Un amante del río, de la montaña, deportista. Un hombre de hablar pausado y de voz tranquila. Alumno de la Escuela Carrasco en la primaria y de la Técnica Nº5 en la secundaria, donde se recibió de maestro mayor de obras. Así describen sus amigos y conocidos a Luis Ariel López, de 52 años, quien es intensamente buscado entre los escombros tras el derrumbe de una casa que se produjo este domingo a la tarde en Superí al 200, en barrio Alberdi.
El siniestro sigue generando angustia e incertidumbre. Luis alcanzó a avisarle a su padre, de 88 años, que escapara rápido cuando detectó las primeras señales del desmoronamiento. Luego sobrevino el derrumbe y hasta el momento los brigadistas no pudieron localizado y trabajan a destajo en el lugar de los hechos.
Alumno de la histórica escuela Gabriel Carrasco (Agrelo al 1700), donde las hermanas Olga y Leticia Cossettini dejaron su impronta pedagógica, Luis Ariel transitó por esas aulas para luego incursionar la secundaria en la Escuela Técnica Nº5 (Enet Nº5) donde se recibió de maestro mayor de obras.
Luis tiene una hermana, María Carolina, que reside en Bélgica y otro hermano, Cristian, en Rosario. "Para los que no saben, porque no viven en Rosario o en Argentina, se derrumbó la casa donde viven mi papá y mi hermano mayor. Mi papá salió ileso, a mi hermano lo siguen buscando entre los escombros... surrealista, rezando por un milagro... lo dejo en manos de Dios. Cómo duele la distancia en estos momentos", posteó su hermana en las redes sociales horas después de que la casa familiar se desplomó.
"Fuerza, aguantá amigo, una remada más!", también sumaron amigos en las redes sociales, algo que se repitió con rezos, plegarias y súplicas. "Aguantá, te van a sacar!", posteó otro amigo.
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Luis siempre vivió en Alberdi con su padre, no tiene hijos y abrazó la práctica de deportes al aire libre como su pasión. Sus imágenes reflejan travesías en la montaña y también en el río. Es socio de Club Remeros Alberdi, donde su padre fue directivo. A punto tal que al padre la institución lo homenajeó con una embarcación que le regalaron con su nombre.
Hasta entrada la noche del lunes, los cuerpos de bomberos de toda el área metropolitana, Defensa Civil, brigadistas especializados, personal del Sies y rescatistas con perros adiestrados seguían la búsqueda intensa y frenética de Luis, que quedó bajo los escombros. Su padre y un inqulino de la propiedad, de 30 años, lograron ser rescatados del lugar minutos después del derrumbe.