El último eslabón, la venta de flores al público, tiene diferentes modalidades. El principal es el local a la calle. El núcleo siempre estuvo en barrio Lourdes, especialmente sobre Callao (supo ser "la calle de las flores", pero hoy solo quedan dos) y también Córdoba, en la zona de salas velatorias. Los alrededores del cementerio El Salvador, sobre avenida Presidente Perón, y La Piedad sobre Provincias Unidas, condensan unas cuantas, obedeciendo a la lógica de su origen.
Hay también algunas en el centro, más dedicadas a "regalar a los vivos": una sobre Corrientes, una en el Shopping del Siglo y otra por avenida Pellegrini, cerca del parque Independencia. Y otras pocas desparramadas por zona sur y norte. Los que venden de forma ambulante en la calle, llamados canasteros, suelen ser esporádicos y aparecen para las fechas comerciales.
Los que se dedican a eso por oficio y están todo el año vendiendo en puestos callejeros fijos también se suman: tres se ubican entre las peatonales San Martín y Córdoba, y uno en la Plaza López.
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Cementerios
De esta clase de puestos, sobre Francia, en la cuadra de El Salvador, hay unos tres, y también queda un puñado cerca de La Piedad. Pero han sobrevivido pocos: las personas van cada vez menos a los cementerios, en algunos casos por falta de seguridad, también porque hay cada vez menos entierros y más cremaciones, y en otros porque sencillamente las nuevas generaciones han perdido la costumbre de ir a visitar a sus familiares fallecidos.
Julián, encargado de Florería Scorpio, que está desde 1980 en Córdoba al 2900, apuntó que la función de la flor en la velatoria responde a un ritual humano muy antiguo: "Nos podemos remontar al Imperio Chino, Egipcios, las primeras civilizaciones. La flor es un símbolo máximo de belleza de la naturaleza que se hace presente en todas las etapas de la vida, desde el nacimiento hasta la muerte. En un sepelio cumple el rol de materializar un sentimiento para las personas que están acompañando en ese momento, descargarlo, y ayudarlos a transitar ese ritual que es necesario para que hagan el duelo", dijo.
Pero desde hace unos 10 años fue desapareciendo la costumbre de llevar coronas. En un momento se había puesto de moda reemplazarlo por una donación, pero eso también ya pasó. Además, los velorios están disminuyendo y casi todos van a cremación. También hay razones económicas: una corona cuesta hoy 120 mil pesos, y lo que más sale son los bouquets de mano para el cajón, o palmas, que cuestan menos.
También bajó la venta de este tipo durante fechas especiales como el Día del Padre o la Madre. "Los jóvenes ya no van al cementerio. Los que van son o gente bastante mayor, o que ha pasado por una tragedia como por ejemplo la pérdida de un hijo. Esos concurren todos los fines de semana. Pero el que iba a visitar a sus padres, ya prácticamente lo dejó de hacer. Las cosas fueron cambiando", explicó Federico Falcone, de Florería González, que vende flores frescas y secas por mayor y menor en calle Callao al 1000.
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Regalos
Así, la mayoría de las flores que hoy se venden son para regalo. El podio del ranking lo ocupan las rosas y los ramos de flores de estación combinados. Pero además, se modificó la forma de venta: antes todos los clientes concurrían al negocio, y ahora el grueso de la venta es online, vía WhatsApp o web, y hasta casi no se hace de forma telefónica. Todo se ha volcado a los medios virtuales.
"Se compran menos flores para los muertos, y más para los vivos. Nosotros antes éramos una empresa mayorista, no atendíamos al público y solo viajábamos afuera a traer mercadería. Pero con la globalización, las florerías empezaron a llamar al mercado de Buenos Aires y les mandaban una caja. Nos salteaban. Ahí empezamos a apostar a lo minorista, y hoy es el 70% de nuestra venta. Es el regalo, el cumpleaños, el casamiento, el evento. Para todo ese tipo de acontecimientos, va la flor, indudablemente", describió.
María Eugenia González de Almacén de Flores, un comercio que está hace 30 años en el mercado sobre avenida Pellegrini al 2500 y vende directamente al público para regalos y eventos, contó que los productos que tienen más salida son los ramos de flores en general. "Las rosas son un clásico, la roja sobre todo para expresar amor a una pareja, pero lo que se vende muchísimo también ahora son los ramos variados que tienen flores de estación, más coloridas, más raras. A la gente le gustan mucho las flores nuevas, y según la temporada hay bastante variedad", indicó.
