La proliferación de palomas, como si se tratara de la película "Los Pájaros (Birds)", de Alfred Hitchcock, no sólo genera malestar por cuestiones de higiene, sino también por lo que cuesta pasar por el taller de chapería y pintura cuando un auto fue afectado por excremento.
En la actualidad, estos comercios reciben cada vez más vehículos que necesitan ser repintados a raíz del efecto negativo sobre la carrocería de la sustancia que contiene la materia fecal mezclada con la orina.
Por otro lado, en grandes edificios y balcones buscan ahuyentarlas con la instalación de pulmones de redes para evitar que aniden allí.
Jorge Nogues, responsable del taller San Jorge de chapería y pintura, comentó que reciben cada vez más vehículos para ser repintados producto del deterioro que provoca la materia fecal de las palomas y los huevos que suelen caer sobre la carrocería.
"La caca de paloma es muy ácida, corrosiva. Si la extraés rápido no hay problema, pero si se queda allí penetra el barniz de la laca y no hay forma de quitarla, hay que repintar la pieza", explicó. Para evitar mayores inconvenientes, recomendó aplicar un paño mojado durante cinco minutos para ablandar la sustancia y evitar rayones en la pintura; caso contrario, no queda otra opción que la cabina presurizada del taller y pintar el panel a nuevo.
"La demanda se fue incrementando porque se debe repintar el paño, y su costo puede rondar entre los 50 y 80 mil pesos sólo de pintura", comentó.
En ese contexto, agregó que, en el caso de los huevos que caen sobre la chapa "es mucho peor porque si lo toma el sol queda más marcada". Y, en ese sentido, apuntó que suele marcarse en colores oscuros: "Es como si quedara debajo de la laca, algo parecido a esas fotos que solían colocarse debajo de las mesas de vidrio".