"De ahora en más, voy a estar todos los lunes acá hasta que haya justicia", dijo la semana pasada la abuela de Ivana Paula Garcilazo Bellón, la hincha de Rosario Central que murió asesinada tras el clásico rosarino. Cumplió con su palabra: este lunes al mediodía volvieron a concentrarse sus familiares, amigos y compañeros de trabajo para pedir justicia.
La manifestación comenzó a las 12 frente al Centro de Justicia Penal (Sarmiento y Virasoro). Fue la segunda movilización, a poco más de una semana del crimen de la joven canalla.
Los allegados de Ivana renovaron el pedido de esclarecimiento de hecho. Alejandra, su mamá, habló con la prensa y señaló: "Hoy le pasó a mi hija, pero le puede pasar a quien sea. No merecía morir así. Yo le trasmití la pasión canalla, ibamos a la cancha juntas, y a veces uno se plantea si en algun punto es culpable porque al haberle trasmitido esta pasión, yo la llevé a ella a ir a la cancha".
En ese sentido, agregó: "Te planteas tantas cosas. Hay que estar, tenemos que luchar todos juntos para lograr justicia" e insistió "Esto hoy le pasó a Ivana, mañana le puede pasar a cualquiera".
Mientras tanto, este lunes la Fiscalía Regional de Rosario solicitó la colaboración de la población para identificar a dos hombres que se observan en videos relacionados a la investigación del homicidio.
En imágenes de cámaras de seguridad privadas obtenidas en calles aledañas al lugar del crimen, se observa en primera instancia a un hombre corriendo por Montevideo al 2700, quien arroja una linga y sigue corriendo por dicha arteria. En segunda instancia, se ve a otro hombre caminando por Riccheri al 1400, alejándose del lugar del hecho.
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Ivana fue asesinada de un piedrazo en la cabeza cerca del estadio de Newell's Old Boys cuando volvía en moto a su casa acompañada por su pareja.
Caso Mauro Villamil
La de la hincha de Central no será la única manifestación del día en el Centro de Justicia Penal. A las 19 la familia Mauro Villamil, asesinado el pasado 3 de mayo, también pedirá justicia.
El hombre tenía 36 años. Trabajaba desde hacía 17 años como playero en una estación de servicios del marcocentro y para apuntalar un buen sueldo, cuando terminaba su turno se subía a manejar un taxi. Incluso supo tener en su casa un quiosco y granjita. Una radiografía del laburante medio rosarino que le quita horas de descanso a su vida para sumar una moneda que le permita llegar a fin de mes con el salario. En ese marco de lucha, hace poco menos de un mes había formalizado con un casamiento la relación que tenía con la madre de sus tres hijos. Pero la vida no es justa ni nada que se le aproxime.
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El miércoles 3 de mayo a las 18.53 Villamil se estaba yendo de la verdulería de Corrientes y Gutiérrez con las bolsas de verduras que le faltaban para hacer la ensalada que acompañaría el asado que iba a comer con sus amigos. En ese mismo momento el negocio fue blanco de un demencial ataque a tiros con tinte mafioso. Al menos un hombre con una pistola ametralladora efectuó más de 30 disparos. En un parpadeo, Villamil estaba muerto y dos empleadas de la verdulería resultaron heridas, una de ellas con un disparo en la cadera.