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Los jóvenes
Si bien bajó el volumen de venta, y la falta de producción local elevó los precios, se sigue manteniendo la tradición de regalar una flor como un presente especial que expresa sentimientos. "Eso sigue estando, sobre todo en la gente joven, que es lo que más me asombra. La gente mayor está acostumbrada a regalar flores de toda la vida, pero ahora hay un segmento de los 16 a los 24 años que regala muchísimas flores, y presta especial atención a lo que quiere regalar, consultan detalles, la tienen clara", agregó la mujer.
Desde Florería Scorpio atribuyen este fenómeno a la influencia de las redes sociales. "Hace unos años las flores estaban estigmatizadas y vinculadas a los sepelios, y el público iba desde los 35 años en adelante. Pero las redes cambiaron esto y se amplió el rango etario de consumo. Esto se puede ver con el fenómeno de las flores amarillas, que a partir de la serie Floricienta inició una costumbre en México los 21 de septiembre, que luego se viralizó y se trasladó a nuestro país", subrayaron.
En esa línea, comentaron que a través de la visualización que dan redes como Instagram o Tik Tok a algunos arreglos florales de otros países, se generan consultas de clientes sobre especies extranjeras: "Eso empieza a moldear el consumo y la producción de nuestro país, porque los floricultores empiezan a buscar y cultivar nuevas flores respondiendo a un nuevo mercado, que cada vez se va educando y exigiendo otras especies que no se encuentran en Argentina, pero empiezan a aparecer de a poco", revelaron.
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Día de la Madre
En este marco, el Día de la Madre es obviamente una de las fechas más importantes en el calendario. "Las fechas especiales siguen siendo los momentos de mayor venta, pero el de la madre es el día por excelencia, porque todo el mundo quiere una flor para mamá, y si ya compraron otro regalo, lo acompañan con una florcita. El año pasado había disminuido un montón, y este lo vemos con mejor expectativa porque hubo muchas consultas", apuntó María Eugenia, en cuyo negocio ofrecen ramos variados desde 20.000 y 30.000 pesos, y rosas preparadas para regalo por 5.000 cada unidad.
"Se vendió mucho, tomamos pedidos desde dos semanas antes. Antes la gente no era tan previsora", resumió Falcone. Una docena de rosas cotiza 60.000 pesos y la media docena a 35.000. Un ramo variado, con tres precios estandarizados para poder cubrir los pedidos, están 30.000, 45.000 y 60.000 pesos", puntualizó.
Por el lado de Scorpio, los ramos de media docena de rosas que se combinan con flores de complemento, están en 47.200 pesos, y un ramo de flores de estación mediano a partir de 50.000 pesos. "Las ventas para el Día de la Madre vienen muy bien. Son fechas que son bastante sorpresivas, porque la gente no se anticipa a hacer el pedido por lo general. Entonces los últimos días son de mucha demanda, hasta llegar al mismo día de la fecha con personas en el local esperando por su ramo", contó Julián.
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Flores secas
Otra novedad es que empezaron a aparecer en cafeterías, bares y otros locales tótems de flores secas para llevar, que en realidad son extensiones de distintas florerías en búsqueda de reinventarse, al igual que la inclusión de plantas. El comercio gastronómico las tiene en comodato, y se queda con un porcentaje de la venta.
"Lo de los exhibidores lo arrancamos a hacer en la pandemia, como para buscar un producto que no se eche a perder. También se está haciendo en Buenos Aires, y después empezaron a aparecer otros. Hoy tenemos unos 40 repartidos en la ciudad, y no tenemos estructura para poder abastecer a todos los que llaman. Nos llevó un montón de inversión y recién se está acomodando, pero está dando resultados", contó Falcone.
En un contexto de crisis, el referente de Florería González afirmó que "el rosarino no quiere gastar, y es muy loco pero eso se acrecienta en las zonas pudientes". Así lo comprueban la salida que tienen las flores secas en los bares: "En Empalme la rompemos toda, y en Funes también. En Fisherton casi nada, y en el centro menos", detalló.
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