El grupo islámico palestino Hamás sorprendió a Israel la madrugada del sábado con un ataque por tierra, mar y aire. Se lo considera el más dañino al que Israel se ha enfrentado en décadas, al menos desde la Guerra del Yom Kippur de 1973. Por los menos 300 israelíes, la gran mayoría civiles, murieron bajo las balas de los milicianos palestinos, que cruzaron la frontera con pasmosa facilidad por decenas de sitios, ensañándose con los habitantes de comunidades rurales (kibutz) y las pequeñas ciudades del sur de Israel. También secuestraron a docenas de civiles y a varios soldados, que llevaron de regreso a Gaza. Tanto el asesinato de civiles como su secuestro son crímenes de guerra. Hamás disparó además más de 2.000 misiles contra las ciudades israelíes, incluidas Jerusalén y Tel Aviv. Israel respondió con una demoledora ofensiva aérea y rápidamente las víctimas palestinas superaron a las israelíes. Anoche, el ejército israelí estaba concentrado más de 30 batallones en la frontera con Gaza. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu exhortó a los palestinos a “abandonar Gaza”.
Hamás, que ganó las elecciones en 2007 pero luego se mantuvo en el poder por la fuerza de las armas, lanzó en la madrugada del sábado una exitosa invasión por sorpresa. Los milicianos, a bordo de camionetas en muchos casos, cruzaron con facilidad la valla fronteriza “reforzada”, que en realidad es casi toda su extensión una mera cerca de alambre, similar a las que se hacen en torno a fábricas o instituciones deportivas. Las columnas de Hamás coparon al menos 22 comunidades israelíes de diversos tamaños. Allí desataron una verdadera “cacería humana”, matando con ráfagas de fusil a todos los civiles que podían. Hamás también atacó por mar con comandos navales y drones tripulados improvisados. La sorpresa fue total y resultó facilitada por una larga huelga que llevaban adelante los reservistas israelíes (un componente vital del sistema de Defensa israelí).
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Los jefes de la Franja de Gaza también soltaron una andanada de más de 2.000 cohetes o misiles a lo largo del día, en lo que supuso una completa derrota del servicio de inteligencia del ejército israelí. El lanzamiento de cohetes desde Gaza continuó durante toda la noche del sábado, incluso en el centro de Israel. Varios impactos directos dejaron a israelíes en estado crítico o muertos.Tel Aviv y Jerusalén también sufrieron el azote de los cohetes lanzados desde Gaza en una cantidad asombrosa.
Pocas horas después del ataque, el primer ministro Benjamin Netanyahu declaró lo que ya era dolorosamente evidente: que el país estaba en guerra. “Ciudadanos de Israel, estamos en guerra, no en una operación, sino una guerra”, dijo antes de entrar en una reunión del gabinete de urgencia en Tel Aviv. Anteriormente, las fuerzas de defensa de Israel (FDI) anunciaron que la campaña que estaba dando inicio en ese momento tenía nombre: “Operación Espadas de Hierro”.
“Esta mañana, Hamás ha lanzado un ataque asesino por sorpresa contra el Estado de Israel y sus ciudadanos. Estamos en ello desde primeras horas de la mañana”, dijo Netanyahu. “Pido a los ciudadanos de Israel que se adhieran estrictamente a las directivas de las fuerzas armadas y del Mando del Frente Doméstico. Estamos en guerra y la ganaremos”, afirmó.
Netanyahu agregó que “he ordenado en primer lugar desalojar las comunidades en las que se han infiltrado los terroristas”. También ordenó “una amplia movilización de reservas y que devolveremos el fuego en una magnitud que el enemigo no ha conocido. El enemigo pagará un precio sin precedentes”. Poco después, caían las bombas y misiles israelíes sobre la ciudad de Gaza. Por la noche una alta torre en el centro de la ciudad fue demolida por las bombas guiadas israelíes. Hacia el anochecer, los palestinos anunciaban que contaban ya casi 300 muertos en sus filas. Y esto claramente era solo el inicio. Anoche el ejército tenía concentrados en la frontera con la Franja de Gaza 31 batallones. Una operación terrestre a gran escala parecía inminente. A esa hora, Netanyahu declaró: “Abandonen Gaza ahora mismo”, dijo dirigiéndose a los habitantes. Israel está trasladando equipos a la frontera. “Todos los lugares donde Hamás tiene su base, todos los lugares donde Hamás se esconde y desde donde opera, los convertiremos en ruinas. A los habitantes de Gaza les digo: abandonen Gaza ahora mismo, porque pronto empezaremos a usar la fuerza en todas partes allí”.
A última hora de la noche, las fuerzas armadas israelíes dijeron que habían frustrado un segundo intento de invasión, así como logrado detener a atacantes de Hamás de la primera ola que aún estaban en territorio israelí.
Balance y reacción
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Al atardecer de este sábado comenzó la reacción de la fuerza aérea israelí sobre la ciudad de Gaza.
Según el balance de Jerusalem Post, YnetNews, The Times of Israel y otros, más de 250 israelíes murieron y más de 1.500 fueron heridos. El balance se elevó a 300 hacia la noche. El número de secuestrados era aún indeterminado. Es el mayor número de víctimas israelíes, especialmente civiles, en décadas. Para tener un parámetro, en la Segunda Guerra del Líbano de 2006 contra el grupo Hezbolá, Israel sufrió la muerte de 44 civiles en más de un mes de guerra a gran escala, además de 119 soldados.
Ayer a última hora de la noche, las fuerzas israelíes ya se habían movilizado lo suficiente como para pasar a la ofensiva. Se combatía en las comunidades israelíes de Ofakim y Beeri como puntos más calientes. Allí se registraban las situaciones de rehenes de mayor envergadura.
La fuerza área lanzó un número desconocido de ataques aéreos, pero lo más importante es que las FDI han desplazado 31 batallones a la zona y estaban movilizando cuatro divisiones de reserva completas hacia la región. Es una de las mayores movilizaciones de reservistas en décadas. Unos 80.000 reservistas fueron llamados a filas durante la guerra de Gaza de 2014.
A pesar de la declaración de Netanyahu de que Israel está en guerra, aún no estaba claro qué nivel de operación terrestre ordenaría el gabinete de seguridad: desde una toma total de Gaza, pasando por una toma temporal para entregarla a otra autoridad, hasta una guerra terrestre más limitada, como varias que han ocurrido en la última década. Hasta anoche, el grupo libanés Hezbolá no se había unido al conflicto. El portavoz jefe de las fuerzas israelíes, general Daniel Hagari, declaró que Israel había enviado mensajes claros y amenazadores al grupo libanés sobre las consecuencias a las que se enfrentaría si entraba en la guerra.