Estudiar idiomas puede ser tan placentero como el buen sexo o comer chocolate
Investigadores de varias prestigiosas instituciones determinaron que el cerebro utiliza las mismas zonas que se activan a la hora de tener sexo, comer o jugar.
30 de octubre 2014 · 10:23hs
Un estudio realizado por varias instituciones, entre los que se incluyen la Universidad de Barcelona, el Institut d'Investigacions Biomèdiques de Bellvitge y la Universidad Otto von Guericke de Magdeburg, en Alemania, publicaron recientemente un artículo en el que afirman que, al estudiar una lengua nueva, el cerebro utiliza las mismas zonas que se activan a la hora de tener sexo, comer, jugar o consumir drogas.
La investigación, que fue publicada por la revista Current Biology, se basó en una serie de estudios previos que ya habían probado que el aprendizaje del lenguaje activa los circuitos corticales del cerebro. Sin embargo, los expertos consiguieron demostrar en este caso que las zonas relacionadas con las recompensas y el placer juegan un papel determinante en el proceso del estudio de un nuevo idioma.
"El objetivo del trabajo era analizar hasta qué punto aprender un lenguaje podría activar estos circuitos del placer y la recompensa. Por otro lado, que el lenguaje se haya podido sustentar en circuitos de este tipo es una hipótesis interesante desde el punto de vista evolutivo", destaca uno de los principales investigadores del estudio. Este descubrimiento explicaría, además, por qué las personas adultas mantienen el interés por aprender idiomas en su vida adulta y determinaría el instinto que tienen lo seres humanos por comunicarse.
En la investigación –cuyos resultados podrían ser de gran ayuda para personas con severas deficiencias de aprendizaje a nivel lingüístico- los expertos sometieron a 36 personas adultas a dos resonancias magnéticas. Tras las pruebas, comprobaron que los mismos circuitos que se activan a la hora de apostar dinero, comer o practicar sexo son los mismos que aquellos que se utilizan cuando se está estudiando un nuevo idioma. Finalmente, también llegaron a la conclusión de que la información que tiene cierta importancia a nivel emocional para el sujeto es más fácil de aprender.