La policía española anunció ayer que localizó a un niño británico de cinco años gravemente enfermo que había sido sacado por sus padres (ahora detenidos) de un hospital contra la opinión de los médicos.
La policía española anunció ayer que localizó a un niño británico de cinco años gravemente enfermo que había sido sacado por sus padres (ahora detenidos) de un hospital contra la opinión de los médicos.
Tras dos días de búsqueda contrarreloj primero en Gran Bretaña y Francia y posteriormente en España, Ashya King, de cinco años y quien sufre de un tumor cerebral, a quien sus padres, Testigos de Jehová, habían sacado el jueves de un hospital de Southampton, en el sur de Inglaterra, fue hallado en el sur de España.
"Localizado en un hotel a 3 km de Vélez Málaga e ingresado ya en un hospital el niño Ashya King. Detenidos sus padres", informó la Policía Nacional a las 23.09 hora local en su cuenta Twitter oficial.
Los médicos habían advertido de que su vida corría peligro, dado que para alimentarse dependía de una máquina que podría haberse quedado sin batería.
El niño "fue encontrado. Está en España con su madre y su padre", informó por su parte la policía británica de Hampshire.
A raíz de estas informaciones, y después de que Interpol emitiese el viernes una "alerta mundial" a los 190 países miembros de esa organización policial internacional, la policía española había lanzado la búsqueda llamando a la colaboración ciudadana en las redes sociales.
Desde Gran Bretaña sus padres habían llevado al pequeño Ashya y a sus cinco hermanos en ferry a Cherburgo, en el noroeste de Francia, cuyas autoridades también habían lanzado el viernes un operativo para encontrarlo.
Para las autoridades británicas era "vital" localizar al niño, que se desplaza en silla de ruedas y no puede comunicarse.
Operado por última vez hace siete días, su vida depende de una sonda gástrica que le permite alimentarse. Las autoridades dijeron el viernes que la batería de la máquina en principio debía "agotarse durante el día".
Una amiga de la familia afirmó que los padres, Brett King, de 51 años, y Naghemeh King, de 45 años, ambos Testigos de Jehová, actuaron por "desesperación".
"Es una amiga de mi madre. Huyó por desesperación y para buscar ayuda en el extranjero, porque no pueden aceptar que no se pueda hacer nada para ayudar al niño. Por favor, no la juzguen. Es una familia de gente amable, muy buena y estoy convencida de que hacen todo esto con el único fin de ayudar a su hijo", escribió Katie Fletcher en la página Facebook de la policía de Hampshire.
La abuela paterna del niño, Patricia King, calificó por su parte a su hijo y nuera de padres "maravillosos".