El aumento de la población en los países en desarrollo y las pautas actuales de consumo en las naciones ricas pueden arrastrar al planeta al caos ambiental y económico. A esa conclusión han llegado 22 científicos, dirigidos por el biólogo y premio Nobel John Sulston y bajo los auspicios de la Royal Society de Londres.
Esta academia científica de primer nivel pidió ayer a la cumbre de Río, que se reunirá en junio en la ciudad brasileña, que aborde la cuestión del cre- cimiento demográfico y el consumo voraz que están poniendo los recursos del planeta bajo una presión intolerable.
Durante 21 meses, los expertos han estudiado a fondo las actuales tendencias sociales, económicas y ambientales y han intentado vislumbrar qué futuro le espera a la humanidad en los próximos 100 años. El pronóstico es más bien sombrío.
"La población nunca ha sido tan alta, los niveles de consumo no tienen precedentes y los cambios que se están produciendo en el medio ambiente son muy vastos", advierte el informe "People and the Planet" de la Royal Society.
"El siglo XXI es un período crítico para la humanidad y el planeta", señala la Royal Society, la más antigua academia científica del mundo, en un informe previo a la cumbre de la ONU, que se reunirá del 20 al 22 de junio en Río de Janeiro.
"La demografía −indica− ya no puede ser puesta de lado o tratada en forma separada al medio ambiente o a la economía". "El mundo tiene ahora una opción muy clara", subraya el eminente científico británico Sir John Sulston, que dirigió el informe. "Podemos optar por volver a equilibrar el uso de los recursos con un modelo más equitativo de consumo, por replantear nuestros valores económicos para que reflejen de verdad lo que significa el consumo para nuestro planeta, ayudando a los individuos de todo el mundo a tomar opciones reproductivas informadas y libres", indica. "O podemos optar por no hacer nada, quedando a la deriva en una perspectiva de males económicos, sociopolíticos y ambientales, lo que lleva a un futuro más desigual e inhóspito", advierte. Si no hay cambios, la población de la Tierra debe triplicarse hacia el año 2050, en comparación con un siglo antes.
La población mundial era de tres mil millones en 1950, llegó a siete mil millones en 2007 y es probable que llegue a alrededor de 9.500 millones en 2050, según estimaciones de la ONU.
En su primera parte, los científicos alertan sobre la presión del crecimiento de la población de aquí a 2050, "el equivalente a una nueva ciudad de un millón de habitantes cada cinco días".
El informe asume que, partiendo de los siete mil millones de personas que hay ahora, de aquí a mediados de siglo habrá 2.300 millones nuevos de habitantes. A pesar de este aumento, la cuestión de crecimiento de la población es casi obviada en la discusión política internacional. En el borrador cero, que se está preparando para la Cumbre de Río, hay pocas referencias a la demografía.
El informe precisa que las tasas de crecimiento de la población se están frenando o retroceden en muchos países, pero se prevé que seguirán siendo altos en las economías menos desarrolladas. "Las naciones ricas son de lejos las mayores consumidoras de recursos per cápita, y sus prácticas de desperdicio se están extendiendo a las economías emergentes que cuentan con poblaciones enormes", señala el estudio.
"Esta combinación de una población mundial creciente y un modelo de consumo acelerado tiene implicaciones alarmantes", advierte el informe.
"La capacidad de la Tierra para satisfacer las necesidades humanas es limitada", puntualiza. Así, por ejemplo, un niño en el mundo desarrollado utiliza entre 30 y 50 veces más agua que un niño de un país en desarrollo. Las emisiones de dióxido de carbono per cápita en los países ricos son hasta 50 veces más altas que en los países pobres.
El consumo de alimentos aumentó un 15 por ciento en términos de calorías en las últimas cuatro décadas, y, sin embargo, casi mil millones de personas siguen mal alimentadas.