue amedrentar a la mujer e impedir así el libre desarrollo de sus actos".
El fiscal subrayó que "los hechos ilícitos fueron cometidos en el marco de la relación desigual de poder que Alvarez mantenía con la víctima, quien sufría violencia de género por parte de él", y aseguró que "el condenado controlaba las amistades de su ex pareja, la alejó de su núcleo familiar, revisaba su teléfono celular, le impedía salir sola y solía insultarla y atacarla físicamente".