En los tiempos presentes las redes sociales se presentan como el escenario donde todo parece suceder. Son muy pocas las personas que se encuentran al margen de ellas, y quienes la habitan, muchas veces pierden de vista el límite entre lo público y lo privado. Por eso es usual que hasta lo más cotidiano se exhiba en ellas como en una gran vidriera: las fotos de las vacaciones conviven con el asado del fin de semana, pero también con los quehaceres diarios e íntimos de los más chicos del hogar. Aquí es cuando se avanza en terreno sinuoso y quienes saben de los derechos de niños, niñas y adolescentes hacen sonar las alarmas.
Es el caso de Unicef que lanzó una campaña para concientizar sobre los riesgos del "sharenting", un término en inglés que proviene de la unión de las palabras share (compartir) y parenting (parentalidad). Lo que se traduce en la práctica de las personas adultas de compartir fotos de sus hijos e hijas en internet, generalmente en sus redes sociales. La mayoría de las madres, padres y cuidadores tienen buenas intenciones al compartir fotos y videos de sus hijos e hijas en Internet, pero muchas veces desconocen las consecuencias que esta sobre exposición puede tener sobre los menores.
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Sobre estos riesgos, también se alerta en una publicidad de telefonía que por estos días se difunde en las medios. El anuncio muestra una puesta en escena de chicos y chicas que a través de una canción, interpelan a padres y madres que los escuchan con asombro desde sus butacas.
“Ey familia, tenemos que charlar, lo que suben a las redes hay que aprender a filtrar. Gente mala puede suplantar mi identidad, ya están un poco grandes para estar buscando likes”, cantan los chicos sobre el escenario, mientras las expresiones faciales de los adultos que los filman se transforman, mientras toman conciencia del mensaje de sus hijos. Por último los chicos aleccionan: “Hay que ponerle fin, piensen bien que compartir, genera mucho bullying, ojo con el sharenting. Ustedes nos ven tiernos y lo quieren publicar, pero hay gente mala en redes que eso no lo ven igual. El grooming y el acoso en la web son peligrosos, detrás de una cuenta puede haber alguien monstruoso”.
Cuidar a las infancias
En la campaña lanzada por Unicef, se alerta a los adultos sobre cuáles son los riesgos a los que se expone a niños y niñas cuando se los exhibe en internet. Compartir fotos y videos puede mostrar información personal y sensible de las infancias, como su apariencia, ubicación y actividades diarias sin su consentimiento. Por este motivo, se afecta su derecho a la intimidad.
El grooming es otro de los riesgos. Las imágenes pueden ser utilizadas por personas adultas que aprovechan esta información para identificar, rastrear o contactar a niños y niñas, con la finalidad de abusar de su integridad sexual. La explotación comercial es otra de las amenazas, porque las imágenes de estos niños y niñas compartidas en línea, pueden ser utilizadas por terceros con fines comerciales sin el conocimiento o consentimiento de su familias.
A ello se suma el cyberbullying. Las fotos y videos compartidos pueden ser objeto de burlas, ridiculización o acoso por parte de otros usuarios, lo que puede tener un impacto negativo en la salud mental de niños y niñas. Además, se debe tener en cuenta que las imágenes y videos que las personas suben a internet, pueden permanecer en línea de forma permanente, incluso si se eliminan de la cuenta original, lo que puede afectar a la reputación futura de esos niños y niñas expuestos.