Actualmente unos 25.000 estudiantes venezolanos en todo el mundo batallan con la precariedad para subsistir. ¿La razón? El gobierno de Venezuela les retiene el dinero que les corresponde por la aprobación de divisas para cursar estudios en el exterior. El diario español El Mundo publicó un reportaje en el que relata el viacrucis de algunos jóvenes venezolanos en el exterior. En España hay, según la investigación, 4.000 afectados, y para hoy fueron convocadas protestas ante embajadas venezolanas en varios países.
Desde 2003, cuando el fallecido presidente Hugo Chávez estableció un estricto sistema de control cambiario, el gobierno no les permite llevar sus bolívares a euros o dólares directamente. Quienes quieren cursar posgrados o doctorados en el exterior dependen, para poder obtener divisas extranjeras, de la aprobación del Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex). Este curso, las solicitudes estudiantiles o se encuentran en un permanente «stand by» o fueron rechazadas. El problema es que muchos de estos jóvenes se encuentran ya fuera de sus casas y no pueden acceder a sus cuentas corrientes.
De la gestión de Cencoex depende, además, el pago de las matrículas universitarias y los seguros médicos. Por eso, a la ya precaria situación de estos jóvenes se añade la presión de los centros, algunos de los cuales amenazan con retirarles el visado de estudiante si no saldan su deuda. "No es que no tengamos el dinero, es que no nos dejan llegar a él", dijo el politólogo Carlos Moreno, estudiante de posgrado en Salt Lake City (Estados Unidos), que se ha convertido en portavoz de sus compañeros en todo el mundo, y es el único que se atreve a publicar su nombre y apellido. "Tienen miedo de lo que les pueda pasar, a ellos y a sus familias, que siguen allí. Miedo a la fortísima represión que sufre la población en Venezuela", advirtió. "Es muy difícil explicar lo que nos está pasando porque para nadie, fuera de Venezuela, tiene sentido que no podamos acceder a nuestras cuentas corrientes para cambiar nuestros bolívares a dólares o euros", afirmó. "No es un favor del Estado, no es una beca, mucho menos un regalo", enfatizaron los estudiantes en un comunicado elaborado por los residentes en Madrid. "Tenemos casos de prostitución", denunciaron los jóvenes. "Algunos comen una vez al día", agregaron.
El gobierno elige. Desde a instauración del control cambiario en Venezuela, los estudiantes deben presentar ante Cencoex un documento en el que explican qué van a estudiar y durante cuánto tiempo. Además deben fundamentar por qué sus estudios serán "beneficiosos para la nación bolivariana".
El gobierno es quien aprueba la solicitud y Cencoex ingresa el importe de la matrícula a la universidad de destino. El centro estatal es también el encargado de enviar una cantidad mensual para la manutención (en Europa, un máximo de 1.370 euros), aunque salen de su cuenta corriente del alumno. Pero los requisitos para obtener divisas destinadas a fines académicos se endurecieron en la primavera de 2012. El gobierno estableció entonces "áreas prioritarias de formación", según Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación. "Si tus estudios están fuera de la lista, lo tienes difícil", dijo Ana, portavoz de los estudiantes en Madrid.
Según El Mundo, en la primavera de 2013, tras un incremento progresivo desde 2008 del número de venezolanos que viven en Irlanda en casi un 90 por ciento, el gobierno de Nicolás Maduro empezó a sospechar de un supuesto mercado negro de divisas. Su solución: cerrar el grifo.
Hoy 25.000 de estudiantes en todo el mundo esperan respuesta de Cencoex, de acuerdo con los propios listados del gobierno venezolano. Pero las que llegan son siempre negativas, señaló la publicación. Carlos Moreno dijo que ha recibido todo tipo de llamadas desesperadas. Algunos centros de estudio se han solidarizado con los alumnos. La rectora de la universidad de Salt Lake aceptó conceder una prórroga en el pago a cinco estudiantes por considerar su caso "humanitario". Los jóvenes estaban a punto de ser deportados. Lo mismo hizo la universidad de Alcalá, en España, con los 26 jóvenes que tiene en esta situación. "Te dejan seguir estudiando, sí, ¿pero cómo vives?", se preguntó, no obstante, Moreno. Muchos subsisten gracias a la ayuda de amigos, familiares y organizaciones caritativas, o trabajando de manera ilegal.
Hoy los estudiantes afectados se concentrarán ante las embajadas en todo el mundo para exigir solución al gobierno de Venezuela.