En el quinto encuentro de la reunión plenaria del Senado de la Nación donde se debate la legalización del aborto, el ministro de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein, fue el primero entre 16 expositores en hacer uso de la palabra. El funcionario, quien resistió los embates de varios legisladores y avala el proyecto con media sanción de Diputados, planteó que si se habilita la interrupción voluntaria de los embarazos en la Argentina "el 90 por ciento sería farmacológico".
Trascartón, el funcionario comparó el costo que le implica al Estado un aborto: "11.500 pesos actuales por cada práctica contra 1.914 si se legaliza".
Superado el pedido de prohibición que habían planteado dos senadores para impedir que Rubinstein expusiera, el ministro se tomó más de veinte minutos en su oratoria, pero luego estuvo más de una hora en varios contrapuntos con los legisladores presentes en el recinto de la Cámara alta.
Casi como un mapa que muestra países desarrollados y subdesarrollados, el ministro apeló a varios ejemplos del mundo para fundamentar su idea: a mayor restricción, mayores son las interrupciones clandestintas y las muertes de mujeres. "En los países con aborto legal, hubo disminución de abortos cada mil mujeres", afirmó.
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Presencia del ejecutivo. Rubinstein aclaró ayer que habló "en nombre del ministerio y no del gobierno".
Y en esta línea de mostrar datos y estadísticas, Rubinstein puso sobre el atril dos situaciones. Una interrupción voluntaria del embarazo tiene un costo promedio de 11.500 pesos contra 1.914 pesos se la práctica se legaliza. En esta línea, indicó que el 90 por ciento de los casos serían prácticas con tratamiento farmacológico
"El descenso se explica por la reducción de las internaciones, que bajarían, y la medicación, que estaría garantizada. El costo total, teniendo en cuenta las 354.627 internaciones actuales, bajaría de 4 mil millones de pesos a 678 millones de pesos. Lo que bajaría dramáticamente es el costo de las complicaciones", puso como evidencia Rubinstein.
"El aborto es un problema de salud pública porque produce muertes evitables y sobre todo en mujeres con alta vulnerabilidad social. Los países restrictivos no reducen la muerte por abortos e implican mayores costos para el sistema de salud", consideró el ministro de la cartera sanitaria.
Tras su alocución, Rubinstein tuvo un durísimo contrapunto con varios senadores, entre ellos con el ex ministro de Educación macrista, Esteban Bullrich. "Hablo en nombre del Ministerio de Salud, no en nombre del gobierno", tuvo que defenderse el ministro.
Ricos y pobres
Entre los 16 expositores también se destacó la presencia del ex ministro de Salud de la Nación, Ginés González García.
"Hay una evidencia mundial de que esta ley tiene que ver con la disminución de la mortalidad materna", esgrimió el ex ministro y calificó la actual situación como "un negocio clandestino donde el medicamento (abortivo) cuesta 3.200 pesos, pero en el mercado clandestino tiene un costo infinitamente superior".
González García hizo hincapié en el gasto público, "sobre todo por las 45 o 46 mil internaciones que se registran cada año" y advirtió: "El sistema de obras sociales tiene muchas internaciones posteriores a un aborto".
El ex ministro aseguró que "hay abortos de ricos y de pobres. Ante tanta desigualdad, el acceso al aborto legal significaría una reducción importantísima de la brecha".
El 8 de agosto será el día de la votación. Hoy hay una diferencia a favor del "no" de 32 a 28, 11 indecisos y una abstención.