Más de 1.500 personas llegaron hasta Mendoza desde distintos puntos del país para participar en la gran subasta de la Aduana que comenzó en la Bodega Centenario donde sólo hay lugar para 500. Por lo cual, la mayoría debió esperar varias horas en la fila para entrar a medida que se iba desocupando el lugar.
La megasubasta, que remata productos confiscados en la frontera de Mendoza y San Juan con Chile durante los últimos ocho años, despertó el interés no sólo de mendocinos, sino de puntanos, porteños, sanjuaninos y santafesinos, entre otros.
Ayer, con más de 800 lotes, la venta entró en un terreno de mayor interés para los comerciantes, ya que empezaron a rematarse los grandes bloques con televisores inteligentes, electrodomésticos, vehículos y artículos de deportes, por lo que esperaban triplicar lo recaudado en la primera jornada del martes, que superó el 1,2 millones de pesos.
También se ofrecieron celulares inteligentes, pero que no conformaron a la platea comercial, ya que muchos consideraron que los valores se equiparaban con los precios del mercado. De hecho un IPhone 7 Plus, por ejemplo, con todos los impuestos, se terminó pagando por encima de los 20 mil pesos. Al mismo tiempo, hubo una importante cantidad de teléfonos obsoletos como el IPhone 1, con precios base de 1000 pesos.
Desde la Aduana, el balance del evento en la histórica Bodega Centenario, en Guaymallén, es "muy positivo" y se espera a partir de hoy "el fuerte" del evento, con los lotes mayores, que incluyen electrodomésticos, freezers horizontales, heladeras, hornos eléctricos, televisores, teléfonos, guitarras eléctricas y artículos de deportes, además de repuestos de autos y vehículos usados, con muy pocos kilometrajes.
"La sala sigue llena. En la primera jornada se mataron por los teléfonos y joyas, pero ahora vienen las compras más grandes, que muchas serán para revender. El resultado de todo es muy bueno hasta ahora. Se está vendiendo todo", expresó una fuente aduanera, que estima que con el ritmo de remate que se está produciendo y con las bases elevadas por encima del 100 por ciento se podría superar los 10 millones de pesos de recaudación final.
Muchos de los participantes pasaron noches en la puerta y otro tanto llegó ayer por la tarde, con reposeras y mate, para estar entre los primeros.
"Es la primera vez que se hace en Mendoza. Vino mucha gente, mucha acompañada por hijos y parientes, y el lugar sólo da para 500 personas, por eso se desbordó y se retrasó el inicio", explicó al Diario UNO Carlos Leiza, gerente de ventas y subastas del Banco Ciudad, entidad organizadora.
De todas maneras, los organizadores aclararon que no se puede comparar esta subasta con la realizada en junio en Córdoba ya que se pusieron a la venta productos de alta gama, entre ellos, muchas joyas y vehículos premium, lo que permitió elevar los ingresos.
Para poner un ejemplo, en aquella ciudad, entre los autos que se remataban se destacaban los Audi. "Es una buena oportunidad para revender en nuestro comercio y por internet. Veremos qué más nos conviene comprar y tener suerte", expresó Sonia, dueña de un local comercial en Rodeo de la Cruz, en Guaymallén.
Los interesados deben asistir con su DNI y pedir una "paleta identificatoria". Quienes no pudieron acudir personalmente tuvieron la posibilidad de realizar ofertas bajo sobre hasta un día antes del evento. En esta instancia se presentaron más de 200 ofertas en sobre cerrado. Para concretar la compra sólo se debe abonar el 10 por ciento de seña y el 10 por ciento de la comisión del martillero público, mientras que luego, dentro de los siete días hábiles se tiene que completar el pago, que se puede realizar hasta en 50 cuotas con tarjeta de crédito.
La mercadería fue confiscada desde el 2007 por el organismo nacional en la frontera chilena con Mendoza y San Juan tras registrarla en contrabando, a raíz del fuerte incremento de compras de argentinos en el vecino país, que crece con el correr de los años.
"Esto está mal organizado, ya que recién nos dieron algo de información. Estoy desde hace varias horas acá esperando entrar para comprar algo de electrónica para el negocio de mi hijo", comentaba por la mañana Guillermo Celiberti, de 56 años, un marplatense que vive de la compra y venta de propiedades en remates judiciales.
El hombre, dedicado a la construcción, recordó que en el gobierno de De la Rúa perdió todo y tuvo que empezar de nuevo, "por eso, antes construía y vendía, pero ahora compro y vendo en subastas, no puedo pagar obreros", dijo.
a las tres. La sala colmada como se vio ayer. Para participar bastaba presentar el DNI y pedir una paleta.