La Conferencia Episcopal de Venezuela condenó en un comunicado al "régimen totalitario e inhumano" del presidente Nicolás Maduro y reclamó a la comunidad internacional a presionar para que las próximas elecciones sean "libres y confiables".
La Conferencia Episcopal de Venezuela condenó en un comunicado al "régimen totalitario e inhumano" del presidente Nicolás Maduro y reclamó a la comunidad internacional a presionar para que las próximas elecciones sean "libres y confiables".
"Vivimos en un régimen totalitario e inhumano en el que se persigue la disidencia política con tortura, represión violenta y asesinatos; a esto se añade la presencia de grupos irregulares bajo la mirada complaciente de las autoridades civiles y militares, la explotación irracional de recursos mineros que destruye amplias extensiones del territorio venezolano, el narcotráfico y la trata de personas", apunta la Iglesia católica venezolana.
Así, los obispos venezolanos denuncian la "falsedad y cinismo" de las autoridades y medios de comunicación adictos que pretenden dar una imagen de "normalidad". "Es inaceptable que un país con inmensas riquezas haya sido empobrecido por la imposición de un sistema ideológico que, lejos de promover el auténtico bienestar, ha vuelto la espalda a sus ciudadanos, por lo que hoy sufrimos el aumento de la desnutrición infantil, la destrucción del aparato productivo y el crecimiento de un especulación agobiante y la corrupción intolerable", subrayan.
En particular critican que "para quienes hoy están al frente del gobierno, lo que cuenta no es el bien común sino el interés desmedido de riqueza y poder hegemónico, capaz de resquebrajar todo intento de vivir en auténtica democracia".
Como solución, los obispos plantean "el surgimiento de un nuevo liderazgo político y social para guiar y acompañar a todos hacia un futuro de dignificación, en la justicia y en la libertad".
Por todo ello, consideran que "el apoyo internacional debe orientarse a exigir al actual gobierno venezolano la realización de elecciones libres y confiables, además de una ayuda solidaria y humanitaria para solventar la situación de emergencia de la mayoría de los venezolanos".
En cualquier caso, reconocen los esfuerzos realizados desde "diversas instancias internacionales" para atender la situación de Venezuela. "Seguimos apostando al diálogo sincero y las negociaciones que reúnan las condiciones de respeto a los derechos fundamentales del pueblo venezolano: libertad, dignidad, justicia y democracia", indica la Conferencia Episcopal.
Venezuela se encuentra sumida en una profunda crisis económica, social y política de la que el Gobierno responsabiliza a las sanciones de Estados Unidos, algo muy débil como argumento, dado que estas medidas comenzaron a tomar importancia real solo con la llegada de Donald Trump en enero de 2017, cuando la crisis y la hiperinflación ya eran crónicas en Venezuela. La oposición, liderada por Juan Guaidó, reprocha a Maduro una gestión desastrosa de la economía, además de su carácter dictatorial y represivo. Institucionalmente, la oposición considera ilegítimo el último mandato presidencial de Maduro y ha proclamado a Guaidó presidente "encargado". Casi 60 países, desde Estados Unidos y Japón a Chile y Brasil, tienen la misma posición y desconocen al régimen que encabeza Nicolás Maduro.
En tanto, el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, informó que el diputado opositor Gilber Caro está" detenido y no desaparecido", como denuncia su defensa, que no lo ha visto desde el 20 de diciembre, cuando fue arrestado en Caracas. "El está detenido en la Policía Nacional Bolivariana (PNB)", dijo el fiscal,
La defensa de Caro denunció el miércoles que visitó "todos" los centros de detención de la capital venezolana en búsqueda del diputado y no tuvieron éxito, por lo que desconocen su paradero desde que fue encarcelado junto a su asistente de prensa, Víctor Hugas. Caro fue detenido numerosas veces el pasado año siempre bajo acusaciones política, nunca de manera formal por la Justicia.