El caso de turistas estadounidenses que cazaron especies de patos en la provincia que no estaban habilitadas para la temporada de caza, que finalizó el 31 de julio, sigue teniendo sus coletazos. Ahora, especialistas advierten por la contaminación por plomo que queda tras las jornadas de cacería porque si bien este tipo de municiones están prohibidas, insisten en que controlar la actividad en los territorios en que está permitida es casi imposible.
Cada cartucho de plomo para escopeta tiene cientos de perdigones y varios cotos de caza publicitan la actividad para que cada turista pueda tirar 500 tiros por salida al campo. En ese sentido, Gabriel Bonomi, integrante del Centro para el Estudio y Defensa de las Aves Silvestres (Ceydas), explicó a La Capital que el uso de municiones de este tipo está prohibido en la provincia, pero que el uso de las armas para desarrollar la actividad corre por cuenta de cada cazador por lo que controlar qué tipo de cartuchos usan es casi imposible.
“La responsabilidad cae sobre el guía turístico pero el que tiene que controlar es el Estado, porque habilita la caza de aves autóctonas y, de antemano, sabe que no puede controlarlo porque los lugares donde se permite la actividad son casi inaccesibles”, manifestó.
Plomo en el territorio
En tanto, detalló que el perdigón de plomo “es muy pequeño y muy difícil de encontrar en el ambiente. Cuando toma contacto con el agua, dispersa su toxicidad contaminando el aire y el agua”.
“Es un material tóxico y altamente contaminante que no solo repercute en el agua sino también en el suelo, los animales y las plantas. La caza se desarrolla en humedales y arroceras. Hay estudios en la provincia en los que se encontró plomo en granos de arroz, esto habla de la peligrosidad de la actividad”, expresó Bonomi.
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Ejemplar de pato cutirí, una de las especies que no está permitida cazar en Santa Fe.
Foto: José Aparicio / Sistema de Información de Biodiversidad
En referencia a ello, citó un estudio de investigadores argentinos de 2019 publicado por la Real Academia de las Ciencias de Suecia sobre las problemáticas derivadas de la caza con municiones de plomo. Y si bien la investigación resalta que Santa Fe fue pionera en prohibir este tipo de municiones en el país, es necesario hacer controles exhaustivos para que no haya contaminación por plomo bajo ninguna circunstancia.
“Informes de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer indican que el plomo tiene altas probabilidades de ser cancerígeno y que afecte a nivel celular a los seres vivos. Es un problema sanitario que afecta la salud de la población y que es muy grave”, añadió.
Condena a guía de caza
En diálogo con La Capital, el secretario de Biodiversidad de la provincia, Alejandro Luciani, contó que el operador turístico que fue demorado junto a dos turistas franceses en junio por cazar sin permiso en la zona de la localidad de Golondrina, en el centro-norte de la provincia, fue condenado a dos años y medio de prisión condicional y una multa de 500 mil pesos.
“Esto sienta un precedente. Es un fallo ejemplificador”, expresó el funcionario.
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Inspectores de fauna del Ministerio de Ambiente de Santa Fe junto a personal de la Gendarmería Nacional Argentina detuvieron a un conocido operador cinegético junto a dos personas de nacionalidad francesa en junio.
Por su parte, sobre la situación de los turistas estadounidenses, detalló que las acciones que se determinen, por el momento, serán administrativas ya que las pruebas fueron elevadas a la Policía de Investigaciones (PDI).
“Sabemos quién es el operador porque es el que tramitó los permisos y las penas van a caer sobre él, que es quien tiene que decirles a los turistas cuántos ejemplares puede cazar y qué especies”, afirmó.
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En tanto, sobre las municiones que se utilizan, Luciani también indicó que los guías deben controlar que los cartuchos que usen los cazadores sean de materiales permitidos (acero o teflón), ya que, si no, irán en contra de su propio trabajo. Y aseguró que todavía no se encontraron con este tipo de faltas, que son calificadas como “muy graves”.
“El guía es el responsable pero desde el Ministerio se hacen siempre allanamientos de imprevisto para controlar. En el caso de los turistas franceses fuimos con las fuerzas de seguridad porque hubo una denuncia. Tenemos guardafaunas que nos avisan si están cazando y si no tienen permiso quienes lo estén haciendo. Así, llegamos al lugar para intervenir”, aseguró.