Un policía integrante de la División Judiciales de la Unidad Regional II acusado de facilitar la fuga de Jefatura de un lugarteniente de la banda de Los Monos en enero pasado, fue sobreseído en la causa judicial donde se trata de echar luz sobre el confuso episodio. El agente logró salir indemne del episodio, en medio del cual la mujer del detenido hizo una grave denuncia de extorsión ejercida por la policía para facilitar el escape. Otros dos funcionarios de la fuerza siguen ligados al caso: uno fue procesado por “extorsión y facilitamiento de la fuga”, mientras que el jefe operativo de esa unidad fue indagado por “incumplimiento de los deberes de funcionario público”.
La resolución de la jueza de Instrucción Nº 2, Alejandra Rodenas, y conocoida ayer, benefició a Rubén Darío Zapata, un policía que el 14 de enero pasado tenía a su cargo la custodia de Juan Domingo Argentino Ramírez, de 39 años, detenido nueve horas antes a consecuencia de una investigación en la cual se constató que ostentaba vínculos con el clan del asesinado Claudio “Pájaro” Cantero.
Era uno de los hombres más buscados a partir la causa judicial iniciada por el juez de Instrucción Nº 4, Juan Carlos Vienna, que indaga sobre una multiplicidad de acciones violentas para asegurar negocios delictivos atribuidos a la banda del barrio Las Flores, y señalado como regente de los búnkers de venta de drogas además de haber participado en el asesinato de Luciano Cáceres, de 15 años, baleado frente a un búnker el 28 de abril de 2013.
Poco tiempo. Ramírez ingresó a Jefatura a las 21 del 14 de enero, pero a las 6.40 del otro día, según las versiones oficiales, logró escapar luego de forzar las esposas que lo tenían amarrado a una escalera, instancia en la que habría golpeado a Zapata en el rostro.
Los últimos días de julio fue recapturado en la provincia de Corrientes, y al ser indagado por “evasión simple”, negó haber huido. Aseguró que lo dejaron ir por la puerta luego de informarle que lo habían demorado por “averiguación de antecedentes”, y que no le comunicaron que había una orden de captura en su contra. Tras ello, dijo, tomó un taxi frente a la misma Jefatura y fue a la casa de su madre.
Pero a la vez, Ramírez suscribió la versión de su mujer, quien durante esos días denunció que personal de Judiciales se comunicó con ella para pedirle 200 mil pesos y un auto Citroën C3 a cambio de liberar a su pareja.
Lo concreto es que quienes participaron del procedimiento y estuvieron a cargo de la corta estadía de Ramírez en Jefatura quedaron involucrados en la pesquisa impulsada por Rodenas.
Los implicados. Matías Germán Almirón fue procesado por “extorsión y facilitamiento de la fuga”, ya que la mujer del sospecho lo reconoció como a quien le hizo entrega del formulario 08 por el cual le transfería el vehículo que formó parte de la extorsión.
En tanto, Luis Quebertoque, jefe de la brigada operativa de la unidad, quedó imputado por incumplimiento de los deberes de funcionario público, aunque pidió ampliar su declaración indagatoria el miércoles próximo. En medio de la confusa situación quedó involucrado el agente Zapata, quien habría estado a cargo de la custodia de Ramírez.
Si bien en principio fue acusado de “evasión dolosa”, luego resultó sobreseído por esa figura a instancias de la fiscalía. Esta semana lo acusaron de “favorecimiento culposo de la evasión” por su “actuar negligente”. Hizo el depósito del mínimo de la pena económica establecida para ese delito (1.000 pesos) y quedó en condiciones de exigir la extinción de la acción penal.
“Eso no implica que él reconozca el hecho, se pagó la multa a los fines prácticos de que se termine el juicio y pueda volver a revestir en la fuerza ya que mi cliente estaba en disponibilidad desde enero”, aclaró el abogado defensor del policía, Carlos Racamato.
Cumplimentado el trámite, ayer la jueza resolvió declarar la extinción de la acción penal y dictó el sobreseimiento de Zapata.