Fuerzas ucranianas atacaron este jueves posiciones rusas en la ocupada ciudad de Jersón, en el sur de Ucrania. Los combates a la vez se intensificaron, en medio de reportes de que las autoridades designadas por Moscú han abandonado la ciudad, sumándose a decenas de miles de residentes que han escapado hacia otras zonas bajo control de Rusia. Pero según el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, no es cierto que las tropas rusas abandonen la ciudad, en la que han preparado posiciones defensivas muy fuertes.
Los soldados de Ucrania rodeaban Jersón desde el oeste y atacaban las posiciones rusas en la margen occidental del río Dniéper, que divide a la región y al país.
A medida que las batallas se desarrollaban, el presidente ruso Vladimir Putin dijo que Moscú no tiene intenciones de emplear armas nucleares en Ucrania, contradiciéndose a sí mismo, dado que en muchas ocasiones anteriores ha lanzado reiteradas amenazas de que estaba preparado para usarlas y "todos los medios a su disposición" incluyendo su arsenal nuclear. "No vemos necesidad de eso'', declaró Putin en un congreso de expertos en política exterior reunidos a las afueras de Moscú. "No tiene sentido, ni político ni militar''. Estados Unidos había advertido públicamente a Putin de no usar ni amenazar con las armas nucleares, dado que eso llevaría a una inevitable represalia de Washington, que, aún solo con armas convencionales, haría escalar al guerra a un nivel nunca visto en Europa desde 1945.
El mandatario ruso, cuyas tropas invadieron ucrania el 24 de febrero, reitera que el apoyo de Occidente a Ucrania forma parte de un complot de Washington y sus aliados para imponer un orden mundial dominado por ellos.
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Artillería ucraniana en acción en la zona de Jersón. La caída de la ciudad sería otra humillante derrota para Putin.
Foto: AP
En tanto, Rusia advirtió que Moscú podría atacar los satélites comerciales de Occidente usados con fines militares en apoyo de Ucrania, y una portavoz del Ministerio del Exterior acusó a Estados Unidos de pretender un agravamiento ``inconsciente y demente'' del conflicto.
La vocera de Rusia Maria Zakharova argumentó que Washington debería asumir una postura similar a la que adoptó durante la crisis de los misiles de Cuba en 1962, cuando las superpotencias de la Guerra Fría dieron un paso atrás luego de estar al borde de una confrontación nuclear.
Pero el dato del día, al menos en lo que respecta al campo de batalla, es que Ucrania ha continuado con su ofensiva para recuperar la región de Jersón y su capital del mismo nombre, las cuales fueron capturadas por las fuerzas rusas durante los primeros días de la guerra que ya está en su noveno mes.
Más de 70.000 residentes de la zona metropolitana de Jersón han evacuado en los últimos días, informó el gobernador designado por el Kremlin, Vladimir Saldo. Debe recordarse que la ciudad, antes de la invasión de Rusia, tenía casi 300 mil habitantes. Muchos huyeron luego de la ocupación rusa hacia las zonas libres de Ucrania. Los 70 mil remanentes tenían en gran medida compromisos o vínculos con los ocupantes.
Miembros de la administración regional respaldada por Rusia también huyeron, dijo el vicegobernador Kirill Stremousov. Los monumentos a héroes rusos fueron cambiados de ubicación, al igual que los restos de Grigory Potemkin, el general ruso que fundó Jersón en el siglo XVII. Originalmente estaban en la iglesia de Santa Catarina en la ciudad.
El presidente ucraniano Volodimir Zelensky dijo que los reportes del posible retiro de los soldados rusos de la ciudad eran desinformación. "No veo que estén huyendo de Jersón'', manifestó el mandatario en una entrevista con el periódico italiano Corriere della Sera. Zelensky también calificó de "teatro'' los intentos recientes de funcionarios locales respaldados por el Kremlin de convencer a los residentes civiles de la ciudad a reubicarse más adentro del territorio controlado por Rusia antes de los avances ucranianos. "Sus soldados más entrenados se encuentran en sus posiciones. Vemos eso y no les creemos'', declaró Zelensky. Rusia estuvo preparando durante semanas la resistencia a ultranza de su ejército en Jersón, que presenta una trama urbana ideal para una guerra de desgaste.