La oposición venezolana no reconocerá los resultados de los comicios regionales del domingo en los que, según la autoridad electoral estatal, se impuso el oficialismo del presidente Nicolás Maduro. Los sorprendentes números entregados durante la madrugada del lunes por el organismo electoral indican que el impopular oficialismo, que según todos los sondeos previos supera el 80 por ciento de rechazos, ganó con gran amplitud, incluso en bastiones históricos de la oposición, que en las estimaciones previas era la gran favorita. Casi ningún país había reconocido ni felicitado al régimen venezolano.
El estatal Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció la noche del domingo que el oficialismo ganó 17 de las 23 gobernaciones en disputa y la oposición sólo triunfó en cinco, a pesar de que todos los sondeos independientes preveían que los candidatos opositores se impondrían en la mayoría de los Estados. Quedó pendiente el resultado de un Estado.
"Fuimos a un proceso donde se violó la Constitución y los derechos políticos de los ciudadanos", denunció en la emisora Unión Radio la coordinadora electoral de la coalición opositora, Liliana Hernández. La representante de la coalición señaló que el CNE, estrictamente controlado por el régimen, incurrió en graves irregularidades, como no permitir la inscripción de casi dos millones de jóvenes votantes, no aceptar la sustitución de candidatos que habían renunciado, y por hacer a última hora la reubicación de 274 centros electorales donde la oposición había ganado anteriormente, lo que afectó a alrededor de 700 mil votantes.
Las autoridades electorales chavistas han desestimado estas denuncias y aseguran que actuaron apegadas a las leyes. Sin embargo, ante los cuestionamientos, el presidente Maduro ordenó una "auditoría del 100 por ciento de los votos" y dijo que pediría a la oficialista Asamblea Constituyente que "audite" todo el proceso. Pero esa misma Constituyente es 100 por ciento oficialista, y la elección con que fueron nombrados los constituyentes, el pasado 31 de julio, son al menos tan dudosas como las de ayer. El gobierno declaró que ese día votó el 41 por ciento del padrón, pese a que se observaron escasos votantes y según estimaciones opositoras sólo votó entre el 12 y el 15 por ciento del padrón.
Las cifras del CNE dieron al oficialismo una ventaja en el voto nacional de 54 contra 45 por ciento de la oposición, con el 61 por ciento de participación del padrón electoral. El jefe de campaña de la alianza opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD), Gerardo Blyde, dijo "este sistema electoral no es confiable. Muy pronto daremos algunas otras declaraciones y sobre todo en contacto con cada uno de los candidatos en las diversas regiones del país", señaló.
Ya la desconfianza en el CNE se había apoderado de muchos en Venezuela el pasado 30 de julio, cuando se realizaron las elecciones de los 545 miembros de la Asamblea Constituyente. El órgano electoral aseguró que hubo una participación de 54 por ciento del padrón electoral, o más de ocho millones de votos. La oposición estimó en cambio que la participación no fue mayor de 12 por ciento y luego la empresa Smartmatic, que proveía de los servicios informáticos al CNE, denunció que la cifra de participación fue manipulada. A partir de ese episodio Starmatic fue desvinculada por el gobierno chavista y sus gerentes debieron exiliarse. A su vez, la composición del CNE, con cuatro directoras abiertamente identificadas con el oficialismo y un director de la oposición, ha sido objeto de críticas. Nadie cree en su transparencia en Venezuela. Pero pese a todo esto, la oposición decidió participar en las elecciones de gobernadores, aunque se dividió al respecto, rompiendo la coalición MUD.
El peor escenario
El analista Luis Vicente León dijo que los resultados del CNE son el peor escenario para el país, para la oposición y, paradójicamente, para el oficialismo. "Las posibilidades de reconocimiento de resultados por parte de la MUD, de la comunidad internacional y del venezolano común es muy baja". Agregó que la negociación entre el gobierno y la oposición se rompió "estrepitosamente". "Se producirá el fortalecimiento del ala radical opositora, con consecuencias en términos de recalentamiento de la lucha no electoral. La posición de la comunidad internacional frente al gobierno venezolano se endurecerá mucho más y las sanciones están cantadas", pronosticó.
Los resultados generaron sorpresa también a nivel popular, debido a que las encuestas daban favorita a la oposición, sobre todo por el descontento que hay con Maduro, cuya popularidad no supera un 20 por ciento, por una inflación de tres dígitos, extrema escasez de alimentos y medicinas y el exilio de miles de venezolanos. Las protestas, que se prolongaron de abril a agosto, dejaron 125 jóvenes fallecidos, caídos bajo las balas de la policía y las bandas parapoliciales. Se ha instalado desde entonces un clima de extrema tensión, y ahora, con la generalizada sospecha de fraude, se harán fuertes los sectores más combativos. Para León el fraude abre el camino a una "ruptura automática a cualquier posibilidad de negociación a futuro" y fortalece a los grupos más radicales que son partidarios de "soluciones extraelectorales", como la continuación de protestas callejeras. Sin embargo, ve difícil que la oposición pueda retomar las "acciones de calle", por la honda frustración que hay entre los venezolanos luego de la falta de resultados de las protestas y del baño de sangre que dejaron.