El hijo del presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, además secretario de un Juzgado Federal de Santa Fe, Emilio Rosatti, dio positivo en un control de alcoholemia cuando manejaba por una ruta cerca de la ciudad de Santa Fe. El caso no sólo generó polémica porque se trató de un funcionario judicial que cometió una grave falta de tránsito, sino porque su vehículo no fue remitido al corralón y fue escoltado hasta su domicilio.
El titular de la Agencia Provincial de Seguridad Vial, Osvaldo Aymo, defendió al operativo, pese a las críticas recibidas, entre ellas las de la ONG Conciencia Vial, que consideró que hubo "trato diferenciado".
En declaraciones al programa “El primero de la mañana” de LT8, el funcionario del gobierno provincial admitió que a Rosatti no le retuvieron el vehículo y luego fue escoltado hasta su casa, algo que no suele ocurrir con la gran mayoría de los infractores. Pero aseguró que lo actuado se ampara en una resolución del 8 de julio de 2013 donde se estableció “un protocolo uniforme para aplicación de medidas cautelares que impone la ley 13.133 (ley de tránsito) a la que adhiere la provincia de Santa Fe, en los controles preventivos”.
“Una parte de esta resolución hace hincapié en la realidad que tiene la provincia, como muchos municipios, de no contar corralón y grúa. Nosotros hacemos los controles en coordinación con municipios y comunas, muchos de ellos ponen a disposición grúas y corralón. Además retienen la licencia y labran el acta de infracción. Todo eso va a la Justicia de Falta”, agregó.
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Emilio Rossatti. El funcionario judicial concursó para juez federal.
En ese sentido, Aymo aclaró que la Agencia Provincial de Seguridad Vial “es la parte operativa de los controles y es la que tiene que detener a las personas que están en infracción. Nuestra premisa es sacar de las calles cualquier situación de riesgo para la seguridad vial. Si no hay grúa ni corralón, la resolución de 2013 establece medidas alternativas a la remisión del vehículo. Y son varias medidas. Se hizo todo de acuerdo a la ley. Tenemos que trabajar de acuerdo a la legislación correspondiente”.
Según Aymo, en caso de conductor alcoholizado “se puede ceder la conducción del vehículo porque lo dice la ley. Después está el acta de prohibición de circulación y está previsto escolar al vehículo hasta un lugar seguro y la resolución describe las características que debe tener ese sitio. Esto se aplica para todos”.
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Rosatti fue interceptado la madrugada del sábado cuando circulaba por el kilómetro 4,8 de la ruta Nº 1 en su automóvil. Los efectivos le hicieron el test de alcoholemia, que dio como resultado 2,24 gramos de alcohol en sangre, una cantidad considerada más que excesiva (teniendo en cuenta que a partir de 0,8 se considera en estado de ebriedad).
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Ebriedad. Al funcionario judicial le dio 2,24 gramos por litro de alcohol en sangre.
Al funcionario judicial se le labró un acta de infracción y se le retuvo el carné de conducir, pero contrariamente a lo que suele ocurrir en otros procedimientos, no se le secuestró el vehículo.
En ese punto de la ruta 1 se realizaron 12 test de alcoholemia, de los cuales seis dieron positivo. El de Rosatti resultó el más alto de la madrugada y el único sancionable. Los otros arrojaron resultados de 0,17; 0,50; 0,09; 0,46 y 0,07 gramos de alcohol en sangre.