"ShowMatch" no es un programa de entretenimiento. Lejos está el Tinelli del alfajor en la boca, el de los bloopers, el de los chistes de la era "goma" por la medianoche y la impronta estudiantina de aquel grupo que integraban Lanchita Bissio y el Teto Medina. Ya está, eso es pasado.
Desde que Carlos Menem apareció en su programa, como metáfora de la frivolidad que marcó su gobierno, y desde que el conductor de Bolívar se burló al aire de Fernando De la Rúa, en lo que para muchos fue el comienzo del fin de su carrera política, Tinelli hace programas políticos.
Y lo ratificó en el debut de este ciclo 2015, al invitar a los tres candidatos a presidente de la Nación que gozan con mayor consenso, Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa. Los tres, junto a sus dobles de riesgo, fueron con sus mujeres, y trataron de mostrar lo mejor de sí. Aunque con suerte dispar, ya que Macri sufrió la imitación de Martín Bossi, quien lo ridiculizó y lo colocó más cerca del jet set que de la gente.
"Tenemos a los más grossos. Hoy de acá sale el presidente", dijo Tinelli cerca de la medianoche, a la misma hora que en los 90 se mataba de risa con un video de un auto que salía de pista y se chocaba contra un árbol, o con una anciana que se resbalaba con una cáscara de banana. Lo que hace Tinelli ahora es una ostentación de poder.
Y lo demuestra cuando en la gala de apertura habla con Adrián Suar, gerente de programación de El Trece, y se hace el que llora cuando lo sacan del aire este jueves por el clásico Boca-River; o cuando trae a "Stravaganza" más Lali Espósito y el elenco de "Esperanza mía", o 700 personas bailando en la calle, Hernán Piquín y tutti i fiocchi. Si lo conseguía a Gardel que se levantara de la tumba, también lo traía. No porque le guste, sino para demostrar que él puede.
Por eso hizo el clip de "Forrest Gump". Bien filmado por Nacho Lecouna, el video hizo referencia a los 25 años de carrera de Tinelli, y se correspondía con la carrera literal que hizo el personaje que popularizó Tom Hanks. Pero en vez de utilizarlo desde la angustia de la criatura del filme de Robert Zemeckis, lo usó como autobombo, para quedar como un padre brillante ante su hija, y para recordarles a todos que fue el gestor del "Bailando"hace diez años, y que también produjo "Okupas", como rescate ideológico, y para mostrar a Graciela Borges, Juanita Viale, Maravilla Martínez y Nicolás Repetto, puf.
En el mismo video también se lo ve hablando con Perón y Barack Obama, por obra y gracia de la tecnología, y luego aparece como un mesías, con seguidores que, como si fueran fans fundamentalistas, también le dan pie para que, siempre en sorna, él se convierta en el creador de Facebook, Twitter y WhatsApp, nada menos.
Es que Marcelo, todo lo puede. Ese es el mensaje. Si hasta Onur y Sherazade postergan una noche de amor (lo único cómico de la apertura) y la mismísima Cristina de Kirchner habla de Tinelli en cadena nacional, en un doblaje bien logrado y con una ironía sin inocencia. Ese fue otro gesto político, justo en un año electoral, en una manera nada sutil de manipular la opinión pública. Tinelli hace programas políticos. Se siente, se siente ¿Tinelli presidente?