Fue el primer edificio de altura de Corrientes y Santa Fe, un hotel, sede temporaria del Jockey Club, un boliche y un complejo de compras. Con más de un siglo sobre sus espaldas, el ex Hotel Roma va en busca de otra vida. En la planta baja de la construcción de alto valor patrimonial se inaugurará esta semana un restaurante de comida saludable y algunas mejoras en el interior de la galería comercial. Una renovación tan necesaria como esperada para una construcción que guarda una parte importante de la memoria de Rosario.
El ex Hotel Roma tiene detrás una larga historia. Se proyectó acompañando los festejos por el centenario de la independencia y con la idea de alojar a quienes llegaban a hacer negocios a la Bolsa de Comercio.
El edificio lleva la firma de Alejandro y Pedro Máspoli, quienes tienen entre sus obras otros edificios emblemáticos de la ciudad, como La Bola de Nieve (Maipú y Córdoba) o el Hotel Savoy (San Lorenzo y San Martín), por sólo citar algunos ejemplos.
Y si bien en la década del 90, el viejo hotel se convirtió en un paseo de compras que se promocionó como "el primer shopping de Rosario", el edificio mantuvo casi intacta la imponente fachada y la cúpula que aún deja ver la marquesina original, con los hermanos más famosos de la antigua Roma alimentándose de una loba.
Aunque, en los últimos años, el centenario edificio fue perdiendo brillo. Actualmente, en el interior conviven locales de indumentaria, de lencería, de accesorios para celulares, estudios de tatuadores y las oficinas de una radio.
Los cambios
Las vidrieras de la fachada del edificio, que hasta hace poco exhibían los productos de una pinturería, están cubiertas de arriba a abajo con papel madera. En el interior del local, se trabaja en los últimos detalles para la apertura del restaurante verde que, en principio, está prevista para el próximo lunes.
"Queremos recuperar este lugar tan importante para la ciudad, que la gente vuelva a pasear y a recorrer este espacio", explica Jorge Eduardo Cura, titular de Garden, y repasa las novedades que tendrá el nuevo local: varias ofertas de almuerzos, ejecutivos y vegetarianos, happy hours y la posibilidad de quedarse a cenar.
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El edificio conserva la marquesina del viejo hotel.
Silvina Salinas / La Capital
Cura llegó al ex Hotel Roma hace dos años y medio. Alquiló un pequeño local por Corrientes donde montó un bar americano y de comida para llevar para completar el servicio que se ofrece en el restaurante del Palace Garden, a pocos metros de allí.
Ahora, la idea es sumar una carta más elaborada y extender el horario de apertura hasta casi la medianoche.
Una ciudad pujante
Los festejos del centenario de la Revolución de Mayo encontraron a Rosario en pleno crecimiento. La hotelería fue uno de los rubros que más se expandió en aquellos primeros años del 1800. Era necesario renovar los servicios para estar a la altura de la demanda de los visitantes extranjeros que llegaban a la ciudad.
Según detalla Rafael Ielpi en su libro "Rosario, del 900 a la década infame", el centenario iba a obligar a un urgente aggiornamiento en la hotelería de la ciudad. En esa época se abre el Hotel Savoy, un verdadero acontecimiento social para la época que incluyó una fiesta organizada por la Sociedad Damas de Caridad.
Al hotel Roma lo favorecía también su cercanía con el primer edificio de la Bolsa de Comercio, un verdadero polo de atracción de pasajeros. En 1922 publicitaba sus comodidades en la revista Moderna y resaltaba el servicio de "baños calientes y fríos".
El grupo Fotografías y estampas del Rosario Antiguo dedica varias publicaciones de sus redes sociales al ex Hotel Roma. Allí recuerdan que en 1906 se instaló en su planta alta la última sede del Jockey Club antes de mudarse a su edificio de Córdoba y Maipú.
Y mucho más cercano en el tiempo, en la década del 70 albergó al boliche Tívoli en su planta alta, a la que se accedía por calle Santa Fe.
De hotel a shopping
El 3 de junio de 1992, el diario La Capital publicaba un aviso publicitario que daba cuenta de la apertura del paseo de compras Plaza Roma. El lugar se presentaba como "el primer proyecto comercial de alto aporte comunitario" donde convergían la idea de crear un "espacio novedoso y altamente funcional" y de mantener "el espíritu del edificio".
Se trataba, destacaba el aviso de "una nueva manera de hacer negocios: invertir en la recuperación del patrimonio".
La crónica del día siguiente a la inauguración rescataba el "show de música, rayos láser y video" que se había desplegado en la esquina de Corrientes y Santa Fe. Al corte de cintas asistieron "funcionarios, empresarios y dirigentes de la ciudad", decía la crónica y resaltaba las palabras del por entonces intendente Héctor Cavallero sobre la importancia de estos emprendimientos en el área central rosarina que aventaban el "riesgo de los procesos de degradación y abandono" al que se enfrentaron los cascos históricos de las ciudades durante la década del 90.