Con temores, convencidos de que las medidas de seguridad tomadas hasta el momento son "insuficientes" e incluso con parte de los equipos de licencia, la guardia del Hospital Provincial volvió a atender a los pacientes este miércoles tras una estricta indicación del Ministerio de Salud de la provincia.
Ya pasaron dos semanas del asesinato del policía Leoncio Bermúdez en el edificio del efector, cuando dos hombres armados ingresaron al área de internación en busca de un interno de la cárcel de Piñero que estaba siendo asistido en el lugar. Luego del crimen, hubo días enteros de protestas, reuniones y asambleas.
"Hay mayores controles en la circulación de pacientes, pero todavía los equipos de salud seguimos insistiendo en que no están materializados todos los puntos requeridos en las reuniones previas", señaló Jerónimo Ainsuain, delegado del Sindicato de Profesionales Universitarios de la Salud (Siprus), quien adelantó que de no haber avances en los próximos días, habrá "nuevas manifestaciones públicas para visibilizar la situación del hospital".
La atención se retomó tras una resolución ministerial y una asamblea que durante la mañana del miércoles se llevó adelante en el mismo efector. Así, la guardia, con ingreso sobre Zeballos, volvió a recibir pacientes por primera vez desde la noche en que una decena de disparos fueron efectuados en el mismo edificio del hospital de Alem al 1400 y terminaron con la vida del policía Bermúdez cuando realizaba tareas adicionales en el efector.
"La atención se lleva adelante con un control de la circulación de los pacientes y sólo se permite el ingreso de la persona a ser asistida junto a un acompañante, y ya no se dejan esperando de a varios pacientes en una camilla como sucedía antes", indicó el dirigente gremial, que señaló que eso provoca "algunas demoras" en las atenciones.
Lo que además dejó en claro Ainsuain es que los equipos profesionales, médicos y no médicos del hospital para nada están convencidos que desde la noche el hecho hasta el momento se tomaron todas las medidas necesarias que garanticen a pleno la seguridad del personal y de pacientes, y advirtió que "se irá evaluando la situación día a día".
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De hecho, no sólo señaló que el retorno fue en un ánimo de "preocupación e incertidumbre" por parte de los trabajadores, sino que además indicó que hubo quienes desde el momento del hecho a esta parte tuvieron que requerir de licencias para poder recuperarse subjetivamente de la situación que habían atravesado. "Otros no tomaron licencia, pero están pasando por momentos de mucho estrés", agregó.
Medidas insuficientes
Para el final de la semana pasada, cuando la ministra de Salud Sonia Martorano ya había firmado un compromiso de llevar adelante una serie de medidas edilicias concretas en el efector, además del incremento de la presencia de fuerzas de seguridad, los médicos advertían que la concreción llevaría tiempo y que, para entonces, apenas si se había colocado "una traba" en las puertas de la guardia.
Es que los equipos requieren cerrojos electrónicos, puertas blindadas y la puesta en práctica de un protocolo de control de la circulación que incluso en la jornada del miércoles, con la guardia ya funcionando, aún no ven llevarse adelante.
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Tras el crimen del policía del Leoncio Bermúdez motivó un abrazo solidario al Hospital Provincial por el personal de salud.
Foto: Celina Mutti Lovera.
"El protocolo determina puntualmente los roles de la policía y del personal de seguridad privada, y la circulación del personal", detalló Ainsuain, aunque indicó que justamente "la mayor preocupación incluso al día de hoy es que uno se para en el hall de ingreso del hospital y ve pocos controles, ve grupos de personas que entran de cinco y nadie les pregunta nada y eso hace que la gente no se sienta segura".
Ese escenario, además de "preocupación" es el que provoca "enojo" entre los trabajadores que volvieron a la atención. "El propio Ministerio firmó hace 48 con la dirección del hospital una circular para reforzar el control del ingreso principal del edificio, con indicaciones concretas de seguridad y hoy, dos días después, vemos que no se cumple", afirmó el dirigente de Siprus para explicar el ánimo de los equipos que se sienten directamente "desprotegidos".
Contexto de transición
Más allá de admitir que "el flujo de pacientes y gente que tiene el hospital es difícil de controlar", Ainsuain señaló el contexto de final de gestión en que se produce el conflicto, lo que hace que la toma de decisiones se diluya.
"«Nosotros ya nos vamos», es un argumento que escuchamos de los funcionarios", dijo el dirigente, que reclamó que "la gravedad de lo sucedido y de la situación que atraviesa el hospital amerita que sea un tema prioritario en la mesa de transición".
De hecho, los dirigentes de Siprus, además de mantener reuniones con las autoridades aún en ejercicio, vienen reclamando ser recibidos "en una mesa conjunta para trabajar en una mesa común, que incorpore a la discusión a todos los actores".
Para Ainsuain, ese paso es clave para despejar incertidumbres. "Ahora llega un protocolo de seguridad que todavía se tiene que firmar, que certeza tenemos que eso tendrá continuidad en dos semanas cuando cambie la gestión. Necesitamos que nos escuchen los que están y los que vienen", concluyó.