El juez británico Scott Baker aseguró ayer que no existen indicios de ningún tipo que sostengan la hipótesis de que la princesa Diana de Gales fuera asesinada.
El juez británico Scott Baker aseguró ayer que no existen indicios de ningún tipo que sostengan la hipótesis de que la princesa Diana de Gales fuera asesinada.
Las afirmaciones del millonario egipcio Mohammed al Fayed, según las cuales el servicio secreto británico MI6 acabó con la vida de Diana en 1997 en un accidente simulado por iniciativa del esposo de la reina Isabel II, el príncipe Felipe, no tienen por lo tanto ningún sustento, dijo el magistrado tras seis meses de investigación judicial.
La teoría conspirativa presentada por Al Fayed es, evidentemente, falsa, aseguró Baker en su resumen del proceso ante el Tribunal Supremo en Londres.
Falta el jurado. Ahora le tocará al jurado cerrar el caso definitivamente desde el punto de vista judicial más de diez años y medio después del accidente de coche que costó la vida a la princesa y a su novio Dodi Al Fayed en París, dijo el juez.
Al mismo tiempo, excluyó toda posibilidad para los once jurados de llegar a la conclusión de que la princesa fue víctima de un complot. Entre las cinco posibilidades que dejó a los jurados, sólo figura la de que Diana y su acompañante pudieron ser víctimas de un homicidio culposo.
De esta manera, el jurado podría atribuir toda la responsabilidad al chofer del coche siniestrado, Henri Paul. El fue el que conducía ebrio aquella noche del 31 de agosto de 1997 cuando la limusina de Diana y Dodi chocó contra un pilar del túnel del Pont d’Alma en París, según las investigaciones de las policías británica y francesa.
Además, el jurado puede atribuir homicidio culposo a los paparazzi que perseguían el coche, dijo Baker.
Los jurados también pueden declarar que es imposible llegar a una sentencia clara, pero incluso esa opción excluye las acusaciones de asesinato de Dodi Al Fayed.
Baker recordó que el padre de Dodi, Mohammed Al Fayed, declaró bajo juramento que aceptaría la sentencia. El egipcio fue quien insistió en que se celebrara la investigación judicial al asegurar que disponía de pruebas de que Diana y su hijo Dodi fueron asesinados.
Al Fayed sostenía que la casa real y el duque de Edimburgo, de 86 años, querían deshacerse de la princesa y de su novio Dodi porque ésta esperaba un hijo de un musulmán.
El juez Baker dijo que la duración, la envergadura y los costos de diez millones de libras ( 19 millones de dólares) de la investigación se justificaron totalmente, dado el interés público del caso. Fue de "gran importancia" investigar minuciosamente las teorías conspirativas y los numerosos rumores, agregó. (Reuters)