La escena se repite en los mostradores de todas las carnicerías de la ciudad, en el centro y en los barrios. Los rosarinos llegan a la caja entre sorprendidos por los precios, enojados por la situación y preocupados por que no les alcance lo que tienen en la billetera para pagar la compra. Las ventas cayeron hasta un 50% en el último mes, tras la devaluación post Paso, y anticipan que podría haber una baja en los precios ante la baja demanda.
Juan Ramos, de la Sociedad de Carniceros de Rosario, precisó a La Capital que los aumentos del mes pasado repercutieron de manera casi inmediata en el bolsillo de la gente, que cada vez compra menos carne. Ante este escenario, los costos podrían bajar estos días entre el 2 y el 5% en algunos cortes puntuales.
"El carnicero va a trasladar la baja enseguida porque quiere vendar, como para atraer más a la gente", explicó Ramos. Los cortes que podrían ser beneficiados con estas pequeñas modificaciones son la nalga, cabeza de lomo y jamón cuadrado. "También algo de asado", agregó.
Los mercados están trabajando con un demanda muy baja, lo que permite que el precio de la carne se estabilice y haya algunas mermas como esta. Ramos es consciente de que al bolsillo de los consumidores no le hace mucho la diferencia. "Es más importante para nosotros que no siga subiendo, antes que la baja. La baja para el comerciante pasa casi desapercibida", explicó.
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La tan ansiada estabilidad le da "un respiro a la gente y también al negocio". El referente de los carniceros expuso que la combinación de la aplicación del dólar maíz y la devaluación tras las elecciones primarias fueron un combo explosivo para el sector, que provocó una baja en las ventas de hasta el 50%. Esta situación retrajo la demanda y como consecuencia la hacienda empezó a bajar en los últimos días. "Es oferta y demanda, no hay misterio", simplificó a este medio.
Sobre el panorama económico, Ramos fue contundente: "La gente no tiene dinero, como no tiene para ir a la verdulería o al almacén. El dinero se licúa". Los primeros días del mes, empujados por los reintegros de Billetera Santa Fe y los descuentos en las tarjetas, hay más movimiento. Después del 15, los comercios se vacían. "Nos preocupa mucho porque la gente queire consumir y no puede. Es una sensación muy dolorsa", indicó.
Por último, advirtió que a las carnicerías también le suben los costos. "Impuestos, servicios, cargas sociales, sueldos, bolsas de plástico, las herramientas que tenemos que ir reemplazando. Todo aumentó", enumeró. "En este momento nadie sale bien parado. Los rendimiento se dan cuando hay estabilidad, no cuando no la hay hay que ir viendo día a día", concluyó.
El tema de conversación es el mismo en los negocios, los trabajos, los bares, la salida de la escuela de los chicos y la calle. La incertidumbre económica y la pérdida de poder adquisitivo que no le da tregua al bolsillo de los argentinos mantiene en jaque tanto a consumidores como comerciantes.
Inflación sin techo
Según informó el INDEC esta semana, la inflación interanual llegó al 124,4% y en los primeros ocho meses del año acumula un incremento del 80,2%. El rubro de Alimentos y bebidas no alcohólicas fue el de mayor inflación (15,6%), impulsado principalmente por aumentos en la carne.
Usualmente, los alimentos de mayor incremento mensual suelen ser del rubro de “frutas y verduras”, pero en esta oportunidad, fueron las carnes las que encabezaron las subas de agosto.
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Lo que más subió el mes pasado fue el kilo de carne picada común, que pasó de un precio promedio de $1.221,66 a $1.702,55 por kilo, lo que significó una variación del 39,4%. Le siguieron de cerca la paleta, que saltó de $1.855,76 a $2.487,86 (34,1% más) y el cuadril, cuyo precio avanzó de $2.260,91 a $3.014,67 por kilo (33,3% de incremento mensual).
El cuarto y quinto lugar del ranking de aumentos también fueron ocupados por cortes de carne. El kilo de nalga se encareció 32,8%. Ese producto costaba $2.412,07 en julio y terminó agosto en $3.204,08. En tanto, el kilo de asado saltó de $1.866,51 a $2.470,95 (32,4% de ajuste).