El uso de redes sociales siempre está bajo la lupa, sobre todo cuando se trata de una utilización intensiva de las plataformas. En este marco, niños y adolescentes son más vulnerables a los efectos negativos de las mismas según explicaron psicólogos y pediatras ya que, aseguraron, una incorrecta distribución del tiempo en las redes puede derivar en cuadros de ansiedad, depresión e irritabilidad. A raíz de ello, señalaron que se deben promover actividades fuera de las pantallas y estipular períodos de uso.
La recomendación de los especialistas llega tras un informe que advierte que hasta el 95% de los adolescentes de entre 13 y 17 años usan alguna red social y más de un tercio afirmó que las utilizan “casi constantemente”. El dato fue publicado por el jefe de Salud Pública de Estados Unidos, Vivek Murthy, en un estudio llamado “Redes sociales y la salud mental de los jóvenes”.
La pediatra Silvina Pedrouzo aseveró que el uso constante de redes sociales en estas tempranas franjas etarias se debe a la aparición de “sistemas de recompensa” que funcionan, principalmente, con las notificaciones, los comentarios o la acumulación de seguidores: “Son un refuerzo positivo que generan la motivación de repetir la acción”.
“Vemos alteraciones visuales, dolores articulares, cefaleas y algunos síntomas vinculados al sedentarismo como sobrepreso o trastornos del sueño. También se reportan cambios de humor, alteraciones de comportamiento, hiperactividad, fallas en la socialización, alteración de otras actividades, conductas de aislamiento y cuadros de depresión o ansiedad”, sostuvo quien es secretaria de la Subcomisión de de Tecnologías de la Información y la Comunicación de la Sociedad Argentina de Pediatría.
Sobre los adolescentes en particular, Pedrouzo detalló, en diálogo con Télam, que el uso intensivo y prolongado de las redes sociales se da por el hecho de que “están en una etapa vulnerable, de muchos cambios, y buscan un ámbito de interacción lejos de la mirada de los adultos”.
Miedo a quedarse afuera
Por su parte, la psicóloga Laura Jurkowski aseguró que la naturalización del uso intensivo de las redes sociales es una barrera a la hora de identificar un potencial problema.
“Vemos un aumento de la ansiedad en relación a las redes sociales con el famoso FOMO (Fear of Missing Out), que es el miedo a quedarse afuera de algo. Los jóvenes están muy pendientes del otro, están buscando la aprobación y quieren compartir un mundo con pares”, aseveró.
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La psicóloga, que dirige el sitio Reconectarse y que se especializa en adicciones a las pantallas, indicó que al utilizar las plataformas los jóvenes “empiezan a vivir una vida virtual y muestran una identidad que muchas veces no es la misma que en el cara a cara”. Esto, agregó, puede derivar en aislamiento social.
“Las redes sociales ofrecen inmensas posibilidades de compartir con el otro, pero ahí se publica lo que uno quiere mostrar al mundo, que son cosas buenas. Esto genera que se piense que el otro es más feliz, que le va mejor en la vida y eso puede producir baja autoestima o angustia”, añadió.
Límites de tiempo
Tanto Pedrouzo como Jurkowski coincidieron en que para combatir la problemática se tiene que promover un uso limitado de las redes sociales, favorecer actividades por fuera de las pantallas y que los padres estén atentos al comportamiento de los jóvenes.
“Es necesario promover actividades offline, como la actividad física, mantener equilibrio entre el sueño, pantalla y ocupaciones”, aseguró Pedrouzo y llamó a los padres a ser “un modelo, que no estén ellos mismos atrapados con el celular”.
En tanto, Jurkowski recomendó “hacer un uso limitado de las plataformas, que haya un momento al día para chequearlas, que no sea en medio de cualquier actividad porque el cerebro no es multitasking, entonces se favorece la pérdida de atención y la concentración”.
“Hay que sacar las notificaciones para no estar tan pendiente y analizar qué uso se le está dando a las redes, ver si está generando dependencia y si me estoy perdiendo otras actividades de mi vida cotidiana por el uso del celular”, concluyó.