Hasta la puerta de los consultorios externos del Hospital Centenario se acercan madres que cuidan a sus hijos con epilepsia, que no encuentran alivio en las terapias tradicionales, adultos mayores que descubrieron en unas gotas de aceite una buena forma de aliviar sus dolores de artrosis y también pacientes jóvenes en tratamiento por cáncer o fibromialgia, entre otras patologías. A menos de un mes de habilitados, los servicios públicos de cannabis de hospitales y centros de salud ya completan todos los turnos. Para los profesionales que están al frente de esos espacios, se trata de dar respuesta a una demanda que se encontraba desatendida en la salud pública.
Los consultorios de cannabis medicinal se pusieron en marcha el primer lunes de septiembre en 31 hospitales y centros de salud de toda la provincia. En Rosario, funcionan en los hospitales Centenario, de Niños Zona Norte y el Geriátrico Provincial, pero también en siete centros de salud: el Nº27 Ramón Carrillo (Tucumán 5627), Nº 94 Empalme Graneros (Olavarría y Larrea), Nº 20 La Esperanza (Pizurno 1930), Nº 9 San Francisquito (Gálvez 3501), Sur (Ayacucho 6300), Nº 3 Siete de septiembre (Martinez de Estrada 8150) y el Nº 29 Arados de la Madrid (Conrado Nalé Roxlo 4780).
Después de que en 2017 se aprobara la ley que habilita la investigación y producción de cannabis con fines medicinales (Nº 27.350) y que la Anmat incluyera en 2020 al cannabidiol como medicamento para el tratamiento de la epilepsia farmacorresistente, varias provincias habilitaron consultorios de consejería en hospitales públicos. Pero Santa Fe fue la primera en construir una red para la atención de las personas que concurren a los servicios de salud pública, con la posibilidad de acceder a la atención en distintos barrios, cerca de donde viven los pacientes, y de realizar derivaciones con especialistas.
Los profesionales médicos al frente de estos consultorios no sólo brindan orientación y acompañamiento en terapias con cannabis, sino que también asesoran en los trámites para que los usuarios puedan inscribirse en el Registro del Programa Cannabis (Reprocann) que autoriza al cultivo controlado de cannabis con fines medicinales o terapéuticos. Cuando se presentó la red, la ministra de Salud de la provincia consideró la iniciativa como un hito “porque tiene que ver con poner ciencia sobre algo que estaba siempre silenciado y en la oscuridad", explicó.
En el hospital
Jorge Capriotti es médico neurólogo y está al frente del consultorio de cannabis del Hospital Centenario. "Muchos de las personas que recibo son pacientes que ya vienen tomando aceite de cannabis. A diferencia de otros tratamientos donde es el médico es quien prescribe una terapia, acá generalmente son los pacientes los que piden la indicación médica", explica y celebra que, con la habilitación de estos servicios, "las personas que se atienden en la salud pública accedan a los mismos derechos que quienes se atienden en la salud privada". Al fin de cuentas, dice, se trata de un tema de equidad.
La apertura de los consultorios, destaca, fue el punto de llegada de una serie de acciones que permitieron sacar al cannabis medicinal del closet. Entre estas, la aprobación de leyes provinciales y nacionales, el inicio de la producción de aceites en el laboratorio público provincial (LIF) y la realización de capacitaciones virtuales a los agentes de salud, que contaron con más de 600 inscriptos de las cinco regiones de la provincia.
Cuando se comenzó con la atención de pacientes, cada uno de los centros de salud se puso el objetivo inicial de ofrecer cuatro turnos semanales para consultoría en cannabis. El número no sólo se cumplió ya en la primera semana, sino que en las siguientes se fueron sumando nuevas consultas. "Muchos ya vienen tomando aceites, que compran en dietéticas o que produce un familiar que cultiva, otros se acercan a preguntar si el cannabis puede serles útil para su patología", cuenta Capriotti. En la mayoría de los casos, las terapias con cannabis acompañan o complementan los tratamientos tradicionales.
"Actualmente, en cada uno de los consultorios estamos atendiendo un promedio de cuatro pacientes por semana, creemos que a futuro vamos a necesitar más turnos, a medida de que se vaya ampliando la información entre los usuarios o que los profesionales empiecen a derivar a sus pacientes", destaca el médico.
Quienes llegan a los consultorios, afirman, no escapan a lo descripto en diferentes investigaciones sobre el uso de cannabis medicinal. "Tenemos una población pediátrica importante, con epilepsias, autismo o espasticidad, y adultos mayores con artritis o artrosis. Pero entre esas dos puntas vas a encontrar todas las edades posibles", dice el profesional que se recibió de médico en 2009, sin que el plan de estudios incluyera información sobre el funcionamiento del sistema endocannabinoide (encargado de equilibrar procesos metabólicos en el cuerpo), ni de los tratamientos con cannabis.
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Los desafíos
La red de consultorios cannabicos funcionan como parte del Proyecto Provincial de Cannabis Medicinal, a cargo de Sofía Maiorana, que tiene como objetivo avanzar en la generación de políticas públicas integrales que aborden la investigación, desarrollo, producción y generación de un conocimiento transferible relacionado con las terapias que incluyen el uso de cannabis.
Actualmente, la implementaciones de estas terapias está autorizada sólo para el tratamiento de epilepsias que no responden a otros fármacos. En esos casos, los médicos pueden indicar los aceites producidos por el laboratorio provincial, pero en otras patologías se recurre a aceites artesanales, producidos por cultivadores solidarios, o se hecha mano al autocultivo.
Para Capriotti, es necesario ampliar las patologías autorizadas para indicar cannabis, ya que existe evidencia científica que lo avala, pero mientras tanto urge asegurar que los aceites que consumen los pacientes sean seguros y se pueda conocer su contenido a través de la firma de convenios con universidades para que se puedan testear los aceites en forma gratuita.
"Hemos avanzado mucho, se conformó un equipo de profesionales que está trabajando y produciendo evidencia sobre los beneficios del uso de cannabis, pero aún tenemos un largo camino por delante", señala el médico y advierte que entre los profesionales de la salud aún existen muchos prejuicios y lugares comunes vinculados al uso de los aceites que quedan convertidos en "el último orejón del tarro, cuando no existen otras opciones farmacéuticas".
Santa Fe fue una de las primeras provincias en abordar el uso del cannabis desde la salud pública. En 2016 sancionó la Ley 13.602 que lo incorpora dentro del formulario terapéutico provincial (Iapos) “para el tratamiento de síndromes, trastornos, enfermedades poco frecuentes, patologías como epilepsias, cáncer, dolores crónicos, fibromialgia, glaucoma, esclerosis múltiple, tratamiento del dolor, estrés postraumático y toda otra condición de salud, existente o futura, que la Autoridad de Aplicación de la presente ley considere conveniente”.
Además, establece la conformación de un "Consejo Asesor de Políticas Relacionadas al Cannabis" con la participación de organizaciones de la sociedad civil y familiares de pacientes.
A su vez, el LIF desarrolló una especialidad medicinal a base de cannabidiol poniéndola a disposición de los santafesinos y las santafesinas para su uso en epilepsia farmacorresistente, garantizando el derecho a la salud.