La Plata- Vecinos de la periferia platense comenzaron recurrir a los gansos como sistema de alerta ante la ola de robos que azota a la zona, al comprobar que estas aves son una eficaz “alarma viviente” ante la presencia de intrusos.
La Plata- Vecinos de la periferia platense comenzaron recurrir a los gansos como sistema de alerta ante la ola de robos que azota a la zona, al comprobar que estas aves son una eficaz “alarma viviente” ante la presencia de intrusos.
La característica que hace aptos a estos animales para la vigilancia es que, ante el menor ruido, comienzan a graznar y el sonido de cuatro o cinco ejemplares resulta ensordecedor, tanto como para alertar a los moradores como para desalentar a indeseables visitantes.
La ingeniosa solución fue inicialmente adoptada por los propietarios de algunas quintas hortícolas cercanas al aeropuerto platense y, al comprobarse su eficacia, se fue extendiendo en “Siete al fondo”, como se conoce popularmente a la zona, a otras parcelas.
La utilización de los palmípedos como guardianes resulta aquí novedosa, pero data de miles de años, ya que era una práctica habitual entre los antiguos romanos, luego de haber sido salvados casualmente de un ataque galo, y por parte de los chinos, que los consideran auténticas “alarmas vivientes”.
La leyenda asegura que un puñado de gansos consagrados a la diosa Juno salvaron la caída de una joven Roma a manos de una tribu gala unos 400 años antes de Cristo.
Roma había sido saqueada por los galos semones, y sus habitantes se habían refugiado en la ciudadela del Capitolio, que se encontraba amurallado sobre una colina.
Una noche, un grupo de invasores intentó penetrar la muralla defensora trepando la colina, mientras los guardias dormían.
Pero los bárbaros no tomaron en cuenta que el lugar por el que vulneraron la muralla romana era el templo de Juno, y apenas pusieron sus botas dentro de la ciudad los gansos comenzaron a graznar, y despertaron a los soldados romanos.
Los galos fueron finalmente rechazados, y gracias a su ayuda, los gansos fueron consagrados como defensores de la ciudad, y desde entonces sus servicios utilizados para proteger ciudades, fortalezas y campamentos. (DyN)