El grupo de comedia musical Quijotadas prepara el Recital del Rey León, en el Centro Cultural El Galpón, situado en la zona ferroviaria de la ciudad de Funes, obra que se presentará en este espacio el 10, 17 y 19 de diciembre, a las 20.
La actriz, docente y pedagoga Luciana Reciuto dirige el Recital del Rey León, protagonizado por 35 actores del grupo Quijotadas, en Funes
Por Miguel Pisano
El grupo de comedia musical Quijotadas prepara el Recital del Rey León, en el Centro Cultural El Galpón, situado en la zona ferroviaria de la ciudad de Funes, obra que se presentará en este espacio el 10, 17 y 19 de diciembre, a las 20.
Su directora teatral, la actriz, docente y pedagoga funense Luciana Reciuto se toma un recreo en su incansable trabajo con niños, adolescentes, jóvenes y adultos y se sienta en los bancos de madera situados afuera del centro cultural a dialogar con La Capital sobre la ardua tarea de hacer teatro con grupos de Funes y Roldán.
Nacida el 3 de diciembre de 1977 en Rosario, pero criada en Funes, Luciana es hija del extinto policía federal funense Domingo Reciuto y de la maestra Elena González, exdocente y exdirectora de la Escuela Fiscal. “Vengo de una familia con inquietudes: mi papá era baterista de Los Estucos, una banda de Funes que tocó en recitales de Palito Ortega en los carnavales en el Club San Telmo, mi mamá fue desde los 18 años maestra de la Escuela Fiscal, donde llegó a ser directora muchos años, y mi hermano Mariano, quien murió en la pandemia, fue el fundador de la primera escuela de voley de Funes y del área de Adultos Mayores de la Municipalidad”.
Cabello rubio largo ondulado, ojos claros, pantalón y remera azules y pinta de maestra incansable, Luciana, de 47 años, deja a los más chicos a cargo de las profesoras de coreografía y danza Giana Marchetti y de canto Tania Ramírez Margot y cuenta que “somos la Escuela de comedia musical Quijotadas, que funcionaba como espacio privado desde 2018, y desde el año pasado lo hacemos como espacio municipal”.
–¿Por qué le pusieron Quijotadas?
–Viene de Don Quijote y tiene que ver con esta cuestión de luchar por el arte, en la que el artista pone el cuerpo y pone a funcionar la imaginación y la expresión. La idea es sumarnos un poco a esa locura del Quijote, de volver a ser chicos y volver a jugar.
–¿Juegan chicos y chicas de todas las edades?
–En este espacio tenemos chicos desde seis añitos hasta 52 años la mayor. Hay niños, adolescentes, jóvenes y adultos, hay una mixtura de edades y con todos trabajamos con la misma dinámica. Entonces los niños se nutren de los más grandes, los más grandes de los niños y nosotras de todos, entonces vamos aprendiendo todos conjuntamente.
–¿Cuántos actores y actrices participan?
–Hoy faltaron dos niños, pero son 35 entre niños, adolescentes, jóvenes y adultos.
–¿Cómo surgió la idea de formar Quijotadas?
–Se me ocurrió. Yo soy actriz desde hace 25 años, cuando me recibí en 1999.
–¿Cómo empezaste en el teatro?
–Por esa cosa inquieta, de querer hacer un montón de cosas y no terminar de decidirme por una.
–¿También sos pedagoga social?
–Sí, soy licenciada en Pedagogía Social y docente del nivel primario. Trabajé más de 14 años en la escuela, pero ahora no estoy ejerciendo la docencia a nivel formal porque me dejaba poco tiempo para esta actividad.
–¿El teatro y la comedia musical te apasionan?
–Sí porque esto te permite ejercer todas las profesiones juntas en una sola: puedo ser docente, puedo jugar con esto de crear personajes y crear este mundo, tengo la dirección de esta comedia musical.
–¿Deben tener una vocación a prueba de quijotadas?
