El Colegio de Fonoaudiólogos de Santa Fe, Segunda Circunscripción (que abarca Rosario y zona) se involucró en una campaña nacional, organizada por la Federación Argentina de Fonoaudiología, que tiene entre sus objetivos principales visibilizar la tarea de esta práctica, jerarquizar el trabajo y lograr que haya más profesionales en áreas clave tanto de la salud pública como privada.
Marcela Cieri, presidenta del colegio local, y docente de la facultad de Psicología de la UNR habló sobre las incumbencias de la fonoaudiología, que no siempre son conocidas por la población general.
Desde el Colegio, se busca “defender la actividad fomentando la capacitación continua, el aprendizaje constante, la interdisciplina, y que la sociedad comprenda los verdaderos alcances de una tarea que es esencial en el desarrollo de aquellas personas que requieren el apoyo y acompañamiento de un fonoaudiólogo”.
Cieri destacó que las acciones profesionales se enfocan en el diagnóstico y tratamiento de “todas las perturbaciones donde el lenguaje se ve comprometido, en las distintas etapas de la vida”.
En general, se relaciona a este trabajo con la infancia, y si bien es cierto que la demanda es importante en los primeros años, hay muchas situaciones a lo largo de la existencia que requieren de la asistencia y mirada profesional de los fonoaudiólogos.
“La campaña Más Fonos Más Salud es una iniciativa que promueven Asalfa, una sociedad científica y profesional que nuclea a fonoaudiólogos universitarios; la Asociación de Fonaudiólogos de la ciudad de Buenos Aires (Afocaba), el Colegio de Fonoaudiólogos de la provincia de Buenos Aires, la Federación de Fonaudiología (a la que pertenece el Colegio profesional rosarino) y el servicio de Fonoaudiología del hospital Austral”, explica Cieri.
Los inicios de esta movida fueron el año pasado, pero sus alcances fueron creciendo y tomando un “color diferente” en cada lugar en la que se lleva a cabo. “La distancia entre la demanda de fonoaudiólogos y la oferta profesional se fue incrementando, y esto empezó a ocurrir antes de la pandemia”, expresa la presidenta de la institución.
Si bien es cierto que hay estudios que se hicieron a nivel mundial y que dan cuenta de que esta problemática se profundizó durante la crisis del Covid (que alejó a las personas de sus actividades habituales, a los chicos de la escolaridad presencial y que trajo un impacto anímico indiscutido en toda la población) "es un tema que venimos exponiendo desde hace tiempo”.
“En los ámbitos públicos y privados de la salud y a nivel educativo, los fonoudiólogos llevamos adelante un trabajo imprescindible para mejorar la calidad de vida de muchísimas personas. Es importante destacar que se trata de una carrera de cinco años que en Rosario se cursa en el ámbito de la facultad de Ciencias Médicas de la UNR y que abarca diversos aspectos del desarrollo, la audición y el lenguaje, previniendo, diagnosticando y otorgando respuestas a una diversidad de problemáticas”, comenta Cieri.
En distintas etapas
“Como sujetos humanos podemos necesitar de la consulta y seguimiento de un profesional fonoaudiólogo a lo largo de la vida. Queremos remarcar que nos encargamos de la evaluación diagnóstico, intervención, promoción y prevención de los trastornos que afectan el lenguaje, la voz, la audición, habla, comunicación y la fonoestomatología (incluye la succión, respiración, masticación, deglución y el habla) y estamos preparados para realizar un abordaje adecuado sobre dificultades de origen fisiológico, morfológico y/o neurológico”, detalla.
Hace años, para que una persona pudiese recibir el asesoramiento y atención de un fonoaudiólogo era necesaria una derivación por parte de un médico, algo que ya no es necesario, aunque desde ya, hay derivaciones. “Nuestra tarea es autónoma en muchos casos. Esto implica que una persona puede consultar en forma directa a un fono y a su vez su obra social o prepaga no debe requerir una autorización de otro profesional ante el inicio de un tratamiento o cuando se busca un diagnóstico”, explica la presidenta del colegio.
Ceri mencionó que el mundo de las problemáticas del lenguaje es sumamente diverso. En ese sentido, dijo que si bien en algunos casos puede detectarse una patología no siempre es evidente y por lo tanto se requiere un trabajo minucioso para el diagnóstico. Además, señaló, no todas las situaciones encierran un problema orgánico. Se pueden dar, además, disfuncionalidades como las del hablador tardío (que son los chicos que tienen un vocabulario que no se relaciona con la edad biológica), que a veces están relacionadas con problemáticas subjetivas (no solo con alteraciones neurofisiológicas)”. De allí que los fonoudiólogos tienen herramientas para poder detectar de qué origen es el problema y es común que trabajen en unión con los psicólogos.
Alta demanda, pocos cargos
En cuanto a la falta de profesionales en áreas muy sensibles de la salud, Marcela Ceri es contundente: “No hay cargos suficientes y esto es un problema de años. Es algo que sucede en la parte privada pero sobre todo a nivel público, provincial y municipal. No es raro que la gente pida un turno y se le otorgue meses después, o que no haya profesionales para hacer el seguimiento que es fundamental. Estas son cosas que necesitamos poner sobre la mesa, que el paciente también debe conocer. Es una carencia que se da a nivel nacional, no solo en nuestra región”.
La tarea de un fonoaudiólogo es inmensa en cuanto a sus alcances, y por eso es imprescindible, dicen desde el Colegio, que se visibilice la necesidad de contar con una mayor cantidad de profesionales para responder a la demanda enorme: problemas de audición, del desarrollo del lenguaje, asistencia a locutores, cantantes y toda persona que trabaja con su voz, tratamiento de la afasia (cuando hay alteraciones producidas por un traumatismo como golpe por accidentes), entre otros. “El campo es súper amplio y nuestro trabajo muy complejo porque además es de una gran cercanía con el paciente y en general, durante bastante tiempo”, enfatiza la fonoaudióloga.
“En el marco del reposicionamiento de nuestra tarea, tanto a nivel de la salud como a nivel educativo, hay cuestiones pendientes que con esta campaña queremos aclarar y reforzar. Y si bien estos profesionales pueden requerir por motivos distintos en cualquier momento de la vida, es real que un porcentaje importante está destinado al trabajo con las infancias”, comenta.
Al respecto, Cieri puntualiza: “Una de nuestras misiones como profesionales es llevar tranquilidad, no patologizar a la infancia, que la gente entienda que cada caso es particular y que los fonoaudiólogos estamos entrenados para eso, para mover algo en el contexto comunicativo y producir cambios favorables. Cada vez que trabajamos con un niño, por ejemplo, deben abrirse preguntas, hay que pensar en la infancia como momento de tránsito y donde lo fundamental es acompañar y alojar”.