La violencia machista no cesa. El 2023 comenzó con 22 femicidios en el país tan solo en enero y por cada víctima se contabilizaron dos intentos de homicidio por razones de género. A esos números, se suman 8 muertes violentas en investigación. En total de casos asciende a 30. Una vez más, el 18 por ciento de las mujeres muertas por razones de género no solo habían denunciado previamente a sus agresores y tenían medidas de exclusión, sino que además en un 30 por ciento tenía botón antipánico.
Los datos fueron dados a conocer por el Observatorio de la organización feminista Mujeres de la Matria Latinoameriocana (MuMalá), que realiza un monitoreo permanente de la violencia por razones de género y reclama, en contexto de crisis, más recursos para dar respuestas a las situaciones que atraviesan mujeres, travestis y trans.
En total, a lo largo de los 31 días de enero, se produjo en el país una muerte violenta cada 24 horas. De ese total, 19 fueron femicidios directos, 2 fueron femicidios vinculados -una niña y un niño-, y se produjo también un travesticidio.
De esos 22 femicidios, una decena se produjo en la provincia de Buenos Aires, por ahora la que más casos registró seguida de Córdoba, donde hubo tres víctimas fatales. Además, en Entre Ríos, Misiones, Mendoza, Formosa, Corrientes, Río Negro, San Luis, Salta y Tucumán se registró un caso por cada jurisdicción.
A ese registro, el observatorio añadió otras 8 muertes violentas de mujeres asociadas al género que aún se encuentran en investigación. De esos casos, cuatro Gabriela Sosa, referente de MuMalá en la provincia y ex diputada santafesina recordó que cuatro se produjeron en Santa Fe, en Rosario, Rincón y Laguna Paiva.
Un escenario de violencia donde además en este primer mes del año 50 intentos de femicidios, a razón dos por cada uno de los femicidios perpetrados.
Agresores denunciados
Con esos femicidios, que se produjeron uno cada 33 horas, fueron 22 los niños, niñas y adolescentes que este año quedaron sin su mamá por crímenes que, en el 76 por ciento de los casos, fueron cometidos por parejas o ex parejas de las víctimas.
Casi 2 de cada 10 de las mujeres, además, habían ya denunciado previamente a su atacante e incluso contaban con una orden judicial de restricción de contacto o llamada "perimetral" para evitar su acercamiento. De esa proporción de mujeres, el 30 por ciento tenía botón antipánico para casos de emergencia, pero en un ninguno de estos casos las medidas evitaron que fueran asesinadas mayoritariamente en sus propias casas.
"En este nuevo año, y ante las cifras de la violencia femicida que no cesa, seguimos exigiendo la declaración de Emergencia en Violencia de Género que determine recursos precisos y especiales, así como evaluar su impacto", insistieron desde la organización.
Las feministas alertaron que se viene produciendo "una dinámica social persistente y en crecimiento como es la feminización de la pobreza, que profundiza las violencias que atraviesan las mujeres y disidencias" y no dejaron de lado el contexto inflacionario, además de la creciente desocupación y subempleo, que "impide la autonomía económica y el acceso a los recursos básicos generando dependencia de los agresores".
"Las barreras económicas, sociales, culturales y de acceso a la justicia son las causantes del empobrecimiento de nuestra calidad de vida, el Estado es responsable. Nos mata el machismo, Nos golpea la pobreza", afirmaron para exigir "políticas de calidad, integrales y territoriales que permitan el acceso a vidas dignas y libres de violencias".