La flamante presidenta peruana, Dina Boluarte, nombró este sábado su gabinete, con el exfiscal anticorrupción Pedro Angulo como primer ministro, tres días después de haber asumido la jefatura del Estado en sustitución de Pedro Castillo, destituido y detenido tras haber disuelto el Congreso.
En una ceremonia protocolaria celebrada en el Palacio de Gobierno, Boluarte tomó juramento a Angulo como jefe de gabinete y a otros 16 ministros. El equipo conformado —al que aún le restan los nombramientos de la cartera de Trabajo y de Transportes y Comunicaciones— será fundamental para elevar la tensión o apaciguar a un país que la recibe con manifestaciones que piden su dimisión y la del Parlamento, así como una convocatoria a nuevas elecciones generales.
“La Policía Nacional me ha informado que anoche (por el viernes) hubo siete detenidos, además de cuatro civiles y cuatro policías lesionados en algunas protestas. Hago un llamado a la calma y serenidad”, expresó ayer Boluarte.
Una variable importante será el olfato de la mandataria para manejar las olas de descontento y generar una coalición en el Congreso que la sostenga “y al mismo tiempo que sea una coalición, que no resulte aberrante para las izquierdas”, declaró a The Associated Press (AP) Omar Coronel, catedrático de Ciencias Políticas en la Pontificia Universidad Católica de Perú.
Cynthia McClintock, profesora de Ciencia Política de la Universidad George Washington, opinó que Boluarte se enfrenta a “duros obstáculos’’ porque no tiene apoyo parlamentario. Recordó que, al igual que el destituido Castillo, ella fue expulsada en enero del partido de extrema izquierda Perú Libre (PL), por el cual fue elegida vicepresidenta en 2021 en la plancha presidencial que lideró Castillo. “No está claro si tiene la habilidad política para elaborar un mensaje que atempere los deseos de los peruanos de un nuevo comienzo”’, agregó McClintock.
Un gabinete de centroderecha y centroizquierda preocupado en la provisión de fertilizantes para las siembras, en la problemática de los dirigentes medioambientales asesinados, en la atención a afectados por las sequías y que converse con la gente, “molestaría mucho a sectores de izquierda más radical, que seguirán movilizados, pero desinflaría un poco las protestas, en sectores de izquierda y centroizquierda’’, opinó Coronel. “Eso podría lograr protestas más pequeñas”, estimó.
Otro escenario podría ser que Boluarte no construya una coalición para evitar una vacancia en el Parlamento —que se obtiene con 87 votos de los 130 legisladores— y que se alíe con sectores conservadores o de derecha, excluyendo al centro y la centroizquierda. El efecto podría ser la unión de los grupos de izquierda, que están desunidos, y el aumento de las protestas, según los expertos.
“La izquierda en particular está partida y lo que puede ayudar a convertirla en un actor callejero importante sería que Boluarte se alíe con sectores más de derecha, donde ya no se distinga entre ella y las tres bancadas de derecha que son: el Fujimorismo, Avanza País y Renovación Popular. Cuando ocurra eso va a ser más probable que las distintas izquierdas que ahorita se odian, resuelvan sus problemas de acción colectiva y vuelvan a forjar una coalición”, comentó el profesor Coronel.
“Dina Boluarte no tendría protestas pequeñas, sino protestas más grandes, más permanentes, que desestabilizarían su gobierno, lo cual también le daría señales al Congreso de que ella es débil y eso la pondría contra la pared’’, estimó el profesor de la Pontificia Universidad Católica de Perú.
Otro aspecto clave que Boluarte debe tener en cuenta es la fuerza de represión que la policía ha aplicado estos días contra manifestantes en todo Perú. “Reaccionar a las protestas con represión es otro punto que probablemente ayudaría a que haya más protestas en general”, afirmó Coronel.
Las manifestaciones se encendieron en todo Perú desde el miércoles, cuando Boluarte asumió la presidencia. Antes, Castillo fue detenido tras intentar disolver de forma ilegal el Parlamento e imponer un gobierno de emergencia. Ayer sábado varias carreteras seguían bloqueadas por manifestantes que pedían el cierre del Congreso, la renuncia de Boluarte y nuevas elecciones.
En Lima, alrededor de mil manifestantes chocaron con la policía que pedían la renuncia de todos los congresistas, de la nueva presidenta y la liberación del expresidente Castillo. Mauro Sánchez, un manifestante, dijo a AP: “El Congreso nos ha dado una patada y se han burlado del voto popular. Tomemos las calles. No nos dejemos gobernar por este congreso mafioso”.