Casi la mitad de la población no puede concentrarse por culpa de ruidos molestos
Es el resultado de una investigación que se hizo en el país. Hasta los 14 años el sistema auditivo está en desarrollo. Mostró, además, que el 20% no oye bien, aunque muchos son todavía jóvenes.
1 de octubre 2014 · 01:00hs
En un mundo plagado de estímulos, concentrarse es cada vez más difícil. Y uno de los agentes que más interfieren en ese objetivo es el ruido.
Un estudio sobre la audición de la población argentina realizado por Gaes Centros Auditivos reveló que el 46% de los consultados está convencido de que los ruidos molestos son responsables de su falta de concentración en las actividades cotidianas. La investigación mostró, además, que el 20% no oye bien, aunque muchos son todavía jóvenes. Además, el 42% aseguró que ya le cuesta seguir una conversación cuando hay ruido de fondo.
Otro dato para destacar es que el 61% nunca visitó a un médico para saber cómo están sus niveles auditivos o lo hizo hace muchos años. Paradójicamente el sentido de la audición es el más importante para los argentinos después de la vista, según el mismo estudio.
En la ciudad de Santa Fe, uno de los lugares donde se encuestó a la población, el 74% reconoció que vive en una localidad ruidosa y el 43% que duerme mal por esta causa.
La Capital habló con la fonoaudióloga Mónica Matti, responsable del área de Formación y Calidad de Gaes Estudios Auditivos, para conocer más detalles sobre la encuesta y saber cómo se pueden proteger los oídos de tantas agresiones. La especialista aseguró que en la actualidad toda gran ciudad supera los niveles saludables de ruidos y que el tránsito, la enorme cantidad de gente desplazándose de un lugar a otro y los centros de esparcimiento son generadores de contaminación acústica. “En la mayoría de las esquinas de las ciudades populosas o en boliches o recitales el nivel de ruido supera ampliamente lo recomendable. El nivel tolerable que no produce daño a las células del oído es 80 decibeles (db) (algunos autores mencionan 70 db) y el tiempo de exposición no debe superar las 8 horas. En un boliche pueden superar los 120 decibeles.
“Si se aumentan sólo un poco los decibeles, el tiempo de exposición debe reducirse mucho para que no sea nocivo”, advirtió.
¿Cuáles son los riesgos a los que se expone una persona que tolera altos niveles de ruido en forma diaria? “Pueden sufrir daño directo del sistema auditivo que no es recuperable. También tiene efectos adversos sobre la salud emocional y otros puntos de la salud física. No hay dudas de que la contaminación auditiva genera niveles de estrés.
Cómo protegerse cuando el encuentro con esos sonidos a alto volumen es inevitable, es uno de los desafíos cotidianos. Matti explicó que “deben usarse los protectores auditivos, aunque la gente no está acostumbrada; hay algunos de tamaño estándar y otros hechos a medida”. Incluso, agregó, algunos poseen filtros especiales que atenúan el ruido pero permiten escuchar a una persona con la que se habla.
“La concientización también es muy importante”, señaló.
Informar a la población sobre las consecuencias de la exposición al ruido es un tema de salud pública: “Tomando conciencia de cuánto nos perjudica podemos bajar la intensidad de los ruidos que nosotros mismos generamos”, destacó la fonoaudióloga.
Un aspecto central de la prevención tiene que ver con los cuidados en la infancia. Sucede que hasta los 14 años el sistema auditivo está en desarrollo y vías de maduración. “Los niños que aún no completaron su maduración auditiva quedan más expuestos a los efectos del ruido y tienen más dificultad para entender el habla en ambientes ruidosos. Esto provoca irritabilidad, falta de concentración y dificultades en el aprendizaje”.
En tiempos de hiperconectividad y con tantos dispositivos para escuchar música o jugar, a los que acceden los más jóvenes, el problema se agrava. La especialista señaló que además “suelen ver televisión, usar la computadora, estudiar y escuchar sus canciones favoritas, todo al mismo tiempo. También es común el uso de auriculares durante muchas horas, y esto no sólo lo hacen los chicos. Hay que tener en cuenta que los mp3 o los teléfonos celulares permiten niveles de sonido que superan ampliamente lo permitido. Además, si van por la calle conectados a sus dispositivos suben al tope el volumen porque no escuchan lo suficiente”.
Los médicos que se dedican a la otorrinolaringología atienden a un número creciente de personas jóvenes con problemas. “Aumentaron las consultas, sin dudas. Hay chicos y chicas que ya presentan pérdida auditiva, acúfenos (golpecitos y sonidos en el oído), sensación de oído tapado y dificultad para entender lo que se habla cuando están en ambientes más ruidosos. Esto es consecuencia directa de los altos niveles de ruido que han soportado, del uso de auriculares en forma cotidiana y de la concurrencia a boliches y recitales”.
“Si aparecen zumbidos o acúfenos en los oídos, sensación de oído tapado, dificultad para escuchar con normalidad, hay que hacer una consulta al médico especialista que indicará de hacer falta los estudios necesarios. La audiometría es el más común de ellos.
¿Es tan contundente que el silencio es salud? “Hay situaciones cotidianas donde es necesario, especialmente las relacionadas con las tareas domésticas y laborales que necesitan concentración. Un nivel razonable de sonido no nos perjudica, son los excesos los que debemos evitar”, remarcó Matti, para quien “promover el control de la contaminación auditiva es muy importante para evitar pérdidas irrecuperables que traen una mala calidad de vida”.