Además de en Siria, Irán y Arabia Saudita también apoyan a los bandos enfrentados en Yemen, donde miles de personas han muerto desde marzo del año pasado en una campaña de bombardeos sauditas contra rebeldes chiitas respaldados políticamente por Teherán.
Las tensiones entre Irán y Arabia Saudita se agravaron al máximo el mes pasado cuando Riad rompió relaciones con Teherán luego de que una multitud atacara la embajada saudita en la capital iraní en protesta por la ejecución de un clérigo, generando temores a una guerra entre ambos países.
El Papa argentino y Rouhaní discutieron los actuales problemas en Medio Oriente, así como la lucha contra el terrorismo y el tráfico de armas y la reciente entrada en vigor del acuerdo nuclear entre Irán y las principales potencias.
Ambos hablaron de "aplicación del acuerdo nuclear, y se hizo hincapié en el importante papel que se espera de Irán, junto con otros países de la región, para promover soluciones políticas adecuadas a los problemas que afligen a Medio Oriente, como la expansión del terrorismo y el tráfico de armas", señaló un vocero vaticano luego del encuentro.
En la reunión también se evidenciaron los valores espirituales comunes y se hizo referencia al buen estado de las relaciones entre la Santa Sede y la República Islámica del Irán, a la vida de la Iglesia en el país a las acciones de la Santa Sede en favor la promoción de la dignidad humana y la libertad religiosa.
En medio de lo que el nuncio apostólico en Irán, Leo Boccardi, definió ayer como una "nueva atmósfera", la visita de Rouhaní fue la primera de un presidente iraní al Vaticano desde que en 1999 el reformista Mohamed Jatami se reunió con el entonces pontífice Juan Pablo II,
El presidente iraní llegó al Vaticano con una comitiva de 12 personas, incluido el ministro de Relaciones Exteriores, con una sola mujer, que ofició de traductora.
Después de la audiencia con el Papa, Rouhaní le regaló al Santo Padre una alfombra persa hecha a mano en la ciudad santa de Qom, conocida como el "Vaticano iraní", y un libro de pintura iraní.
El Papa respondió con una medalla que representa a San Martín de Tours, "que se quita su abrigo para cubrir un pobre, un signo de la fraternidad libre", según explicó, y además le entregó al iraní copias en inglés y en árabe de su última encíclica, "Laudado Si", excusándose porque aún no hay ninguna versión escrita en persa.
Al despedirse, el presidente iraní pidió al Papa que rezara por él, y le informó que la visita al Vaticano había sido "un verdadero placer" y le deseó "un buen trabajo"
La imponente delegación iraní había entrado al Vaticano minutos antes de las 11 de Roma, en medio de una caravana de 26 autos que había obligado a cortar totalmente el tránsito en la Via della Conciliazione, que desemboca en la Plaza San Pedro.
La audiencia del Papa con Rouhaní estaba prevista dentro de la gira europea que había organizado el presidente del país asiático para noviembre y que debió suspender tras los atentados de París.
Antes de ver al Santo Padre, Rouhaní había resaltado el espíritu del Corán que enseña "la cultura de la tolerancia" y que "hay que preservar la iglesia, la sinagoga y la mezquita, una al lado de la otra", durante su intervención en un foro económico bilateral que se celebra en Roma.
Rouhaní llegó el lunes a Italia y mantuvo entrevistas con el presidente del Consejo de Ministros, Matteo Renzi, y con su par Sergio Mattarela.
Apertura. Se trata del primer viaje al exterior del mandatario tras la entrada en vigencia el 16 de enero último del acuerdo sobre el programa nuclear con las potencias del grupo 5 1 (Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, China y Alemania) y el fin de las sanciones económicas impuestas al país persa.
Esto desató una carrera entre las principales trasnacionales del mundo por cerrar contratos con Teherán y reanudar los negocios y la actividad en Irán, una potencia petrolera con un mercado interno de 77 millones de personas pero con su economía necesitada de inversión y modernización tras años de penalidades.
En el primer día de su visita, Rouhaní firmó 14 acuerdos comerciales por cerca de 17.000 millones de dólares, según las estimaciones de la prensa italiana. Los acuerdos firmados se centran sobre todo en el sector de la energía, tráfico aéreo y ferroviario, pero también en las áreas de salud y agricultura.
De hecho, el líder persa anunció ayer en su cuenta de Twitter una visita de Renzi a Teherán "en los próximos meses" para profundizar los lazos económicos bilaterales.
Al hablar ayer ante el foro económico en Roma, Rouhaní dijo que su país "es una economía emergente", que está preparada "para acoger inversión extranjera" y que supone una oportunidad de negocio que no debe ser visto como un mercado único sino como el acceso a otros mercados en Medio Oriente.
"Si queremos combatir el extremismo en el mundo y luchar contra el terrorismo, uno de los caminos es el desarrollo y la ocupación, porque la falta de desarrollo crea fuerzas para el terrorismo, el desempleo crea soldados para los terroristas", agregó.
También ayer en Italia, y con motivo de la visita de Rouhaní, el canciller italiano, Paolo Gentiloni, y su homólogo iraní, Mohamad Yavad Zarif, conversaron sobre la crisis en Medio Oriente, la lucha contra el terrorismo y el tráfico de drogas, y la defensa de los derechos humanos, informó la Cancillería italiana.
Rouhaní viaja hoy a Francia, donde tiene previstas reuniones con el presidente francés, Francois Hollande, otros representantes del gobierno y la directora general de la Unesco, Irina Bokova.
Entre los encuentros oficiales en el país galo, el mandatario iraní se reunirá con potenciales inversores, empresarios y representantes de industrias: entre ellas, la petrolera ENI, la automotriz Peugeot, y el consorcio Airbus, con las que el líder iraní espera cerrar la compra de aeronaves para renovar la flota de su país.
Una visita muy cuidada
Por respeto a la cultura iraní y la fe del presidente Hasán Rouhaní, las autoridades en Roma taparon varias estatuas desnudas en los Museos Capitolinos, Las esculturas desaparecieron tras unos paneles que asemejaban armarios. Rouhaní se reunió en la noche del lunes con el primer ministro Matteo Renzi bajo la cúpula del Capitolio y luego se presentó a la prensa en el museo. Por deferencia a la fe del mandatario iraní, durante la cena tampoco se sirvió vino.