Dos ciudadanos brasileños fueron imputados y quedaron en prisión preventiva sin plazos sospechados de cometer 370 hechos de defraudación y estafas con clonación de tarjetas de créditos falsificadas (skimming) y por ser parte integrante de una asociación ilícita. Hace poco más de un mes los habían detenido en la ciudad de Córdoba en flagrancia mientras instalaban un dispositivo. La investigación del caso está en manos de la Unidad de Cibercrimen del Ministerio Público de la Acusación (MPA) de Rosario.
Raimundo S.S.J., de 42 años, y Alvez de A.J., oriundos de Brasil, llegaron ayer al mediodía al Centro de Justicia Penal (CJP) donde los aguardaba el fiscal de la Unidad de Cibercrimen, Matías Ocariz, para achacarles una gran cantidad de delitos detectados a partir del trabajo de rastreo de datos, informes y pericias colectados en legajos originados en denuncias de unos 170 rosarinos que se encontraron con sus cuentas saqueadas.
Los sospechosos fueron detenidos el 22 de noviembre pasado en flagrancia mientras intentaban instalar los dispositivos de clonación en un cajero de la ciudad de Córdoba, pero ya habían sido identificados por el MPA de Rosario.
El fiscal Ocariz indicó a La Capital que la investigación se originó a partir de situaciones que se denunciaron en Fiscalía y en los bancos, y que daban cuenta de ciudadanos damnificados que utilizaron los plásticos entre septiembre y noviembre en cajeros automáticos del macrocentro.
La pesquisa se centró en la obtención de las filmaciones como elemento fundamental para identificar los puntos y el momento de colocación del skimmer para identificar a los autores y a las víctimas, entrecruzar informes bancarios, buscar rasgos comunes de los hechos, y corroborar las operaciones bancarias.
En total les endilgaron 192 hechos consumados y 178 tentativas, por un fraude total de 728.730.00 pesos. Un tercer integrante de la banda fue imputado la semana pasada. “La prueba colectada es abundante, las principales resultan de las filmaciones del momento en el que colocan los dispositivos”, amplio el fiscal.
El ardid consistía en instalar un lector de tarjetas magnéticas en la ranura donde el cliente las inserta para adquirir la información y transmitirla a través de cámaras de video. Luego obtenían el PIN de seguridad para confeccionar tarjetas clonadas. Las maniobras se concretaron a través de extracciones y transferencias de un cajero de Capital Federal con datos obtenidos en Rosario.
El fiscal les imputó defraudación calificada por el uso de tarjeta de débito falsificadas, falsificación de moneda en grado consumado, defraudación calificada por el uso de tarjetas de débito falsificadas, falsificación de moneda en grado de tentativa (178 hechos) y coautores de integrar una asociación ilícita.
El juez Postma aceptó la calificación legal, dio por formalizada la audiencia y dictó para ambos imputados la prisión preventiva por el plazo de ley, que es de dos años.
