Estefanía Libonatti tenía 23 años y estudiaba el profesorado de educación física cuando sus riñones empezaron a fallar y necesitó hacerse diálisis de manera inmediata. Era la única opción para seguir viviendo mientras esperaba un trasplante, que llegó dos años después gracias a la donación de su mamá, Norma Córdoba. Sin embargo, nunca dejó de practicar deporte. Siempre fue “su cable a tierra” y se convirtió en una parte esencial de su rutina no solo en esos días tan difíciles, sino a lo largo de toda su vida.
“Again, volver a empezar después de un trasplante” no es solo el nombre de la asociación civil que crearon Estefanía y Norma para fomentar la donación de órganos y la práctica del deporte, sino también el resultado de más de diez años de lucha. En la actualidad son referentes en el país y la región, y se convirtieron en una comunidad que teje redes de contención entre todos sus participantes.
“Me dializaba martes, jueves y sábado. Los sábados tenía siempre partido de hockey, así que cuando salía mi mamá me iba a buscar con todas las cosas, un sándwich y me llevaba al partido. Jugaba en reserva y más tarde llegué a primera. Eso es el deporte para mí”, contó Libonatti a La Capital. Aseguró que la ayudaba a despejarse y que los médicos le dijeron que pudo pasar ese proceso de la mejor manera posible gracias a la actividad física.
Su mamá admitió que la veía jugar preocupada. “Salía de diálisis con el bracito chorreando y a mí se me arrugaba el corazón, pero ella quería ir sí o sí”, recordó.
La joven jugaba los partidos con una cuellera, para que no se le viera a el catéter. Un día un árbitro lo notó y le preguntó cuánto hacía que se dializaba. A ella la sorprendió la pregunta. El hombre también había recibido un trasplante y le comentó a Estefanía la existencia de los Juegos Nacionales de Trasplantados. Ese momento fue la piedra fundacional de Again.
Tras muchos estudios de compatibilidad, finalmente el 17 de enero de 2013 Norma le donó uno de sus riñones a su hija. “Si tenés la oportunidad, hay cosas que no se dudan”, explicó la mujer. Mientras se recuperaba, la joven pensaba en si volvería a practicar deporte y de qué manera, y las palabras del árbitro de aquel partido volvían una y otra vez.
No solo existen los Juegos Nacionales de Trasplantados sino también los Juegos Latinoamericanos y Mundiales de Trasplantados. Estefanía participó de todos. Uno de los requisitos es que haya pasado un año del trasplante, así que mientras tanto aprovechó para ponerse en forma y llegar de la mejor manera posible.
La primera vez que participó de este tipo de competencias fue en abril de 2015. Trajo a Rosario medallas en todas las disciplinas de las que participó: vóley, salto en largo, velocidad en 100 metros y posta 4x100. A lo largo de todos estos años siguió dando el presente y representando a la ciudad y al país con muy buenos resultados.
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Falta de becas
La última vez que Estefanía compitió a nivel mundial fue en Málaga (España) en 2017, cuando se trajo tres medallas. Para los juegos de Inglaterra 2019 ya no pudo participar porque no fue becada y los costos de los viajes eran muy altos. Para los de Estados Unidos 2021, que finalmente se suspendieron por la pandemia, y los de Australia 2023, que serán el próximo abril, también clasificó pero tampoco irá. “Participar de los Juegos Mundiales me sale 5 mil dólares. No tengo la posibilidad de juntar ese dinero así que es importantísimo que las autoridades se hagan cargo de un porcentaje”, argumentó.
"Cuando uno empieza con estos problemas de salud deja de hacer deporte de alto rendimiento y tener la posibilidad de representar al país después de lo que nos pasó, no tiene comparación. Yo hice diálisis dos años y la pasé mal, pero hay gente que está conectada a una máquina y si no llega el pulmón, no llega. No hay tiempo de esperar. Representar al país y a todos esos compañeros es muy fuerte”, agregó Estefanía.
Tanto ella como su mamá hicieron hincapié en la necesidad de recibir ayuda estatal para que todos los deportistas trasplantados santafesinos puedan tener la posibilidad de competir y representar a la provincia. Es más, para los Juegos de Australia clasificaron cuatro santafesinos: Leandro Vidal de Pérez, Julián Gómez de Venado Tuerto y Emanuel Leiva y Estefanía Libonatti de Rosario. Leiva tuvo una complicación en su cuadro y no podrá sumarse. Por su parte, tanto Vidal como Estefanía no viajarán porque no pueden costear el viaje. El único que asistirá, por ahora, será Gómez.
"Hoy estoy apta, ya me hice los estudios. Los próximos Juegos Mundiales son en 2025 en Alemania, pero uno no sabe si va a llegar. Es crucial que haya apoyos económicos para que podamos estar", concluyó la joven trasplantada.
Red de contención
Mientras Estefanía competía y coleccionaba medallas, su madre pensaba que "había que hacer algo" para que todos los deportistas trasplantados pudieran seguir practicando actividad física y, en el mejor de los casos, ser parte de los torneos de alto rendimiento. "De Santa Fe había solo dos personas y yo pensaba... no puede ser que estemos solos. Empezamos con la búsqueda, íbamos a los hospitales y sanatorios, les contábamos a los médicos", rememoró Norma Córdoba.
Ante este escenario, nace en 2016 “Again, volver a empezar después de un trasplante”. El objetivo es que las personas trasplantadas, donantes y en tratamiento de diálisis se sumen a la práctica del ejercicio físico. Solo ellas dos, como donante y receptora, saben cuánto les ayudó la práctica deportiva para llevar los momentos más duros de su vida. Además de los incontables beneficios para la salud.
"Costó mucho, la gente tiene mucho miedo de volver a hacer deporte y muchas veces te traiciona la cabeza. Es importante que los médicos estén ahí para apoyarlos", subrayó la madre de Estefanía.
Desde ese entonces, las dos están a cargo de la asociación civil, que no solo fomenta la donación de órganos sino también la práctica deportiva y la idea de que siempre se puede volver a empezar y los resultados están a la vista. Por ejemplo, en los XII Juegos Argentinos y IX Latinoamericanos para trasplantados, que tuvo lugar en Salta en 2018, Santa Fe salió campeón de vóley. Again facilitó el armado del equipo y además se sumaron varios deportistas para el resto de las disciplinas. "Todos los que participaron volvieron con una medalla", destacaron.
Actualmente están vinculadas a Again alrededor de 25 personas en toda la provincia, del total unas 10 son deportistas de alto rendimiento. Sin embargo, no todo se reduce al ámbito competitivo. La asociación se convirtió en un punto de encuentro.
"Les insistimos para que no se queden solos, para hacer juntadas y conocernos, compartir cosas entre nosotros, hacer pequeños encuentros, torneos de truco, bicicleteadas. El tema es compartir", detalló Libonatti. También se ayudan para conseguir medicamentos, se pasan información para autorizar las órdenes en las obras sociales y se apoyan en los momentos más difíciles.