Con más de 40 años de historia, Videoteca se volvió un símbolo de la ciudad y uno de los últimos bastiones del rubro a nivel mundial. El videoclub ubicado en Entre Ríos 1772, aloja alrededor de 30 mil títulos de películas, entre VHS, DVDs y Blu-Ray, y es sede de una serie de acontecimientos culturales, como ciclos de cine debate, cursos relacionados con la actividad cinéfila y escenario para filmaciones. Hoy es visitado por una variedad de clientes, desde gente adulta hasta jóvenes que disfrutan de una atención personalizada y de elegir producciones por fuera de la grilla que proponen las plataformas de streaming. Pero un cambio en el alquiler del inmueble puso en alerta a su dueño, Fabián Del Pozo, quien anticipa que no podrá hacer frente al nuevo contrato que llegará en los próximos meses.
“Yo tengo con los dueños de la propiedad un acuerdo de palabra desde hace años, que me permite afrontar el alquiler a pesar de los problemas económicos que venimos atravesando. El inmueble tiene mi comercio abajo más una planta alta y hace un tiempo ellos avanzaron sobre una parte de la superficie del local donde estoy para construir dos pisos y hacer un pequeño edificio de tres niveles. Ya me informaron que van a cederlo a una inmobiliaria para que lo maneje y que voy a tener que acordar un nuevo arreglo. Estuve averiguando los números que se manejan en el mercado y son elevados”, contó Del Pozo a La Capital.
Para un local del tamaño del suyo, que reúne aproximadamente 200 metros cuadrados, y por su ubicación en el macrocentro, a metros de avenida Pellegrini, el monto estimado, según pudo averiguar, rondaría los $500 mil por mes, un precio muy alejado del que paga en la actualidad. A esto se suma el depósito, los gastos inmobiliarios y la presentación de garantías, todos factores que complican aún más su permanencia.
La situación lo motivó a trabajar en un proyecto para garantizar su continuidad. “Quizás el negocio tal como está ahora no siga, pero mi idea es que un actor del ámbito público me ayude a sostener la propuesta en otro espacio. Pienso en algo similar a lo que ocurrió con la sala Arteón, cuando la Universidad Nacional de Rosario (UNR) anunció que se haría cargo de que siga funcionando en un inmueble suyo para evitar que cierre”, agregó.
Preservar un pedazo de historia
Fabián sabe que le queda poco tiempo para actuar, ya que el pase de manos de los dueños a la inmobiliaria se concretaría antes de fin de año. Dijo que lo urgente para él es lograr una reunión con Franco Bartolacci, rector de la UNR, a quien quiere poner al tanto de la situación en pos de pensar en un camino que garantice el acceso público al material que el videoclub aloja desde sus inicios, en junio de 1980.
“No me gustaría que suceda lo que ocurrió con otros colegas, quienes terminaron repartiendo todo lo que tenían entre sus clientes más cercanos. Estas paredes guardan mucha historia y si me tengo que ir deseo que las personas puedan encontrarla en otro lugar, que no se pierda lo que venimos acumulando en estos 44 años”, sostuvo Del Pozo.
Ya avizorando este panorama, el año pasado Fabián entabló conversaciones con funcionarios de la Sala Lavardén que formaban parte de la gestión de Omar Perotti. En este sentido, contó que la idea era entablar algún tipo de convenio público privado en el que, a cambio de la donación del material, él pudiera quedarse ocupando algún rol como encargado del área, asesorando o atendiendo a grupos de estudios de escuelas o de carreras como cine y afines. De hecho, se logró que la Cámara de Senadores de la provincia diera dictamen de interés público al contenido de Videoteca, pero luego el cambio de gobierno echó los planes para atrás y todo quedó en suspenso.
“Quiero conversar con la gente de la UNR, con la intención de proponerle algo similar a lo que se hizo con Arteón o evaluar posibilidades, ellos quizás me hagan de nexo con la Municipalidad de Rosario para ver alternativas. La realidad es que es un negocio que vengo llevando adelante con la ayuda de algunos amigos y no puedo empezar de cero en otro lado sin ayuda", reflexionó Del Pozo.
El propietario del local evalúa reunirse con referentes de la Asociación Civil Arteón para que le cuenten sobre el proceso de cierre y rescate del teatro, que finalizó en diciembre pasado su contrato de locación en el inmueble que ocupó desde el año 1968, dentro de la ex Galería Paseo del Patio. "Se me ocurre, por ejemplo, que el gimnasio de la UNR de Urquiza al 2000 es una buena sede para que se instale la propuesta que hoy ofrecemos en Videoteca", sostuvo el comerciante sobre el lugar que la casa de altos estudios también considera como sede para reabrir la sala.
Trayecto del último videoclub de Rosario
Una nota de La Capital aseguraba que en 2021 eran tres los videoclubes de la ciudad. Sin embargo, Videoteca quedó como el último de la tríada. En palabras de Fabián, no conoce otro con más historia que el suyo, ya que en Barcelona, por ejemplo, existe Video Instan, un símbolo del rubro a nivel mundial, que inauguró en diciembre de 1980, seis meses después que su par rosarino.
Sus comienzos los tuvo de la mano de Carlos Perrone como anexo de Audioteca, una casa de equipos de audio importados sobre Cochabamba y Sarmiento. Surgió bajo la necesidad de proveer al público que compraba la videocasetera con el material para esas máquinas. "Yo ingresé a trabajar como empleado a los 29 años, en mayo de 1993, a partir de un aviso publicado en La Capital. Luego, me fui involucrando en el videoclub, desempeñando el oficio de organizar y recomendar distintas producciones hasta quedar al frente", contó Del Pozo.
En marzo de 1998 se dio la mudanza al local de calle Entre Ríos en el que permaneció durante todos estos años y que guarda un catálogo de películas que está lejos de ser alcanzado por las plataformas de cine online, además de una colección de VHS que es muy buscada por un público particular que disfruta de ver en esa calidad. También hay títulos que salieron en formato analógico, pero nunca en formato digital y, según Fabián, son requeridos por coleccionistas.
"Acá tengo muchos socios que solicitan un abono para llevarse cierta cantidad de películas por año y estoy ofreciendo un servicio 'on demand', generando un link de descarga que es seguro. Me dicen lo que quieren ver, me pagan y se los mando por WeTransfer o, a veces, si es pesado, los alojamos en algún Drive", señaló el referente de Videoteca.