La situación en el estado brasileño de Rio Grande do Sul, lindante con el país, motivó que varios se preguntaran si había posibilidades de que las inundaciones que padece ese territorio afectaran el caudal del río Paraná. La situación que se vive en las ciudades costeras del río Uruguay sí están sufriendo consecuencias colaterales del desastre, aunque especialistas despejaron las dudas y señalaron que no hay posibilidad de que haya inconvenientes en esta zona. Por su parte, adelantaron que el río comenzará a bajar paulatinamente en lo que queda del otoño.
Porto Alegre, la capital de Rio Grande do Sul, muestra grandes áreas inundadas desde el 29 de abril y el escenario a corto plazo no es alentador, ya que los pronósticos anticipan más precipitaciones. Pero la tragedia no se limita a la capital estatal: son 446 los municipios de la región que sufrieron graves consecuencias, un 90 por ciento del total del estado.
Rio Grande do Sul se encuentra en un punto de encuentro geográfico entre las atmósferas tropical y polar, lo que creó un patrón meteorológico con períodos de lluvias intensas o sequía. Los científicos locales creen que este patrón se intensificó debido al cambio climático.
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Una vista aérea de un área inundada por fuertes lluvias en Porto Alegre, estado de Rio Grande del Sur.
Foto: AP
En diálogo con La Capital, el subgerente de Recursos Hídricos del Instituto Nacional del Agua (INA), Juan Borús, explicó que lo que decante del estado brasileño no repercutirá en la cuenca del río Paraná ya que la mayor cantidad de las precipitaciones que provocaron el desastre en Rio Grande do Sul se desarrollaron en una zona de vertiente hacia el océano Atlántico.
“Sólo un poco (de las lluvias) aporta a las cuencas del río Iguazú y el río Uruguay. Esto dio lugar a que en Iguazú se suspendiera durante cuatro días el servicio turístico a principios de mes, aunque ya el caudal está por debajo de lo normal y así va a continuar”, agregó.
Inundaciones en Concordia
En tanto, señaló sobre el río Uruguay, que provocó cientos de evacuaciones en Corrientes y Entre Ríos, que una parte de las lluvias alimentó a tres ríos que aportan a ese curso de agua, lo que provocó que haya inundaciones en sectores de esas provincias.
Al día de hoy, en varias localidades se llegó a un pico y las aguas están en un lento descenso, como el caso de Paso de los Libres (Corrientes).
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Al respecto, Borús sumó: “Todo lo que llovió sobre la cuenca del río Uruguay ya está en su máxima expresión, entrando en el embalse Salto Grande. Se espera que durante hoy y mañana se mantenga con un leve ascenso adicional, pero acotado. El embalse laminó el impacto de la crecida porque, si no, la cantidad de evacuados sería mucho mayor”.
Actualmente, más de 500 personas tuvieron que dejar sus hogares en Concordia por la crecida del río Uruguay
Panorama de bajante en el río Paraná
Si bien la situación actual en Brasil no modificará la actividad del río Paraná, sí se espera que durante el otoño se retome la situación de bajante.
Sobre ello, el referente del INA detalló: “El (río) Paraná inferior, desde la ciudad de Santa Fe hacia abajo, ha alcanzado el máximo esperado en término de caudales, con un máximo modesto. En Rosario no se alcanza el valor promedio de los últimos 25 años para mayo y ahora viene una tendencia en desnivel, a pesar de que está fluctuando entre los 3,30 y 3,40 metros, un metro por encima del nivel umbral de aguas medias”.
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La bajante volverá a hacerse presente en la región, aunque se estima que en condiciones distintas a las que ocurrieron entre 2020 y 2023.
Foto: Marcelo Bustamante / La Capital
El panorama por delante será de descenso para el resto del otoño. Borús consideró que todo el río Paraná estará en aguas bajas hacia el principio del invierno, condición que continuará durante esa estación.
Y a pesar de que hay probabilidades de un retorno de La Niña hacia fin de año, pidió ser cauto y limitarse a ir estación tras estación. Por lo pronto, estimó que la bajante no será “ni tan larga ni tan pronunciada” como la que se vivió entre 2020 y 2023.