Los porteños los llaman fichines pero tanto en la costa bonaerense como en Rosario siempre fueron las máquinas de videojuegos o, más cariñosamente, los "jueguitos". Títulos como Pac-Man, Space Invaders, Street Fighter o Donkey Kong hacen que aquellos que vivieron esa primera etapa de los videojuegos (quienes ya peinan canas o cabezas calvas) automáticamente se "teletransporten" a las décadas de 1980 y 1990. Y no son pocos los que nuevamente pueden "escuchar" dentro de sus cabezas aquellas musiquitas 8-bit de clásicos como Super Mario Bros o Tetris.
El tiempo ha pasado pero Mar de Ajó, Mar del Plata y Santa Teresita son algunos de los lugares "que más y mejor conservan los fichines” y donde se pueden volver a vivir la magia de aquellos años, dijo el youtuber especialista en la temática Nicolás Olivieri, del canal “Las Retro Aventuras ”.
Este domingo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba), un encuentro organizado por un bar temático con arcades clásicos cortó el tránsito vehicular en el barrio de Palermo, y “sacó los fichines a la calle” para recuperar la nostalgia. Personas de todas las edades jugaron gratuitamente bajo el lema “Fichín es cultura”, en un contexto de “resurgimiento” de desarrollos nacionales de videojuegos en este formato, según los aficionados.
Las primeras máquinas de videojuegos ("oficialmente", arcades) entraron al país a mediados de los años '70 y eran importadas, fabricadas en Japón o en Estados Unidos, comprados por los "maquineros" o dueños de los salones de videojuegos, explicó Olivieri.
“Con el paso del tiempo, con los movimientos económicos más desfavorables, en Argentina, gracias a que todavía quedaba una mano de obra que venía de la industria fuerte de los años '50 y '60, fue recrear gabinetes”, agregó.
Entre las décadas de los 80 y 90 “hubo gabinetes armados en Argentina con placas clonadas en Taiwán, algo que por ejemplo no pasó en Chile, que siempre importó las máquinas”, repuso el especialista.
Según aseguró, en Argentina lo de la importación “quedó reducida solamente a los flippers o a máquinas más grandes como el Daytona”, pero los que tienen que ver con el Pac-Man, Space Invaders y Street Fighter, por ejemplo, son juegos que "habitaron en máquinas a las que se les llama clon, armadas en el país”. Lo que se hacía en Argentina era el mueble de madera, los tubos, se conseguían las palancas, se armaba la botonera, las gráficas de los muebles y toda la estructura, y las placas se traían de Taiwán.
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Otros nombres que seguramente quedaron grabados a fuego en el recuerdo de los más nostálgicos son Frogger, Galaga, Ms. Pac-Man, Pole Position, Out Run, Punchout, Ghosts n' Goblins, Bubble Bobble, Arkanoid, Double Dragon, 1943, Golden Axe y tantos otros.
En cuanto a la ubicación de los videojuegos, el youtuber explicó que los negocios de fichines que por estos días siguen abiertos “en muchos casos tratan de recuperar esas máquinas que andan perdidas por el país”, de las cuales “muchas duermen en invierno en la Costa Atlántica, y se despiertan en primavera para que la gente las vaya a disfrutar en verano”.
Los videojuegos de arcade “explotan” en la costa argentina, agregó.
En esa zona de la provincia de Buenos Aires “sigue estando el grueso de las máquinas” y destacó que Mar de Ajó y Mar del Plata son los lugares que más y mejor conservan esas máquinas”, y también hay en Santa Teresita y Villa Gesell.
STREET FIGHTER 2 , la HISTORIA I Desde el ARCADE hasta la PLAYSTATION