María del Pilar Bueno Rubial es Investigadora de CONICET. Especialista en Cambio Climático. Profesora de grado y posgrado. Coordinadora del Observatorio de Política Exterior Argentina de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y de la Diplomatura en Gestión Política del Cambio Climático en América Latina y el Caribe. Ha sido negociadora de cambio climático por Argentina en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). Ex Asesora de Cambio Climático del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Nación. Actual Subsecretaria de Cambio Climático y Transición Ecológica Justa en la Municipalidad de Rosario.
Milagros Baraldi (MB): ¿Cómo fueron las circunstancias del nombramiento en tu cargo actual en la Municipalidad de Rosario? ¿Cuál es el foco que se busca darle a esta nueva Subsecretaría?
Pilar Bueno (PB): Antes que nada, hay una primera acción en el contexto de mi nombramiento que es el cambio de denominación dentro de la Subsecretaría. La histórica Subsecretaría de Ambiente pasa a denominarse Secretaría de Cambio Climático y Transición Ecológica Justa. Esta denominación evidencia, en primer lugar, que el cambio climático es un tópico transversal y sistémico que afecta a toda la agenda ambiental. Con lo cual, buscamos instalar como pregunta constante, cómo nuestras acciones contribuyen -o no- a la acción climática efectiva en términos de reducción de emisiones, de mejora de sumideros, de incremento de la resiliencia y de fortalecimiento de la capacidad de adaptación. En segundo lugar, nuestro trabajo va a estar muy focalizado en la transición ecológica justa, buscando poner en el centro de una transición -ya imparable- a los y las más vulnerables. Por transición, no sólo nos referimos a los cambios tecnológicos y a la apuesta por las energías renovables, componentes claves. Sino también, a todos los cambios socio-económicos, políticos, culturales y ambientales que nos permitan abandonar nuestra dependencia del carbón. Asimismo, para nosotros es fundamental que todas las acciones que estemos considerando se basen en la mejor ciencia disponible.
MB: Uno de los grandes aportes de la última gestión fue el Plan Local de Acción Climática de Rosario hacia el año 2030; ¿Cómo se planea continuar con este proceso de acción climática? ¿Cuáles son las medidas y/o acciones que se realizarán en función de ello?
PB: En este contexto de la acción climática, nos encontramos ante un desafío para nosotros muy importante, que es el proceso de implementación y monitoreo del Plan Local de Acción Climática Rosario (PLAC). Es un documento que tiene fortalezas, como el proceso de diagnóstico que incluye la elaboración de mapas de riesgo, así como un inventario de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Además, es una herramienta ejecutiva que guía la acción climática del municipio, al que se llegó de modo participativo. Sin embargo, el proceso de implementación requiere, por un lado, entender que el plan es un instrumento iterativo y, como tal, necesitamos revisar constantemente que la medidas y las metas que se establecen sean conformes a la información más actualizada a la que puede acceder y procesar el municipio, incluyendo a la ciencia climática.
En ese sentido, cabe mencionar la actualización del inventario; nosotros estamos haciendo una actualización para obtener el inventario 2020 de emisiones de GEI, incorporando mejoras en las metodologías de cálculo. Eso nos permite tener una herramienta con actualización bienal, como se realiza a nivel nacional e internacional. Asimismo, favorece los procesos de toma de decisiones en la medida que sabemos si las acciones que nos proponemos tienen un impacto. Los inventarios, para aquellos/as que no saben, son herramientas que nos permiten poder hacer un seguimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero. En ese sentido, hay ciertas metodologías internacionales que se vienen siguiendo y que nos dan comparabilidad entre nuestros ciclos y con otros municipios. Siempre hay algunas dificultades en el acceso a ciertos tipos de información, y ahí los inventarios locales tienen desafíos adicionales en relación con los inventarios nacionales que se basan en las guías del IPCC. Según nuestros cálculos actuales, el/la rosarina/o emite cerca de 2.98tn de CO2eq por habitante. Y nuestras emisiones se distribuyen entre el sector de residuos (20%); la movilidad (34%) y la energía (46%).
La actualización del Plan Local de Acción Climática Rosario no sólo conlleva la actualización de inventarios, sino también la oportunidad de actualizar las metas y datos a la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC, por sus sigla en inglés) más actualizada que tiene Argentina que es la NDC2 de diciembre de 2020. Cabe recordar que la NDC, bajo el Acuerdo de París, es el vehículo principal de la acción climática.
Otro elemento de constante actualización y revisión para promover mayor ambición climática alude a las metas. El Plan Local de Acción Climática Rosario actualmente establece una reducción del 22% de las emisiones de GEI de la ciudad a 2030 en base a un escenario tendencial o BAU (business as usual, por sus siglas en inglés). Las metas basadas en escenarios tendenciales fueron muy comunes en países en desarrollo entre 2015 y 2016 a negociar el Acuerdo de París. Sin embargo, ya con el Acuerdo en implementación, nuestros países han avanzado hacia metas absolutas respecto a un año base. Argentina basó sus NDC 2016 y 2020 en este tipo de meta absoluta. En materia de adaptación, que no es otra cosa que el ajuste a los cambios observados y proyectados en los sistemas humanos y naturales como producto del cambio climático, las metas son más difíciles de trazar pero vale la pena el esfuerzo. Así como nuestros esfuerzos de mitigación (reducir emisiones de GEI y mejorar e incrementar sumideros) deben ser decisivos, la adaptación es un problema de supervivencia actual. Los impactos observados y esperados en nuestra ciudad incluyen el incremento de enfermedades transmitidas por vectores, mayores eventos extremos como tormentas, inundaciones y anegamientos, entre otros.
En referencia al proceso iterativo del Plan Local de Acción Climática Rosario, cabe mencionar la Ordenanza 9424 del Concejo Municipal que establece la presentación de informes anuales sobre el progreso del Plan, que esperamos presentar hacia fin de año. Estamos ante el desafío de diseñar un sistema de monitoreo que nos permita hacer un seguimiento más preciso acerca de cómo estamos avanzando con las metas establecidas en los seis ejes del Plan Local de Acción Climática Rosario: residuos, movilidad y energía, en materia de mitigación; y salud, biodiversidad y uso de suelo, y agua, resiliencia y riesgo para adaptación. Este sistema asumirá el rol del sistema local de información climática al que alude la Ordenanza