El calentamiento de las aguas frente a las costas nororientales de Estados Unidos sobre el Altántico está alcanzando un récord en medio de uno de los veranos más cálidos de su historia. Las conclusiones llegan de un análisis de las temperaturas de la superficie marina en el golfo de Maine realizado por el Instituto de Investigaciones Marinas de Portland. El resultado suma otro indicador del calentamiento global, más marcado en latitudes altas del hemisferio Norte. Por esto, un dato local como el recogido en Maine es indicativo de un fenónemo de gran escala como el calentamiento global que se registra a partir de 1850 por las emisiones producidas por la actividad humana.
La temperatura promedio en el golfo de Maine fue de casi 5 grados Fahrenheit más (2,8 grados centígrados) que el promedio de los 10 días estudiados en agosto, dijo el científico, Andy Pershing. El 8 de agosto de este año fue el segundo día más caluroso en esa localidad en la historia registrada, y hubo otros lapsos de tiempo este verano en que las temperaturas ascendieron a por encima del promedio establecido entre 1982 y el 2011, reseña Pershing. Calificó este año como "particularmente cálido" para el golfo de Maine aun cuando esa región oceánica ya era considerada más calurosa que el del resto de las superficies marinas.
"Hemos visto fenómenos climáticos inusuales en todo el planeta los últimos meses: incendios forestales, olas de calor. Y el golfo de Maine es parte de esa tendencia", manifestó Pershing. El golfo de Maine forma una pronunciada cuenca en el noreste de Estados Unidos sobre el Atlántico, bordeando los Estados de Maine, New Hampshire, Massachusetts y luego se prolonga en Canadá. Es el centro neurálgico de la industria de langostas estadounidense, una región vital para las ballenas y la pesca de los enormes atunes que son el producto premiun del Atlántico Norte. Conforma una geografía costera que ha atraído la atención de los expertos debido a sus temperaturas inusualmente altas.
El golfo se calentó a un paso de 0,1 grados Fahrenheit los últimos 30 años, más de tres veces el promedio mundial, explica Pershing. La cifra ha subido a más de siete veces el promedio mundial los últimos 15 años, añadió. Esto es bastante común en las altas latitudes, donde el calentamiento es más pronunciado que en las latitudes medias o bajas.
El calentamiento de esas aguas está ocurriendo en momentos en que la población de langostas en el noreste de Estados Unidos parece estar migrando hacia el norte. La pesca de langostas sigue siendo nutrida, pero el aumento de temperaturas amenaza "desequilibrar el ecosistema marino en esta región", dijo John Bruno, experto en ecología oceánica para la Universidad de Carolina del Norte. "El calentamiento de las aguas en el golfo de Maine ha estado expulsando a las especies locales como el bacalao, las algas y las langostas, y fomentando la reproducción de especies más comunes en las Carolinas", dijo Bruno. Las dos Carolinas se hallan en una latitud media, al sur de Virginia y Pennsylvania. "Si bien se trata de circunstancias excepcionales, son semejantes a las que se han visto en todo el mundo".
Las temperaturas han subido tanto en esa zona que se puede considerar "una ola de calor marina", dijo Pershing. Han superado récords en 10 ocasiones este verano, después de hacerlo 18 veces en el invierno, agregó.
El calentamiento perjudica a las ballenas porque hace mermar la población de los pequeñas organismos que comen, señaló Jeffrey Runge, científico adscrito al Instituto de Investigaciones de la Universidad de Maine. Es un síntoma del calentamiento de los océanos en todo el mundo, dijo Runge. "Las causas de esto son globales, no regionales. Si no resolvemos el problema del calentamiento a nivel mundial, no habrá forma de resolver esto", expresó.
Se observa la migración hacia el norte de las langostas ante una verdadera "ola de calor marino", dice un experto