Despojados de cualquier subjetividad ideológica y partidaria es posible tener una visión mas nítida de la realidad política y social de nuestro país y sus gobernantes tanto comunales, provinciales, como nacionales. No todo es blanco, ni todo es negro en el terreno de sus respectivos tutelajes. Seguramente hallaremos determinaciones beneficiosas para algunos de los sectores más vulnerables de la sociedad proveniente de entidades públicas que funcionan bien y cumplen fielmente el cometido que se les asignó. A la inversa, suele ocurrir de aquellos que se sienten erróneamente afectados en sus intereses por la misma causa. Ejemplo clásico y notorio es el de los ancianos que por alguna razón no pudieron aportar y hoy integran el grupo de millones de beneficiados con una jubilación otorgada por el Estado cuestionada por otros jubilados que sí aportaron. Si logramos prescindir de egoísmos con espíritu y afán de justicia aceptaremos que, por ejemplo, las amas de casa trabajaron toda la vida sin remuneración alguna y, aún ancianas, continúan haciéndolo, pero hoy retribuidas con un haber mensual. Es seguro que estamos evolucionando como personas y ciudadanos. Lo mismo puede manifestarse en el orden comunal respecto de las franquicias de transporte y descuentos provinciales en materia de impuestos y servicios a los pasivos. Hace unos días por gentileza de La Capital pude expresar mi beneplácito ante la creación de una sede del Pami en la zona sur de nuestra ciudad y el excelente trato, más la eficiencia de su personal. Sirva esta reflexión sobre hechos positivos que enaltecen cualquier gestión política y social para que a propósito del comentario los directivos de Ansés entiendan la necesidad de contar también en el sector sur de Rosario con una delegación que descongestione la central de calles Sarmiento y Rioja beneficiando a su personal y miles de ancianos que viven en dicha zona, como ya lo hace el Pami.