La Madre Teresa de Calcuta, una de las figuras más icónicas del siglo XX, será elevada a los altares durante una misa al aire libre que mañana encabezará el Papa Francisco, que atraerá a cientos de miles de fieles al Vaticano.
La Madre Teresa de Calcuta, una de las figuras más icónicas del siglo XX, será elevada a los altares durante una misa al aire libre que mañana encabezará el Papa Francisco, que atraerá a cientos de miles de fieles al Vaticano.
Nacida en el seno de una familia albanesa como Agnes Gonxha Bojaxhiu el 26 de agosto de 1910 en Skopje, Macedonia, la Madre Teresa se dedicó durante la mayor parte de su vida a ayudar a los pobres. En 1950 fundó la congregación Misioneras de la Caridad y ganó reconocimiento internacional por su obra, incluyendo el premio Nobel de la Paz en 1979.
"La canonización de la Madre Teresa nos invita a ver en ella un héroe cristiano, un modelo sobresaliente de la vida cristiana", afirmó en marzo el sacerdote canadiense Brian Kolodiejchuk, quien promovió la santidad de la monja.
Aunque fue una figura venerada internacionalmente, no gozó de las simpatías de todo el mundo. Su duro rechazo al aborto y la anticoncepción, así como su disposición a recibir donaciones de dictadores fueron motivo de controversia.
Cartas privadas publicadas después de su muerte, el 5 de septiembre de 1997, revelaron también que en los últimos 50 años de su vida estaba desesperada por la sensación de haber perdido el contacto personal con Jesús mientras seguía firmemente dedicada a su causa.
La canonización del "ángel de los pobres" es uno de los momentos culminantes del Jubileo de la Misericordia inaugurado el año pasado por Francisco, que concluirá el 20 de noviembre.
El Papa oficiará en la Plaza de San Pedro una misa durante la cual se le pedirá tres veces, en latín, que eleve a la Madre Teresa a los altares. La santidad estará oficialmente reconocida en cuanto Francisco responda a las tres peticiones, también en latín.
Como la canonización se lleva a cabo el día previo a la fecha de muerte de la religiosa, se espera que haya más celebraciones y servicios religiosos el lunes y los días siguientes.
El miércoles y el jueves los peregrinos tendrán permiso para visitar la habitación que utilizaba la Madre Teresa durante sus visitas a Roma, en el convento de la iglesia de San Gregorio Magno, cerca del Coliseo.
Milagro. El brasileño cuya milagrosa cura de una infección cerebral allanó el camino para la canonización de la Madre Teresa, dijo ayer que está agradecido por su vida pero que no se siente particularmente escogido por Dios.
Marcilio Haddad Andrino dijo durante una conferencia de prensa en El Vaticano que, más bien, él solo es un ejemplo de la amplia misericordia y amor de Dios.
"El Señor misericordioso nos mira a todos sin distinción", dijo Andrino, un ingeniero mecánico de 43 años. "Quizás esta vez fui yo, pero quizás mañana será alguien más. La madre misericordiosa nos cuida a todos. No me siento especial".
Andrino, nacido en Santos, en el estado brasileño de San Pablo, le fue diagnosticado una afección renal a los seis años, por lo que debió ser trasplantado, logrando de todos modos recibirse como ingeniero en 1998, con sucesivos master y doctorado.
En diciembre, el Papa Francisco decretó que la cura de Andrino era un milagro luego que doctores y teólogos del Vaticano determinaron que era inexplicable desde un punto de vista médico y que se debía a la intervención de la Madre Teresa, quien murió en 1997. Fue el paso final necesario para canonizar a la monja que cuidó de los más pobres.
El portavoz del Vaticano Greg Burke dijo que los 100.000 boletos para la misa del domingo habían sido distribuidos, pero que la cantidad de gente a reunirse podría ser mayor y que podría llenar las calles cercanas a la Plaza de San Pedro. Hasta ahora, 15 delegaciones oficiales han confirmado su presencia, 13 de ellas dirigidos por jefes de Estado, y 600 periodistas se han acreditado.
La esposa de Andrino, Fernanda Nascimento Rocha, recordó que ella y su familia comenzaron a rezar fervientemente por la intercesión de la Madre Teresa tras recibir una reliquia de la monja el 5 de septiembre del 2008, luego que Andrino comenzara a padecer de los efectos de una infección viral en el cerebro.
Para diciembre de ese año, pese a que se le administraron fuertes antibióticos, los abscesos cerebrales y fluidos se habían acumulado tanto que Andrino estaba teniendo dolores de cabeza incapacitantes. De acuerdo con la historia oficial, los doctores decidieron que lo único que se podía hacer es operar, pero el día de la operación no pudieron prepararlo.
"Cuando el doctor salió de la sala de operación diciendo que no lo podían operar —y que el medicamento ya no estaba funcionando— yo recé mucho", dijo Nascimento Rocha. "Le pedí a la Madre Teresa que curara a Marcilio si esa era la voluntad de Dios; si no, que se lo llevara de la mano a la casa de nuestro padre para sentir su cariño".
Andrino fue sometido a un drenaje de los ocho abscesos que se le habían formado en el cerebro.
Cuando el médico regresó al cuarto de Andrino, él estaba despierto, libre de dolor y asintomático.
En un lapso de seis meses, dijo Andrino, él había regresado a trabajar. Poco después, la pareja tuvo al primero de sus dos hijos, pese que le habían dicho que los fuertes medicamentos le harían estéril.
Andrino dice que sus hijos son "la extensión del milagro".