–Sí. Acá es todo molinos de viento, todo el tiempo. Todo lo que tiene que ver con generar cultura es bellísimo, sobre todo por el momento que estamos viviendo de una invasión de la tecnología, que tiene un montón de cosas a favor, pero a los chicos los atrapa mucho y entonces no funciona tanto la cuestión de la lectura y de poner a volar la imaginación como hacíamos cuando éramos chiquitos, que agarrábamos dos palitos y jugábamos toda la tarde con eso: de a ratos era animalitos, de a ratos eran indios y soldados y de a ratos eran espadas. Y todo era con dos palitos. Ahora a ellos poner en funcionamiento todo ese mundo imaginario les resulta más difícil porque tienen todo resuelto. Todo te lo resuelve la imagen, entonces recuperar todos esos espacios donde ellos vuelven a conectarse con eso de crear su propio personaje, poner el cuerpo en acción, volver a la lectura porque hay un guión que estudiar y canciones que memorizar. Entonces se trabajan un montón de cosas, no solamente el hecho artístico en sí, estamos trabajando la memoria, la interpretación, la creatividad, la imaginación y a su vez la autonomía.
>> Leer más: Funes: "Soy actriz desde muy chiquita: me disfrazaba de la Mujer Maravilla"
–¿Cómo se desarrolla el Recital del Rey León?
–Las tres profes estamos todo el tiempo abajo del escenario con las luces, los sonidos, cada una con su función y cuestiones más técnicas, y los chicos saben perfectamente en qué momento tienen que entrar y qué tienen que decir porque eso los hace desarrollarse y manejarse el día de mañana autónomamente en cualquier circunstancia, no solamente arriba de un escenario.
-¿Esta dirección teatral la hacés también en Roldán?
-Sí, en Roldán tengo la dirección de un grupo de comedia musical con 41 niños y niñas y de un taller de adultos que se llama Desafíos y que presentó recientemente la obra “La isla desierta”, de Roberto Arlt.
-¿Se llama El Desafío por el reto de hacer teatro?
-Un poquito sí. En realidad el grupo de teatro funciona hace siete años. Desde 2012 doy una comedia musical en Roldán, con las mismas profesoras, pero allá son todos niños. A los adultos les cuesta más engancharse con la comedia, entonces hace siete años propusimos hacer sólo el taller de teatro para adultos y formamos un lindo grupo. Siempre cuesta mucho hacer teatro con adultos, por eso le pusimos El Desafío y este año fue el primero que quisimos darle identidad al grupo con un nombre. Y cuando nos metimos con el tema del nombre, siempre hacíamos alguna obra de creaciones grupales, hemos hecho “Papá querido”, pero generalmente hacemos creaciones grupales a partir de una improvisación. Pero esta vez tomamos a Roberto Arlt y dijimos que vamos a hacer este clásico del teatro argentino, que tiene mucha actualidad con “La isla desierta”.
-¿Cómo resultó el desafío de hacer una obra de Arlt en Roldán?
-Tomamos como un desafío esta propuesta y poder llevarla a cabo porque siempre pasa con los adultos que se empieza a complicar la dinámica por los chicos, el laburo, los horarios de ensayo, entonces nos pudimos sostener todo el año y logramos hacer la obra.
-¿Qué le dirías al vecino o vecina de Funes o Roldán que "los mira con la ñata contra el vidrio" y no se anima a hacer teatro?
-Que se anime, que no hay nada más hermoso que subirse a un escenario y poner todo esto que te dije en acción. No solamente actuar.
-¿Es como volver a ser niño?
-Es como volver a ser niño, es darse el permiso de jugar, de perder la atención a la mirada del otro. Estamos a veces muy pendientes de la mirada del otro y eso nos condiciona, y hay que entender que nada nos tiene que condicionar. Vinimos a esta vida a ser felices, a ser libres dentro de las posibilidades que esto no invada ni perjudique al otro. Tenemos que aprender a relajarnos más, a seguir nuestros instintos, lo que queramos ser, sin esttar tan pendientes de esa mirada condicionante. Así que les digo que se animen porque este es el espacio indicado.