En los últimos años, los bares de Rosario han hecho una apuesta fuerte a la coctelería, algo que en la ciudad no ocurría desde fines de los 70. Con estilos distintos, la nueva generación de bartenders le dio a las barras de trago rosarinas una nueva personalidad. Aquí un repaso por las mejores, las más curiosas, las más atractivas donde acodarse, probar un cóctel y vivir para contarlo.
1- La mano de Dios: En la pendiente de calle Maipú 555, se encuentra el Brit Pub, el bar de estilo inglés que cultiva la coctelería de vanguardia con una interesante carta de tragos y buena música. El bartender es Arturo Ripacandida, socio fundador del Club del Vermut, quien con la sensibilidad de sus tragos cada noche que pasa sorprende más. En el local, ideal para pasar una velada divertida en la compañía de los amigos, se destaca por los clásicos, el Mojito y el Gin & Tónic son impecables, y si se está dispuesto a experimentar hay que dejar que el hombre detrás de la barra prepare una de sus creaciones. ¡No falla!.
2- El camino de la perdición: Pequeño pero con historia, El Diablito, ubicado en Maipú 622, es un refugio en el corazón del centro para los amantes de la coctelería clásica. Ni bien se cruza la puerta es inevitable remontarse a los años 30 cuando Rosario era la Chicago argentina. Claro, el local donde funciona el bar durante largo tiempo fue una whiskería. El bartender, Sebastián Teves, es, además de un buen cantinero, un gran anfitrión. En su barra se sirven los mejores Manhattan (whisky, vermut rosso, angostura) y Old Fashioned de Rosario (bourbon, angostura, azúcar, “golpe” de soda, rodaja de naranja, cereza). Y lo mejor: pasan buena música -sólo vinilos- y si se tiene suerte se puede encontrar a algún rocker famoso, habituales parroquianos del lugar. Una recomendación: si tenés dudas pedí un Sandro, el cóctel que lleva la firma de Sebastián Teves y es delicioso.
3- La pequeña Italia: Son contados con los dedos de una mano los locales donde, en Rosario, se puede sentir el espíritu de la vieja Italia. Sin dudas, Benito Ristorante, ubicado en Oroño 46, es uno de ellos, acaso el más italiano de todos. En su barra, típicamente "vermusera", se puede disfrutar de la coctelería de autor de Matías Jurisch, también socio fundador del Club del Vermut. No hay que buscar mezclas rimbombantes, la sensibilidad del bartender hace que los sabores tradiciones revelen colores inesperados. En su barra salen los mejores Spritz (vino espumante, Aperol, soda de sifón) de la la ciudad. También, vale la pena pedir un Julepes de Cynar (Cynar, jugo de pomelo, menta, azúcar, splash de soda). Vale la pena quedarse un rato, disfrutar del ambiente, que tiene el encanto de los bares de Roma, Venecia o Nápoles.
4- Plegarias atendidas: Down Town, ubicado en Urquiza 1285, reúne muchos requisitos que a los rosarinos los atraen, le resultan irresistibles: la arquitectura delicada, diseño elegante, onda y lo más importante una barra en crecimiento constante. No sólo los tragos son de excelencia sino que su bartender, Pablo Pastinante, revela tener talento para combinar sabores y licores. Sus cocteles son una sorpresa cada día, cada noche, siempre y cuando uno se atreva a experimentar. Imperdible "El Grinch" (Gin, Vodka saborizado de peras, albahaca, manzana, jugo de lima, almíbar simple y tónica), un trago refrescante, dulce y aromático..ideal para arrancar la caravana.
5- Clásico de clásicos: No hace mucho que está donde está y así y todo se siente como si se lo conociera desde siempre, como a un buen amigo. Rock & Feller's, en la esquina de Oroño y Jujuy, tiene la mejor variedad de bebidas y cócteles, la mayoría títulos clásicos, del centro rosarino. El trago que más piden las chicas es el Mojito (ron, menta, limón, azúcar y soda) y todavía más el Screaming Orgasm (vodka, amarula, Tía María, helado de vainilla y charlote). Los hombres, más tradicionales, optan por el espumante -la carta ofrece varias etiquetas- o el clásico whisky. En un caso o en el otro, todos quedan satisfechos.