La colisión entre una lancha a motor y una embarcación a remo recreativo pudo advertirse una fracción de segundos antes. “Se veía venir”, dijo el responsable del equipo de guardavidas del balneario La Florida, Leonardo Manino, quien coordinó las acciones de rescate de las que participaron cuatro bañeros en el agua, tres en tierra, y a los que se sumaron después los médicos del Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies) y efectivos policiales y de Prefectura Naval. Lo cierto es que del choque entre el taxi de río y el bote, en el que iban tres hombres, uno de ellos salió ileso, otro fue atendido de manera ambulatoria y el tercero sufrió un corte profundo en el antebrazo que lo obligó a ser trasladado al Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria para recibir asistencia. Si bien Manino lo consideró “un hecho aislado”, al inicio de la temporada alta de río es necesario recordar las medidas de seguridad para disfrutar del Paraná.
El episodio se produjo ayer pasadas las 9, en el muelle ubicado en el balneario. Y, de más cerca o de más lejos, todos los que estaban en el lugar advirtieron la situación que incluso encendió el alerta entre los guardavidas.
“Son segundos, pero imaginamos que la embarcación iba a chocar, como que los guardavidas lo vieron y lo estaban esperando”, señaló el responsable de seguridad en La Florida.
Lo cierto es que la lancha, un taxi náutico de la zona que presta servicio desde el muelle y tenía toda su documentación en regla, no vio pasar el bote que había salido del Club Remeros Alberdi y en el que avanzaban tres hombres. “Se escucharon los gritos de los tripulantes a remo e inmediatamente el impacto”, detalló Manino sobre el momento del hecho.
Esa instantaneidad de la presencia de los guardavidas hizo que el operativo de rescate se llevara adelante en segundos, se acercaran dos asistentes a nado, otros dos en una lancha apostada en el balneario y que el mismo conductor de la embarcación que había colisionado rescatara a uno de los remeros.
La asistencia
“Se dispararon todas las alertas y el operativo funcionó a pleno”, señaló Manino, quien personalmente participó de la coordinación y asistencia de los heridos.
El peor de los heridos fue trasladado por la propia lancha que embistió al bote, y los otros dos integrantes fueron subidos a la embarcación de rescate. Rápidamente y, de acuerdo a lo que corresponde por protocolo, se advirtió del hecho tanto a Prefectura Naval como a la policía de la provincia.
“Uno de los tripulantes de la embarcación recreativa salió ileso y el segundo fue asistido allí mismo, en el puesto del Sies, por una escoriación leve y dado de alta”, detalló Manino, sobre el estado de los heridos.
El tercero, en cambio, un hombre de 58 años, sí presentaba “un corte severo a lo largo de todo el antebrazo y una deformidad a la altura de la muñeca, era una herida de punta a punta, abierta y expuesta”, indicó. Si bien allí se le hicieron las primeras curaciones, fue trasladado al Eva Perón.
Intervención policial
“Como el taxi náutico operaba desde el muelle, tenía toda la documentación en regla”, señaló Lucas De la Torre, responsable de la empresa municipal Costanera Rosario, que administra tanto La Florida como las piletas del parque Alem y el muelle de Costa Alta.
Aun así, intervinieron efectivos de la policía y de Prefectura, que tomaron declaración del conductor de la embarcación a motor y lo demoraron por algunas horas.
Lo que todos presumían ayer era que el conductor del taxi náutico no vio pasar a los remeros, e incluso así lo manifestó en medio del shock de dolor el hombre con la herida más severa, quien lo único que repetía a gritos, una y otra vez, mientras lo asistían era: “No nos vio, no nos vio”.