La investigación por el triple femicidio narco de Florencio Varela sumó un nuevo capítulo este domingo con la detención de Ariel Giménez, un argentino de 29 años, señalado como el sexto sospechoso en la causa. Según la pesquisa, Giménez habría sido contratado por la banda narco para una tarea clave: cavar el pozo en el que fueron sepultados los cuerpos de Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15).
La aprehensión se concretó durante un operativo de la Policía Bonaerense, cuando los agentes lo interceptaron en las inmediaciones de su domicilio en Florencio Varela. Los investigadores venían siguiendo sus pasos de manera encubierta y esperaron el momento de su regreso para evitar que pudiera fugarse.
De acuerdo con fuentes judiciales, Giménez no formaba parte del grupo que habría secuestrado y asesinado a las jóvenes, pero cumplió un rol determinante en la logística posterior del crimen. “Sabía lo que hacía, su participación fue consciente y necesaria para ocultar los cuerpos”, señaló un vocero de la investigación.
Una detención en silencio
La captura de Giménez fue posible porque el sospechoso, días atrás, había descartado su teléfono celular tras hacerse público el hallazgo de los cuerpos. Esa maniobra lo dejó desconectado de posibles alertas que pudieran advertirle sobre los allanamientos en marcha. “Creyó que iba a pasar inadvertido, pero ya estaba identificado y marcado”, explicaron los investigadores.
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Cuando volvió a su vivienda, los efectivos ya lo esperaban. Lo redujeron sin resistencia y quedó inmediatamente a disposición de la Justicia. En las próximas horas será indagado por el fiscal de la causa, Gastón Dupláa, quien deberá definir su grado de responsabilidad dentro de la organización criminal.
Seis detenidos y una búsqueda internacional
Con Giménez, ya son seis los arrestados en la causa. Los primeros en caer fueron Miguel Ángel Villanueva Silva (27, de nacionalidad peruana) y tres argentinos: Iara Daniela Ibarra (19), Andrés Maximiliano Parra (18) y Magalí Celeste González Guerrero (28), descubiertos en la vivienda donde aparecieron los cuerpos mientras limpiaban manchas de sangre con lavandina.
Días después, se sumó la captura de Víctor Sotacuro Lázaro, arrestado en la ciudad boliviana de Villazón.
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La principal línea de investigación apunta ahora a la detención de Tony Janzen Valverde Victoriano, conocido como “Pequeño J”, sindicado como autor intelectual y cabecilla de la organización narco vinculada al crimen. Interpol emitió una notificación roja internacional el 27 de septiembre para intensificar la búsqueda.
El documento lo acusa de haber actuado en coordinación con el resto de los implicados, aplicando torturas y violencia extrema contra las jóvenes antes de asesinarlas y ordenar que fueran enterradas en el patio de la vivienda ubicada en calle Chañar 702.
El trasfondo narco y la brutalidad del crimen
El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, calificó el hecho como una “venganza narco” y confirmó que se trató de una emboscada organizada. “Las víctimas fueron engañadas con la promesa de participar en un evento, pero en realidad estaban cayendo en una trampa”, explicó.
La hipótesis oficial es que la banda, vinculada a redes de narcotráfico transnacional, ejecutó el triple femicidio como parte de un ajuste de cuentas. La saña con la que fueron atacadas y los roles distribuidos entre los acusados refuerzan esa teoría.
Un caso que conmueve y crece en dimensión
El crimen de Brenda, Morena y Lara no solo sacudió a Florencio Varela y La Matanza, sino que generó un fuerte impacto social en todo el país. Marchas multitudinarias se replicaron en distintas ciudades, bajo la consigna de que “no hay víctimas buenas ni malas: hay femicidios”.
Con la detención de Giménez, la causa sigue sumando piezas en un rompecabezas que todavía está lejos de completarse. Para los investigadores, su rol logístico fue fundamental para intentar ocultar el delito, aunque su captura abre la expectativa de nuevas revelaciones que puedan acercar a los autores materiales e intelectuales.
Mientras tanto, la atención está puesta en la captura de “Pequeño J”, considerado la figura central de la trama narco detrás de este triple femicidio que marcó un nuevo capítulo de violencia extrema en el conurbano bonaerense.
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Quién es Pequeño J, autor intelectual del triple femicidio
Esta semana, el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, sostuvo que se creyó que "Pequeño J" fue el autor intelectual del triple crimen con el objetivo de "dar un mensaje" a las líneas medias de la organización narcocriminal.
En el mismo marco, se emitió un pedido de captura nacional e internacional con notificación roja de Interpol para Matías Agustín Ozorio, de 28 años, la mano derecha del capo narco, imputado como coautor del asesinato de las tres jóvenes.
La circular roja de Interpol fue solicitada por Gastón Duplaá, a cargo de la Fiscalía N° 2 de La Matanza, y le imputó a Ozorio el delito de "triple homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas, por alevosía y ensañamiento, y por haber sido cometido por un hombre contra una mujer mediante violencia de género".
Según la notificación de Interpol, los asesinos "aumentaron intencionalmente y de manera inhumana el sufrimiento al causar padecimientos innecesarios" a las víctimas. El documento agregó que los atacantes "utilizaron su condición biológica dominante de género al ejercer violencia de género sobre las víctimas mujeres".