El príncipe Guillermo de Inglaterra y su mujer Kate fueron ayer padres de una niña, cuarta en la línea de sucesión al trono, un nacimiento celebrado con alborozo en Londres. “Su Alteza Real la duquesa de Cambridge dio a luz a una hija a las 8.34 (7.34 GMT)” en el hospital Saint Mary de Londres, informó el comunicado, precisando que la madre y la niña estaban bien. La niña, cuyo nombre aún no fue difundido, pesó 3,7 kilos y su padre asistió al parto, que concluyó dos horas y 34 minutos después de que la madre ingresara en el hospital. “La reina, el duque de Edimburgo, el príncipe de Gales, la duquesa de Cornualles, el príncipe Enrique y los miembros de ambas familias han sido informados y están muy contentos con la noticia”, concluye el breve comunicado. La noticia del nacimiento fue recibida con vítores a las puertas del hospital Saint Mary. Un pregonero salió de la maternidad para anunciar la buena nueva y, como es tradición, los detalles del nacimiento fueron expuestos en un boletín real a las puertas del palacio de Buckingham. La llegada será saludada mañana con más de 100 salvas de cañón en Londres.
El primer ministro, el conservador David Cameron, se congratuló por una noticia cuyo impacto en la campaña para las elecciones del jueves es objeto de debate. “Felicidades al duque y la duquesa de Cambridge por el nacimiento de su hija. Estoy absolutamente contento por ellos”, escribió en Twitter, un salto desde los tiempos en que el gobierno enviaba a su ministro de Interior al parto para certificar que el hijo era legítimo.
Muy temprano ayer, Guillermo y Catalina se trasladaron juntos en automóvil desde el palacio de Kensington hasta el hospital. Saint Mary, un centro asistencial privado del barrio de Paddington, es cuna de la realeza. Ahí nació Jorge, el primer hijo de la pareja, el 22 de julio de 2013, así como el mismo Guillermo y su hermano Enrique, los hijos de Diana y el príncipe Carlos. Al ser su segundo hijo en el hospital, la pareja tendrá un 10% de descuento en la factura (más de 9.000 dólares por noche). El bebé es el cuarto en la línea de sucesión al trono de su bisabuela, Isabel II, detrás de su abuelo, el príncipe Carlos, su padre, y su hermano mayor Jorge.
Decenas de periodistas y curiosos se congregaron ante Saint Mary desde el momento en que se conoció el ingreso de Catalina. Había llegado por fin el momento que tanto habían esperado los admiradores incondicionales que llevaban días viviendo ante la maternidad.
A la espera. Hubo que esperar dos días para conocer el nombre de Jorge Alejandro Luis, mucho menos que antaño, y ahora falta conocer el de su hermana, que será “Alicia” si hay que hacer caso a las apuestas.
Terry Nutt, 80 años recién cumplidos en uno de los 13 días que pasó frente al hospital —los duques de Cambridge le enviaron un pastel—, dijo que “es maravilloso que sea una niña”. La abuela, Diana, ídolo de las masas 18 años después de su muerte, “estaría muy, muy orgullosa”, dijo Nutt. “Para serle honesto, yo también me siento orgulloso, he visto a Guillermo crecer”, sentenció este hombre que lleva décadas asistiendo de cerca a todos los acontecimientos. La niña recibirá el trato de alteza real y llevará el título de princesa de Cambridge. Según una disposIción real de la reina dictada en 2012, antes del nacimiento del príncipe Jorge, se otorga automáticamente esta distinción, así como el tratamiento de “su alteza real”, a todos los hijos del heredero. Hasta entonces, sólo el primogénito recibía ese título de forma automática.
Rito anglicano. La bebé de la realeza será bautizada en los próximos meses, según el rito de la Iglesia Anglicana. Vestirá una réplica del traje de encaje y satén que usó la hija mayor de la reina Victoria en su bautizo, en 1841. El sacramento se hará con agua del río Jordán, en el que, según el Nuevo Testamento, fue bautizado Jesús.
La London School of Marketing estimó que la recién llegada podría aportar hasta 300 millones de libras (unos u$s419 millones) a la economía británica, principalmente por la venta de souvenir.